-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- Irene -.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.- La fiesta transcurría amena mientras Francesco y yo seguíamos hablando, me estuvo contando sobre el caso que atendía en Londres y lo complicado que estaba resultando ser. Mientras él hablaba yo me hacía la que entendía al cien por ciento, cuando prácticamente solo le veía mover los labios. Y no es que yo fuese estúpida y no pudiera entender algunos conceptos legales, sino que, primero: entre el alboroto de la música escuchaba solo la mitad de lo que me decía; y segundo: mi mente no dejaba de darle vueltas al asunto de cómo sería besarlo, y eso hacía que no entendiera la mitad que sí estaba escuchando. Me sentía como una muchacha del bachillerato enamorada de su profesor, situación que también me ocurrió e