Tenía miedo. Bien, seamos honestos, no tenía miedo. Estaba aterrorizado.
Deon temblaba mientras que observaba a la niña frente a él. Había pasado medio día y aún se encontraba solo con la pequeña que miraba un dibujo animado en el televisor pero se detenía cada tres o dos minutos a observarlo a él para ver si continuaba en el lugar mirándola; El hombre suspiró y miró el segundo piso de la casa con preocupación más por su novia que por sí mismo.
Karla debía de estar hecha un desastre en la habitación. Ver a la creación de una de las peores etapas de su vida aparecer y llamándolo a él, su novio, Papá no debía ser para nada fácil de llevar. Pero aparentaba bastante bien frente a la niña o al menos los minutos que pasó con ella hablando como si la aparición de un hijo no reconocido les pasara todos los días y fuera lo más normal del mundo cuando no era así y nunca habían tenido que enfrentar una situación tan bizarra como esa.
Karla era buena pretendiendo, por algo además de cantante era actriz ¿No?
Deon mordió su labio al imaginársela llorando en la cama. No quería verla así, no de nuevo. Cerró sus ojos para pensar sobre la niña y lo que harían con la situación (porque estaba claro que no podían quedarse ahí haciendo nada). ¿Pero qué podía hacer? ¿Qué hacía si resultaba que de verdad era su hija? ¿La conservaba? ¿Acaso estaba loco? ¿Qué demonios le diría a todo el mundo? ¿Qué tenía una hija no reconocida con una completa extraña y que ella tuvo que morir para que él se hiciera cargo? ¿Cómo podían culparlo cuando él ni siquiera sabía de su existencia? ¿Y qué? ¿Si la hubiera sabido acaso se hubiera quedado? ¿No hubiera hecho oídos sordos para poder volver con Karla quien era el amor de su vida?
Por Dios, Deon no quería una hija, mucho menos una que ya estaba hasta crecida. Esto era una pesadilla, de verdad que lo era.
En esos momentos se oyó un estruendo causado por el sonido de unas ruedas de una maleta bajando a paso torpe por las escaleras. Deon abrió sus ojos como platos al darse cuenta de lo que estaba pasando. Corrió a las escaleras y detuvo el movimiento de la maleta de su novia quien se dirigía a la puerta principal (o más bien de salida). Karla lo miró mal y claramente demandándole que la dejara pasar.
-¿A dónde vas?-Le preguntó él con miedo.-¿N-no quieres al menos hablar de esto?-Titubeó nervioso.
-Ya lo hablamos.
-Me refiero a hablarlo hasta hacerte entrar en razón para que no me dejes solo con una niña de siete años en la casa-Dijo él con obviedad.
-Iré con Diana.
-Ella está en California.
-Ajá-Le respondió con simpleza la mujer. Deon la agarró de la mano y negó en su dirección suplicante claramente enviándole el mensaje de que no podía dejarlo así. Le bloqueó el paso para dejarla acorralada y no dejarle una salida para seguir camino como tanto quería hacerlo.
Deon no quería quedarse con Fizzy solo, no podría hacerse cargo de la niña. Jamás había cuidado un niño pequeño antes y no quería que ella fuera la primera de sus víctimas.
-Deon-Se quejó Karla de mala gana.
-No me dejes, yo te amo, por favor-Le suplicó con sus manos cogidas una con la otra. Ella rodó sus ojos, negó y dejó su maleta en el suelo.
-Volveré cuando esté más calmada y todo esto se disipe un poco, D. Es lo mejor.
-Por favor, no te has ido en todos estos meses, ¿Por qué sí ahora? Por favor, no me dejes solo.
-Deon, ya basta. Esto no es simplemente una de nuestras peleas, es una niña. Es tu hija.
-Te digo que no—
-Y eso de ella-Deon cerró su boca al instante no sabiendo qué más decir porque claramente Karla no estaba escuchándolo. -Te lo digo, Deon, no quieres tenerme cerca ahora mismo porque cuando te veo lo único que quiero hacer es arrancarte los párpados con los dientes-Dijo cambiando súbitamente su tono suave a uno increíblemente molesto. El hombre se alejó un poco con miedo y le abrió el paso para que pudiera salir de la casa.
-Pero no puedes dejar Canadá, por favor, Karla, piensa en esto un poco.
-Ya lo pensé.
-Piénsalo más-Insistió siguiéndola por la entrada de la casa para intentar hacerla entrar en razón. Ella negó al llegar a un lado del coche que había llamado para que fuera a recogerla y pudiera llevarla al aeropuerto (porque claramente no le pediría a él llevarla).
-Volveré-Dijo al girarse a mirarlo. Deon suspiró-Dame un par de semanas.
