Marina. —Tienes razón... Cuando tienes razón la tienes, no voy a negarlo. —Lo sé, ya era hora de que me des algo de crédito, siempre das los sermones y me arreglas la vida con tus consejos. —me rio por las caras que hace, como que logró su cometido—. Estaba esperando este día en que a mi me toque darte una lección. —Ya te estas subiendo en la nube. —se apoya a mi lado en la pared mirando a la gente pasar. —Siempre me pregunté porque muchos te miran mal o hasta en la facu nadie quiere ser tu compañera todo porque usas polleras, más en específico como estas que son de jean y dices de los pies a la cabeza que eres evangélica. —Aprendí a no mirarlos y a que no me afecte ya que es mi vida y uno hace lo que se le venga en gana, solo que muchas veces todo porque somos creyentes es como que n