En la noche, Juliette preparó la cena frente a la chimenea, hacía un poco de frío y era una velada perfecta para ganarse el corazón de Dominic una vez más. Había una mesa frente a la chimenea, estaba decorada con copas, vinos y una pasta al dente. —¡Dominic!— Exclamó al verlo entrar a la sala. —Ya la cena está lista— Continuó diciendo mientras lo invitaba a la mesa. Dominic en silencio se desplazó desde su silla de ruedas, ocupó el lugar libre de una silla, observó todo y no pudo quedarse callado. —Esto se ve increíble, Juliette— dijo con una leve sonrisa, aunque su mirada estaba cargada de una mezcla de emociones que ella no podía descifrar del todo. —Gracias, Dominic— respondió ella con suavidad, sentándose frente a él. —Quería que esta noche fuera especial. Dominic asintió, tomand