Algo cae al suelo, es el corazón de Esmeralda acribillado por las palabras más espantosas que ha escuchado, las de un padre ordenando que se saque a su hijo (suponiendo que es de él) del vientre de la madre como se deshace de la basura por las noches. —Jaime, ¿cómo puedes ser capaz de hablar de esa forma? —por primera vez lo confronta seriamente—. Sólo piensa que tu papá también pudo haber hecho lo mismo contigo. —Aquí la cuestión es ¿cómo pudiste hacerme semejante daño justo ahora? —se levanta Jaime con el cinismo de victimizarse. Esmeralda también se pone de pie y se muestra fuerte al proteger la nueva vida que lleva dentro. —Quizás he sido cómplice tuya al torturar emocionalmente a tu esposa, pero esto definitivamente no. No me convertiré en una asesina nada más porque tú te acobard