La mañana era luminosa y una limosina se alejaba del bullicio urbano, y se podía apreciar desde la lejanía parte de la ciudad; poco a poco todo parecía tan diminuto ante aquella altura que iba tomando el trayecto. Sandy había ido de excursión con una amiga y Seth tenía que acompañarla, como era de esperarse. Todo iba muy bien, ya que ella quería alejarse un poco del trajín de su rutina y despejar su mente para lo que estaba por venir; en definitiva la idea de considerar comprometerse con el joven Brad era algo que la tenía estresada de pies a cabeza, es decir, el muchacho era guapo y no podía negar que su blanca sonrisa podía derretir a cualquier chica, y tal vez en otro momento a ella podría interesarle tal partido, pero no podía negar lo que su corazón sentía desde hace ya un tiempo, des