Capítulo 4

2291 Words
Estacionando su motocicleta en el lugar más apartado que estaba disponible en el estacionamiento del centro comercial, Asher se aseguró de que no hubiera ninguna persona realmente cerca y se quitó su casco. Inclinando ligeramente su cabeza hacia atrás, el famoso cantante pasó los dedos de su mano derecha por su cabello tintado de violeta y lo llevó todo hacia atrás para despejar su rostro de este. Apoyando el casco frente a él, tomó los bordes de la capucha de su sudadera y se la colocó, logrando ocultar la mayoría de sus facciones. Bajándose de su motocicleta, Asher colocó el casco bajo su brazo izquierdo y caminó por el estacionamiento hasta llegar al ascensor. Sin la necesidad de apretar el botón para llamarlo, las puertas se abrieron ante él e inmediatamente bajó la mirada al encontrarse con un pequeño grupo de personas. Corriéndose a un lado, esperó a que estas se bajaran del ascensor. Una vez este estuvo completamente vacío, se subió y presionó el piso donde se encontraba la tienda de dulces en la que Maison le había pedido juntarse. Tan pronto como llegaron al piso y las dobles puertas se abrieron, Asher se bajó y observó disimuladamente a su alrededor hasta que encontró a su amigo. Con una pequeña sonrisa, Asher se dirigió a él y se detuvo frente a este. —¿Llego muy tarde? —preguntó. Aquellos ojos color chocolate escondidos detrás de un marco de lente parpadearon y luego le observaron con sorpresa. —¿Qué? ¿Creías que no vendría y te dejaría plantado sin avisarte? —indagó ante la genuina sorpresa en el rostro de su amigo. —No, no es eso —respondió y observó a su alrededor de forma preocupada—. Solo me sorprendió que aparecieras ante mí tan fácilmente, sin un cubrebocas o unos lentes de sol, ya sabes, lo típico que usan los famosos para cubrir su rostro —explicó. Asher resopló sonoramente ante esas palabras. —Hacer eso es una estupidez, en vez de lograr disminuir tu presencia destacas más, razón por la cual te atrapan fácilmente —explicó—. No hay mejor forma de ocultarse entre las personas que luciendo exactamente como ellas —aseguró y se señaló a sí mismo. Observándolo, Maison asintió con una pequeña sonrisa. —Bueno, eso es cierto —aceptó—. ¿Está bien que vinieras y no te hubieses quedado descansando? Te ves cansado —comentó preocupado. —Estoy bien, solo sufro de insomnio por temporadas y estoy pasando por una ahora —explicó encogiéndose de hombros, como si no fuera la gran cosa. Entonces, observó a su alrededor, en busca del estúpido y sexy novio de su amigo o... El rígido hombre atractivo que estuvo con Maison la última vez. —¿Viniste solo? —preguntó finalmente tras no encontrar señal alguna de nadie. —Sí, aproveché que mi horario de trabajo en el gimnasio Chang cambió ahora que comencé a estudiar y vine —respondió. —Jodido santo satanás, ¿me estás diciendo que hice que el nerd de Maison Huntoon prefirió salir al centro comercial con un amigo a comer dulces en vez de quedarse estudiando en casa? —exclamó con un exagerado tono dramático. Empujando suavemente sus lentes, Maison rió perdiendo sus ojos en el acto. —Exagerado —negó—. Vamos a la tienda, siento que si nos quedamos aquí parados, comenzaremos a traer la atención —expresó y dirigió el camino. —Cierto, verdad que ahora eres conocido por salir con el famoso boxeador Wolf —recordó caminando a su lado. —Yo no diría exactamente famoso —corrigió Maison—. Solo las personas que conocen del boxeo me reconocen como la pareja de Theron, y entonces esperan cerca de mí creyendo que de esa forma podrán ver a mi pareja o me toman una foto, si es que no murmuran entre ellos —expresó y le observó—. Definitivamente no estamos a la altura de tu popularidad, señor "regresó triunfante como siempre de su tour mundial". —Ah, estuviste leyendo artículos de mí —expresó con una sonrisa arrogante. —Es imposible no entrar en internet y no encontrarme con alguna noticia tuya, Asher —indicó con un suave resoplido—. Acabas de volver luego de tres meses fuera cantando y presentando nuevas canciones en varios países. ¿Cómo es que