-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Francesco -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Pese a que el ligero temor que se negaba a abandonarme seguía repitiéndose como eco en mi cabeza, yo me esforzaba en ignorarle; no iba a permitir que nada me arruinara el momento con Irene, y seguiría haciéndolo cada que tuviera la oportunidad. Así que procurando callarle por completo, profundicé nuestro beso. Me presioné más contra ella, hundiéndola más contra el colchón, y uniendo nuestros cuerpos a tal grado que ambos empezamos a temblar de placer como lo habíamos hecho tantas veces la noche anterior. Recordé entonces cómo había sido la primera vez, ese momento quedaría eternamente grabado en mi memoria, jamás olvidaría su expresión ni el ligero suspiro que soltó cuando me uní a ella, pero de pronto también record