-Que sean un par de días y tenemos un trato-Le sonrió él con inocencia. Ella blanqueó la mirada. Él hizo una mueca arrepentido por estar bromeando en momentos como esos. Karla abrió la puerta del coche, metió su maleta allí y se detuvo antes de entrar.
-Deon-Dijo ya subida en su asiento. Él la miró a instante esperanzado y esperando oírla decir que esto era una broma y que no pensaba dejarlo solo en momentos así de difíciles y confusos para él: -Este es tu segundo strike.
Con eso dicho, se fue y Deon se quedó solo. Bueno, no totalmente solo.
-¿A dónde va la reina?
La vocecita de Fizzy sonó a un lado de él una vez el coche desapareció de su rango visual por la calle. Deo dio un sobresalto y se tomó el pecho asustado al oírla y bajó su mirada para verla ahora parada a su lado mirándolo expectante por una respuesta.
-Se llama Karla.
-¿Y a dónde va?
-Donde una amiga.
-¿Por qué?
-Porque está algo estresada.
-¿Qué es estresada?
-Cuando algo te pone muy nervioso y asustado.
-¿Por qué?
-Porque— ¿Tú tienes una pregunta para todo?-Frunció su ceño él. Fizzy lo miró agachándose de hombros e imitando su mueca. El hombre volvió a suspirar antes de dar media vuelta y meterse de vuelta en la casa con la niña siguiéndolo de cerca.
-Papá—
-Deon.
-Deon, ¿La reina y tú se pelearon?
-No se llama Reina es Karla, y… Sí, podría decirse que sí-Suspiró recostándose en el sofá. Se cubrió el rostro frustrado por seguir escuchando la voz de su novia diciendo una y otra vez que este era su segundo strike. El primero ya de por sí había sido malo, este era como veinte veces peor ¿Cuál demonios sería el tercer? ¿Siquiera se necesitan tres strikes para decidir que no quería estar con él? Llevaban años juntos, ¿Cómo podía haberlo abandonado de esta forma? Ni siquiera pareció pensárselo y no se tardó mucho en hacer esa maleta ¿Acaso ya la tenía armada? ¿Acaso ya había planeado esto?
La niña se puso a su lado y lo miró confundida.
-¿"Podría decirse"?-Preguntó refiriéndose a la respuesta que le dio. Deon suspiró y descubrió su rostro saliendo de sus pensamientos que ahora estaban el triple de nerviosos e hiperactivos intentando explicar todo lo que estaba pasándole.
-Es decir... No importa, olvídalo-Permanecieron en silencio por unos eternos siete segundos. Lo único que quería el hombre era abrir los ojos y que la niña ya no estuviera ahí. Quería que fuera sólo una simple pesadilla, pero con cada pestañeo que daba su imagen se hacía cada vez más real y aterradora; Él quería a Karla no a una niña que iba a succionarle la vida.
-Tengo hambre-Le dijo la pequeña.
-Hay jamón en la nevera-Dijo él sin levantarse y aún cubriendo su rostro frustrado por la situación en la que estaba metido. No podía dejar de pensar en Karla y esa maldita maleta, no podía dejar de recordar sus peleas y que esos últimos meses habían estado teniendo algunos problemas pero en Año Nuevo parecieron arreglarlo todo, se prometieron esta vez hacerlo todo bien y ser las mejores versiones de sí mismos. Él prometió siempre amarla y ella prometió siempre estar ahí para él.
Bueno, ahora veía que hacía falta una pequeña piedra con forma de niña en el camino para que Karla decidiera tomar otro totalmente distinto al de él.
La niña miró la cocina unos segundos e hizo un puchero para luego agarrar la manga de la playera del hombre y tirar de esta para llamar su atención. Deon blanqueó la mirada y soltó un bufido antes de mirar.
-¿Qué?
-Quiero panqueques.
-No sé hacer panqueques.
-Entonces unos Waffles.
-Son la misma porquería.
-No se dicen malas palabras-Lo regañó ella frunciendo su ceño. Deon bufó y la miró aún a su lado en el sofá.
-Pues tampoco sé hacerlos.
-¿Y qué sabes hacer?
******
-Listo.
-¿Un pan?
-Sí, es nutritivo y te da las energías necesarias para el día. Listo, adiosito-Dijo él retirándose de allí para subir las escaleras e irse a dormir. Fizzy miró el pan en sus manos haciendo un puchero, pero se agachó de hombros para comerlo sin quejas ni objeciones. Si papá le decía que lo comiera pues eso haría, no importaba que ni mermelada tuviera ese trozo en sus manos.
