Dominic no podía sacarse de la cabeza la imagen de Juliette y Edward tomados de la mano, saliendo del hospital juntos. Su corazón ardía de celos y frustración, sentimientos que no había experimentado con tal intensidad antes. A pesar de todas las complicaciones, no podía soportar la idea de Juliette con otro hombre, especialmente con Edward. Esa noche, después de horas de dar vueltas en su mente, decidió que no podía quedarse quieto. Quería respuestas y las quería ahora. Con seguridad tomó su auto y lo encendió y, se dirigió al departamento de Ana, donde Juliette se estaba quedando. Al llegar, no se molestó en llamar; simplemente tocó el timbre con fuerza, su mente ardiendo con una mezcla de celos y furia. Cuando Juliette abrió la puerta, se encontró cara a cara con un Dominic v