—Estamos aquí en medio de la nada, en una cafetería llamada Deliciosa... o algo así —dijo la rubia, a lo que los tres streamers comenzaron a carcajearse y a hacer sus características bromas. Carla y yo nos reíamos de todo lo que decían aquellos influencers. Ellos continuaron presentando el tan mencionado #CafetadaChallenge, que consistía en un reto de preguntas de verdad o castigo, con un detector de mentiras. —Esto se está poniendo interesante —me dijo mi compañera entre susurros. Cuando llevé la orden a la mesa, los tres agradecieron y me intentaron hablar con amabilidad, pero yo agaché la mirada para no ser vista en su directo, qué vergüenza sentí. Con la misma me retiré casi corriendo hasta llegar nuevamente a la caja y me senté junto a mi compañera. Volteé a ver a Carla, ella