Capítulo 1
Me encuentro arrinconada, estoy sollozando en el piso. Mis costillas duelen y mucho el solo hecho de respirar me causa un gran dolor, trato de respirar con dificultad miró a mi alrededor la sopa está en el piso los platos regados y frente a mí, el causante de mi más grande dolor, ese dolor que no solo es físico es emocional. Yo estoy temblando mis manos llenas de sangre por el fuerte golpe en mi abdomen.
Ni siquiera recuerdo cómo sucedió todo solo que estaba sirviendo la cena prepare una sopa que para mí parecer era su favorita, pero un error uno pequeño arruinó todo. Olvide agregarle la sal y para cuando lo recordé ya la había probado, entonces me llamo de esa forma que yo sé que estoy en problemas.
–Nelly ¡qué diablos me servirte! ¿Crees que estoy en un hospital? no soy un jodido enfermo.– mis ojos se abrieron como platos y para cuando reaccione la sopa salió volando de la mesa y seguido de eso un puño justo en mis costillas que me dejó sin aliento. El estaba parado frente a mí y su mirada esa mirada como si me hubiera corregido seguido de un.
– Nelly lo hago por tu bien así no olvidarás que no soy un enfermo en un hospital ¡y no me servirás comida inaceptable!– acentuando las últimas palabras, camino hasta la puerta tomo las llaves del auto no sin antes recordarme limpiar el desorden que yo había causado.
Me levanté del suelo temblorosa, mis costillas dolían entonces toda la cena ya estaba en el piso, vomité lo que era una sopa mezclada con sangre, limpie mi boca fui a la cocina tome un vaso con agua. Tome el trapeador y una cubeta con agua y limpie todo el desorden, todo quedó reluciente cuando hube acabado fui a la ducha me quite toda la ropa y deje que el agua corriera, entonces pensé como había llegado a esto en qué momento de mi vida todo se fue por el caño.
recuerdo que Jackson era una chico rebelde, andaba en motocicleta y siempre fue un presumido a mí no me atraía ese tipo de muchachos, pero yo si le gustaba a él me visitaba diario a mi casa cada que me veía me regalaba una golosina, una flor cualquier cosa para ganarse mi confianza. Cuando reaccione ya éramos novios paso el tiempo, y nuestra relación se volvió sería como sabría que un día decidiría casarme con él y formar una familia, bueno aunque no tenemos hijos hace poco descubrí que no puedo tenerlos.
Yo siempre fui una mujer tranquila, en mi hogar mis padres me enseñaron a qué debía respetar a mi marido el día que me casará, cuando yo tenía 20 años mis padres fallecieron entonces me vi desamparada y allí estaba Jackson para brindarme su apoyo me case con él y nos mudamos a los ángeles California, vivo en esta casa desde entonces.
Mi Marido es un policía retirado y se dedica a las investigaciones o eso me dice cada vez que sale, si mi madre me estuviera viendo estaría tan decepcionada de mí, ella era una mujer fuerte nunca se dejaba de nadie, mi padre nunca se atrevía a refutarla en nada el siempre decía que mejor era provocar una tercera guerra mundial que provocar el enojo de mi madre, y aquí estaba yo sometida a un hombre que no me dejó terminar mis estudios. apenas logré terminar la secundaria, tenía tantas ganas de ir a la universidad graduarme de modista me encantaba confeccionar ropa tenía una pequeña máquina de coser que mi marido me regaló para mí cumpleaños número 28 estaba tan feliz la uso mucho me ayuda ha des estresarme no soy la mejor pero si tengo talento lo reconozco. Todos mis sueños, mis metas y propósitos se fueron apagando y me quedé encerrada en estás cuatro paredes, haciendo las labores de la casa y atendiendo a un marido que me golpea hasta por respirar fuerte, siento lastima por mi misma se que un día terminaré muerta por una golpiza, pero no sé dónde ir a quien recurrir estoy sola sin trabajo ni dinero lo único que tengo es esto, si lo dejara seguro me moriría de hambre a los tres días.
Salí de la ducha y mire mi cuerpo desnudo en ese gran espejo. aún tenía curvas pero había ganado peso mi rostro triangular se veía demacrado, mis ojos azules con ojeras mi cabello rubio maltratado por el descuido.
Cómo había llegado a esto en mi juventud me consideraban una mujer atractiva ahora no quedaba ni una sombra de aquella jovencita de 20 años, con sueños y anhelos en su corazón, todo eso lo había sacado Jackson a punta de golpes, maltratos y humillaciones.
