Juliette permaneció en silencio, sorprendida por las palabras de Dominic. Sin embargo, la furia y la frustración acumuladas finalmente encontraron una salida. Se acercó a él, sus ojos ardiendo con una mezcla de dolor y confusión. —Dominic, ¿cómo pudiste decir eso? —empezó, su voz temblando de ira contenida—. ¿Cómo pudiste insinuar que el bebé es del Dr. Bris delante de él mismo? ¿Te das cuenta de lo hiriente que fue eso? —Juliette, yo... —intentó empezar Dominic, pero ella lo interrumpió. —No, déjame hablar. He soportado tus dudas, tus celos, y tus acusaciones. He tratado de ser comprensiva, de darte el beneficio de la duda, pero esto es demasiado. Me estás rompiendo el corazón, Dominic. Y lo peor de todo es que estás matando lo que queda de mi amor por ti —dijo Juliette, con lágrimas