lograste salir? —preguntó observándole con sorpresa. —¿A qué te refieres? —le observó. —Eres de lo que todo el mundo habla en este momento, Asher, me sorprende que hubieras logrado venir aquí y no ser reconocido en el camino —explicó—. ¿Hablaste con tu padre para que te ayudara? Sin poder evitarlo, Asher se carcajeó ante la idea de su amigo. —Por favor, si le hubiera dicho a Williams que deseaba encontrarme contigo, lo más probable es que me diera miles de excusas para no salir y se habría quedado pegado a mi costado para que no me escapara —bufó. —¿Cómo llegaste entonces? —Me escapé —anunció, de lo más natural del mundo. Como si no hubiera absolutamente nada mal en su declaración. Deteniéndose frente a la puerta de la tienda, Maison le observó. —Dime que le avisaste a alguien o que al menos apareciste con unos guardias que se están escondiendo para que no destaques —pidió. Asher resopló en respuesta. —Por favor, Maison, si hiciera algo como eso, se perdería toda la diversión de la palabra escapar —respondió y empujó la puerta. Tan pronto como la abrió, una pequeña campanita en la parte superior de la puerta sonó anunciando su llamada y los dos empleados detrás del mesón le saludaron animadamente. Cuando su amigo no le siguió al interior, Asher mantuvo la puerta abierta y le observó. —¿No piensas entrar? —preguntó. Como si despertara de un trance, Maison asintió efusivamente y le siguió al interior de la tienda. Quedándose pegado a su costado, ambos observaron las opciones de los sabores de helado que ofrecían. —¿Quieres ir a una mesa y que yo pida por ambos? —ofreció Maison. —Nah, estoy bien —aseguró Asher. Tan pronto como el cantante se fijó en su sabor favorito, se animó y lo señaló al hombre mayor que los estaba atendiendo. —Quiero un banana split grande, con trozos de galleta, espolvoreado con chispas de chocolate y... —observó a su alrededor—. ¿Tiene ositos de goma para añadir? —preguntó al no verlos. —Están en la sección de dulces —explicó el hombre mayor. —¿Puedo agregarlos también? —pidió, lamiendo ya sus labios como si pudiera sentir la explosión de sabores que habría en su boca. —¿Una porción de ositos de goma? —preguntó el empleado, preparando su helado según sus indicaciones. —Quiero dos. No, mejor que sean tres —se corrigió—. Una sobre el helado y las otras dos para llevar —explicó. —Por supuesto, voy por ellas —asintió el hombre y se retiró un momento. —Entonces, ¿qué vas a pedir tú? —preguntó Asher, observando a su amigo. —¿Piensas comer un banana split solo? —preguntó Maison con sorpresa. —Por supuesto que sí, no estuve sometido a una dieta tonta durante la gira para no tener mi recompensa ahora que terminé con ella —expresó—. ¿Quieres que te compre uno igual? —ofreció, sacando su tarjeta. Maison negó con un suspiro y colocó su mirada en el empleado cuando este volvió tras terminar con el pedido de Asher. —Yo solo quiero un helado mediano de menta con chispa de chocolates y galletas —pidió su amigo. —Iré a pagar —anunció Asher. —No, yo iré —declaró Maison—. Tú solo ve a la mesa con nuestros pedidos y espérame ahí —ordenó. —Pero... —La última vez tú me invitaste todo, esta vez es mi turno —indicó su amigo. Y al observar esa mirada decidida en su amigo, Asher resopló y asintió. Tomando la bandeja con el pedido de ambos, se dirigió a una mesa desocupada y algo aislada en el interior y se sentó. Dejando su casco en el asiento a su costado, colocó su pedido frente a él y cogió su cuchara para tomar el primer bocado. Tan pronto como ese asombroso sabor de helado, banana, chocolate y galleta entró en su paladar, soltó un pequeño ruidito desde el fondo de su garganta de pura felicidad. Realmente, luego de haber pasado por esa tonta dieta para mantener su peso y resistencia durante todo el tour, llegar a comer esa delicia era algo inigualable, la mejor recompensa que podría tener por su trabajo, además de las sonrisas y palabras de sus fans, claro. Casi sentía que toda su energía volvía a la normalidad con caso bocado que tomaba. Cuando Maison finalmente se sentó con él en la mesa, Asher