Deon se arrojó sobre su cama para hundir su rostro en la almohada; Quería llamarla, ya saben a Karla, pero no podía. Se enojaría más con él y el problema se volvería peor, lo sabía perfectamente bien. Ya le había pasado antes. Con todas las peleas que habían tenido terminaban él escapando de la situación para intentar lidiar con su humor por su cuenta y que ella no tuviera que hacerlo. Una vez se calmaba, la llamaba pero Karla seguía en modo pelea así que eso no ayudaba para nada. Llamarla sólo trasladaría la pelea al teléfono y esa no era la idea.
Pero aunque supiera que era estúpido, no lo aguantó más y tomó su móvil para llamarla justo cuando alguien más lo llamó a él impidiéndole seguir con sus planes de intentar recuperar a su novia.
-¿Diga?-Suspiró con una pizca de su cuerpo deseaba que fuera Karla pero no era ella, ella nunca lo llamaba a él cuando peleaban. No se trataba de su novia sino de su agente.
-Hey, es Trip-Oyó la voz de su manager del otro lado de la línea.
-Ah, sí... ¿Qué pasa?-Suspiró Deon presionando el puente de su nariz frustrado por saber que ahora tendría que lidiar con trabajo y, peor aún, tendría que decirle a su agente sobre la situación.
-Espero que te prepares, el festival de música es en cuatro días y tú y Karla están entre los invitados.
-Sí, lo sé, lo oí en la radio esta mañana.
-Tienes que venir a Los Ángeles para ensayar y preparar tus canciones y tus cooperaciones con algunos otros artistas. Después tendremos que ir inmediatamente a Londres para el festival.
-¿Cooperaciones? Nadie dijo nada de eso-Se quejó incorporándose en su lugar.
-Sí, harás un par de cooperaciones con The Calm y Philharmonic. No serán más de cinco canciones.
Deon sabía por qué querían que hiciera colaboraciones con esas dos bandas, era lógico que su agente aprovecharía de reunir a la antigua pandilla. Para aclarar esto: The Calm era una banda masculina y Philharmonic una banda femenina (de la cual Karla había sido integrante). Querían que colaboraran porque los tres estuvieron juntos en su explosión en la industria y pues, eran básicamente los artistas que iban de la mano a donde fuera que estuvieran. En cada entrevista se mencionaban, habían compartido uno que otro tour, canciones y conciertos. Eran amigos después de todo y ahora, después de como quince años desde que se habían conocido, seguían teniendo uno que otro contacto ocasional.
Claramente reunirlos para el festival en Londres traería una gran publicidad para todos así que sus managers no desaprovecharían la oportunidad.
-Sí, hablando de eso... Tal vez no pueda hacer la cooperación con Philharmonic-Dijo Deon rascando su nuca con nerviosismo. Su agente, del otro lado de la línea, frunció el ceño.
-¿Por qué no?
-Me peleé con Karla.
-¿Y? Ya se han peleado antes y aún siguen bien.
-Esta vez es algo más serio, Trip.
-¿Qué cosa? Soy tu agente puedes decirme lo que sea-Dijo el hombre encendiendo un cigarrillo y acomodándose en su asiento en el estudio mientras grababa una canción con Cobie Smuller otra artista que en esos momentos trabajaba en su segundo álbum.
Deon mordió su labio inferior no sabiendo si contarle lo sucedido a su agente. Esto era muy serio y podía arruinar su imagen por completo si alguien más fuera a enterarse. Pero era su agente con quien estaba hablando, ese tipo era capaz de sacrificar su vida con tal de mantener intacta la reputación del hombre en la industria.
-Una niña se apareció esta mañana diciendo que es mi hija-Soltó de golpe. Oyó a Trip toser al atragantarse con su cigarrillo debido a la sorpresa.
-¿Una hija? ¿Estás seguro?
-¿Recuerdas a Kenna?
-La del engaño, por supuesto. No me digas que es de ella-Dijo el hombre tomándose la frente. Deon suspiró. El silencio se tomó como un claro Sí de su parte.-¿Qué edad tiene?
-Como siete o seis.
-Esto es malo-Lo oyó murmurar-Rayos, Deon, se suponía que usaras condón.
-¡Y lo usé! ¿Tú crees que hubiera embarazado a una chica para tener de carga una niña ahora?-Exclamó con enojo. ¿Tan estúpido lo creía Travis?-Yo no pedí una carga más, Trip.
-¿Ya intentaron contactar con la madre?
-Está muerta y ya le dejamos el registro a la policía pero debo quedármela hasta que hallen a algún pariente. No sé qué hacer, Trip. No puedo hacerme cargo de esto. Yo no pedí una hija.
-Cállate para que pueda pensar unos minutos-Lo paró él antes de que pudiera continuar con sus quejas. Deon obedeció y cerró su boca para dejarlo meditar en la situación. Pasaron unos pocos segundos antes de que a Trip se le ocurriera una idea. Lo oyó chasquear sus dedos.
