Marina. Emocionada guardo todo lo que Michel me compró, me elegí como diez vestidos, unas remeritas muy hermosas y simples porque no soy ni del brillo ni de la mucha estampa, y polleras de las que uso encontré tres, una de jean y las otras sueltitas pero que me vienen al pelo donde no tengo mucha ropa, menos de invierno, aún no me quiero preocupar porque falta bastante para el frío, recién estamos llegando al verano así que me quedan unos cinco meses para ir comprándome y pensando bien en que me falta y no comprar cosas innecesarias. —Mari, me quiero dar un baño así después salimos a cenar. —Ve, ahora te alcanzo toallas limpias. —No me entendiste. —¿Qué cosa?. —me giro a mirarlo mientras acomodo el vestido en la percha—. Me dijiste que te querías bañar... Ve tranquilo. —Antes de baña