observó curioso como este miraba ocasionalmente a su alrededor, como si buscara o esperara algo. —¿Me dirás que sucede? —preguntó lamiendo la cuchara. —¿Por qué crees que sucede algo? —Porque te dolerá el cuello tanto que miras a tu alrededor —indicó—. ¿Theron vendrá por ti ahora? —No, se supone que yo debo de ir a buscarlo, me dejó su auto para ello —explicó su amigo. —¿Desde cuándo sabes conducir un auto? —preguntó Asher, arqueando una ceja. —Theron me enseñó —dijo Maison con una pequeña sonrisa. Y luego, un adorable rubor subió por aquellas mejillas, lo que colocó una sonrisa divertida en Asher al imaginar las cosas que debieron de haber ocurrido en esas clases si el rostro de su amigo adquiría tal tono dulce. Con su sonrisa adquiriendo un aire más travieso, el famoso cantante cogió algo de helado, intentando parecer casual. —¿Dichas clases terminaban con ejercicios extras? —preguntó. —¿Ejercicio extra? —repitió su amigo, con una mirada un tanto confundida. —Sí, ejercicio —asintió y señaló el cuello de su amigo, donde se podían apreciar unos chupetones. Por supuesto que Maison entendió inmediatamente de lo que estaba hablando, ya que su rostro adquirió un tono más rojo. —No, sucedió después. Asher se carcajeó ante la respuesta de su amigo, sin poder creer todo lo que había cambiado desde que lo conoció en aquel entonces que salía con la basura de Roniel. Realmente, solo un estúpido como Roniel Steele podría ocultar a alguien tan asombroso como Maison e intentar apagar esa luz cálida que poseía. —No te rías tan fuerte, atraes la atención —indicó su amigo, observando preocupado a su alrededor. —¿Temes de lo que pensará tu pareja si alguien sube una foto de ambos? —preguntó. —No, temo de lo que te pasará a ti si alguien te llega a reconocer, eres mucho más famoso ahora que antes —explicó. Y solo esas palabras le dijeron la razón sobre el actuar de su amigo. —Está bien, Maison, no es la primera vez que hago algo como esto —le recordó. —Pero tu popularidad ha subido —argumentó. Rodando sus ojos, ya que su amigo estaba comenzando a hablar tanto como su padre como su agente de publicidad, Asher decidió cambiar el tema y preguntar por lo que había ido. —Mejor dime como te ha ido a ti con tu hombre. —Bien —respondió con una sonrisa enamorada—. Theron es todo lo que podría desear como pareja —aseguró. —Me alegro por ti, te mereces algo bueno luego de la basura de Roniel —asintió—. Y hablando de alguien bueno, ¿qué sabes del hombre que te acompaño aquel día que fuiste a mi pequeño concierto? —indagó finalmente. —¿Caden? —Sí, Caden —asintió. Maison le observó en silencio con cierta curiosidad y empujó sus lentes más arriba. —Creí que no te había agradado por todas las maldiciones que dijiste ese día al despedirte —comentó. —Tenía que quejarme, le pedí una cita y el engreído me rechazó observándome como si fuera poca cosa —resopló y se volvió a irritar al pensar en ello. —¿Le pediste una cita a Caden? —preguntó Maison con sorpresa. —Sí. También me rechazó y me enojé —reconoció—. Y si no hubiera sido por el tour, me hubiese quedado para molestarle hasta conseguir esa cita —reveló y comió de sus ositos. —¿Por qué? Observando el rostro lleno de sorpresa de su amigo, Asher decidió ser honesto. —Dos razones, me dijo que "no", lo que solo me lleva a seguir intentándolo hasta conseguir un sí —anuncio levantando un dedo—. Y porque es atractivo —se encogió de hombros. —Todos le tienen miedo —indicó Maison. —Sí, es por esa mirada y aura intimidante, y con ese cuerpo que se trae quién no se sentiría asustado —recordó con una sonrisa divertida—. Pero es atractivo y más con todo eso —aseguró. Maison le observó unos segundos en silencio y luego sonrió. —Es el hermano mayor de Theron, se llama Caden Knox y es el dueño de su propia empresa de seguridad —reveló—. Hasta donde sé, no tiene pareja, pero está casado con su trabajo. —Caden Knox —repitió Asher, con una pequeña sonrisa—. Me gusta —expresó, sintiendo un extraño cosquilleo suave al pronunciar el nombre.
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