-¡Ya sé! Di que tú y Karla la adoptaron, que era una niña pérdida o algo así y que decidieron adoptarla como hija. Listo, problema solucionado.
-Karla se fue.
-¿Cómo que se fue? ¿No está contigo?
-Se fue con Diana a Los Ángeles por todo esto. Ella… Dios, Trip, no sé qué mierda hacer.
-Bueno, digamos que Diana tuvo un problema y que Karla fue a ayudarla para dejarte a cargo de la niña un rato a solas. ¡Listo! Soy un genio.
-Karla no va a querer hacerse cargo de una niña que no es suya. Y tampoco quiero hacerlo yo. Esa niña no es mía.
-¿Hiciste una prueba de ADN?
-Por supuesto que hice una— ¡Una prueba de ADN! ¡Eres un genio!
-Ya lo sé. Déjamelo todo a mí, tú sólo encárgate de que esa niña no muera bajo tu cuidado porque eso daría una muy mala imagen. ¡Ah! Y Deon, no olvides lo del ensayo-Dijo Trip antes de cortar la llamada y arrojar su teléfono a otro sitio para hacerle una señal a Cobie para indicarle que iba genial con la grabación.
Deon suspiró algo más aliviado por tener a Trip cubriéndole la espalda, como siempre. Cielos, la verdad es que no le tenía tanta fe como agente pero después de despedir al anterior ya no podía estar sin uno que le dijera exactamente lo que pasaba en su vida. Al menos era bueno haciendo su trabajo.
Entonces oyó un sollozo. Deon volteó su cabeza solo para ver la silueta de la niña salir corriendo al piso de abajo. Él se levantó al instante de la cama y bajó al primer piso para verla encogida en el sofá, llorando y abrazándose a sí misma para darse confort.
-Eh, ¿Qué tienes?
-No me quieres-Lloró ella con su rostro oculto entre sus rodillas. Deon la miró desconcertado al verla tan alterada.
-¿Qué? ¿Que no te quiero? ¿Por qué dices eso?
-Te oí al teléfono.
-Por supuesto que te quiero, Liss...
-¡Fizzy!-Lo corrigió en un grito-¡Ni si quiera te sabes mi nombre!-Se largó a llorar peor aún. Deon la miró apenado. Se arrodilló a su lado en el sofá para acariciar con cuidado su cabeza. Ella se alejó de él.
-Mamá dijo que tú me querías. Dijeron que podría quedarme contigo para cuando se fuera-Siguió llorando sintiendo la mano de Deon en su cabeza sin hacer movimiento alguno porque al parecer el estúpido no sabía cómo consolar niños pequeños.
El hombre la miró con pena.
-Fizzy... No es que no te quiera, es solo que tu aparición fue algo... Improvista.
-No me quieres-Repitió ella llorando desconsoladamente. Deon se rindió. Aparto su mano y la alejó de ella. Si Fizzy no lograba entender que no sentía ningún afecto por ella era imposible tener una conversación.
¿Cómo sentir cariño por una niña desconocida? Ni siquiera se sabía su nombre e iba a quererla. Uno no quería algo a la primera vista, amar algo requería tiempo y dedicación. Una niña no podía llegar así como así exigiendo su cariño como si él pudiera dárselo. Porque no podía pese a tratarse de su supuesta hija. En cualquier caso no la querría como a una hija sino como a un perro ¿No? No eran muy diferentes y no era como que esa niña hubiera salido de él como para que le tuviera cariño (Deon estaba seguro de que todo esto era un simple malentendido).
Fizzy lloró durante unos siete minutos sin parar hasta que cayó dormida con pequeños golpes de hipo generados por la tristeza. Deon por su parte permaneció sentado todo ese rato en el comedor con su cabeza entre sus manos intentando pensar.
Tenía que preparar su show pero para eso tenía que volar a Los Ángeles y no podía dejar a la niña allí sola. No podía dejarla a cargo de nadie más en la ciudad, no conocía a nadie más que su familia allí y no era como que pudiera hablar con su hermana, mucho menos con sus padres. No quería que se enteraran de una supuesta nieta desconocida que se apareció de la nada porque eso complicaría todo mucho más. Combinar trabajo y familia nunca eran una buena idea y sabía que en esas circunstancias sería mucho peor.
Tiró de su cabello y miró un punto fijo en la mesa; Quería a Karla, ella sabría qué hacer en ese momento. Tal vez diría algo como: Limpiemos la habitación de visitas para la niña o preparemos algún postre que le suba el ánimo a la pequeña.
Pero Karla no estaba ahí y él no sabía qué hacer.