Dejé de verme en el espejo camine a mi habitación, y una sádica idea me abordo al mirar toda esa casa llena de mentiras de dolor creo que estar en el infierno sería más placentero que vivir en esta casa solo quería que ardiera en llamas.
« podría ser»
– No, no, Nelly ¡saca esas ideas de tu cabeza!. – hablé en voz alta para ignorar esa idea tan estúpida si mi marido me descubre me mataría entonces una voz dentro de mí, creo que era la de mi madre se hizo fuerte.
«Si, no lo haces el te matará a ti ¡eso quieres idiota!» tenía tanto miedo no sería capaz de hacerlo, la Voz de mi mente respondió
«si, no lo haces morirás tu, eso quieres?»
–Pero ¿que haré? no tengo dinero no tengo familia estoy sola – le grite a la nada, ahora hablaba sola bien hecho Nelly ahora te estás volviendo loca, la voz de mi mente respondió.
«Toma, el dinero de la caja fuerte tu pasaporte pero no las tarjetas de crédito así te encontrarían»
me quedé parada por lo que fueron 10 minutos corrí a mi habitación me arregle, tome una mochila coloqué mis cosas personales con algunas prendas de ropa que tenía , mi pasaporte y fui al closet dónde estaba la caja fuerte de Jackson, yo sabía la contraseña la abrí y saque todo el efectivo habían unos cinco mil dólares eso sería suficiente para mí nueva vida lejos de él pero si me descubría, el pánico me cubrió y comencé a regresar el dinero y la voz de mi cabeza habló nuevamente.
«Vamos Nelly, necesitas dinero ¿cómo crees que vas a sobrevivir sin dinero?»
coloqué nuevamente el dinero en la mochila pase al baño y tome unas cuantas pastillas para dormir, baje a la cocina y prepare un jugo de naranja para ofrecerle con las pastillas, cuando estuvo listo lo metí al refrigerador salí por la puerta principal y escondí mi mochila en los arbustos, volví a entrar a la casa y espere estaba aterrada si este plan salía mal el me asesinaría de eso estaba segura.
Pasaron horas, pero al fin llegó yo estaba temblando no quería levantar sospechas de nada, llegó alegre había estado bebiendo me mandó a prepararle unos sándwiches era mi oportunidad le ofrecería el jugo de naranja. Los lleve se sentó frente a la televisión y los devoró al igual que el jugo espere unos minutos a qué hiciera efecto y se quedó dormido, me acerque le di unas cuantas cachetadas pero no reaccionaba.
Era hora de salir de ese lugar pero entonces su mano me atrapó, yo lo miré con horror se estaba poniendo de pie
–Crees que soy idiota Nelly ¿qué tramas con hacerme dormir?– yo no pude responder solo comencé a llorar el me mataría.
– creo que debía darte otra lección para que entiendas que ¡aquí quien manda soy yo!– entonces tome el valor, no sé de dónde salió pero fue el suficiente para soltarme de sus garras, estire fuerte mi brazo y él lo soltó quedó atónito no entendía que sucedía yo nunca había reaccionado de esa manera, quiso tomarme de nuevo pero grite fuerte
– No, suéltame… ya estoy cansada de ti de tus golpes y maltratos ¡te dejare me iré!– su mirada paso de sorpresa a irá
– Que estás diciendo, zorra mal agradecida yo te lo he dado todo para que me vengas con esas pendejadas–
Yo me aleje lo más que pude él se me acercaba y yo retrocedía
–Eso me pasa por ser tan compasivo te daré una lección que no olvidarás ¡ven acá zorra!– se abalanzó para atacarme como un león a su presa pero yo fui más ágil corrí a la cocina tome un gran cuchillo y lo sostuve muy fuerte, el me miraba con tanta irá que las llamas salían por sus ojos
–Ven acá perra, ¿qué vas a hacer con ese cuchillo? prepararme otro sándwich– se carcajeaba yo lo amenacé y se acercó a mi lo próximo que sucedió ni yo lo hubiera imaginado tenia clavado el cuchillo en su pecho miraba aterrado como le brotaba la sangre a borbotones, yo me lleve una mano a la boca pero él quería lanzarse sobre mi nuevamente pero sus fuerzas se desvanecieron y cayó. Yo no sabía que hacer corrí a la puerta huí de ese lugar ahora yo era una asesina. Tome la mochila y corrí no sé por cuánto tiempo pero mis pies y costillas dolían y me faltaba la respiración.