CAPÍTULO 2

2534 Words
Actualidad POV MIA Serví mi quinto trago de la noche con una sonrisa, estaba malditamente feliz que después de tanta mierda mis mejores amigos estuvieran comprometidos, esa propuesta había sido la mejor del puto mundo. —Creo que deberías de beber menos —exclamó Ava llegando hasta mí, negué rápidamente. —¿Acaso no te das cuenta? ¡mis mejores amigos están comprometidos! —hice un baile totalmente ridículo en mi lugar— Necesito quedar inconsciente… atrapada en unos brazos fuertes y pecho… totalmente duro. —Estás loca —rio. —Ava, por el amor a los p***s, mira alrededor —señalé con una sonrisa—. Esta todo el equipo de Noah en esta fiesta, hay de donde escoger… deberías de hacerlo, te urge. Con eso ultimo me fui hacia la pista a bailar, no duré mucho tiempo sola, un sexy, hermoso y grande hombre se me acercó. Empezamos a movernos al ritmo de la música y debía admitir, se movía bastante bien, había sincronía… me encantaba. —¿Cómo te llamas? —preguntó tiempo después. Agarré su mano y lo guie hasta el balcón, quería poder hablar cómodamente. —Me llamo Mia Cooper —me presenté en cuanto llegamos. —Que lindo nombre… Mia —simplemente sonreí—. Mi nombre es Liam Green y estoy encantado de conocerte —agarró mi mano y beso el dorso de ella. Era muy formal y caballeroso. Era raro, pero me gustaba… debía de estar al menos con un chico bueno por una vez en mi vida. —Bueno Liam, espero decir lo mismo al terminar la noche —sonreí, mirándolo fijamente a los ojos, su rostro se incendió inmediatamente y como la mierda que esa pequeña reacción me había cautivado. —¿Qué quieres decir? —preguntó. —Tú sabes perfectamente lo que quise decir —respondí, mientras me acercaba lentamente hacia él. —Mi apartamento queda cerca —sugirió, mientras sus manos rodeaban mi cintura—. Podemos irnos ahora mismo. Liam era muy sexy, lo había visto jugar y era realmente bueno, esperaba que también lo fuera en la cama. —Liam, acaba de llegar tu novia —escuché la voz de Noah e inmediatamente volteé a verlo. El nombrado volteó a verme avergonzado, mientras susurraba un “lo siento”. —Mierda —murmuré, negando hacia Noah cuando Liam ya se había ido—. Simplemente hubieses dejado que ella nos viera, Noah… enterarse de la clase de hombre que tiene al lado —me encogí de hombros. —¿Y qué armara un escándalo en mi fiesta de compromiso? —alzó una ceja, viéndome detenidamente. —No, claro que no —respondí segundos después, cruzándome de brazos—. Odiaría arruinarles su día. —Lo sé —se acercó a mí y me agarró de los hombros—. ¿Cuánto tiempo más, Mia? —¿De qué hablas? —quise saber, no entendiendo a que se refería. —Creo que ya es momento de que te detengas y dejes de hacerte daño a ti misma. —¿De qué manera me estoy haciendo daño? —El sexo no llenará ese vacío que tienes, si no lo hizo durante tantos años, ¿no crees que es hora de mirar otra opción? —Yo creo que ya estás muy mareado y deberías descansar —me solté sutilmente para salir corriendo del lugar, pero su agarré en mi antebrazo lo impidió—. No quiero hablar de eso ahora, hoy no. —Está bien, no será hoy, pero pronto tendremos esta conversación y no podrás zafarte. Tiró de mi hacia él para abrazarme por unos segundos, segundos en los que casi me derrumbaba. —Ve, ahora voy —asintió. Debía de calmarme. Me volteé para ver la vista que teníamos aquí arriba, era increíble… quería un lugar así para dentro de un año cuando volviera, no quería seguir más en la casa de mis padres, quería tener mi propio espacio financiado por ellos, claro está. —Oh que sorpresa —exclamaron detrás de mí—. Pensé que estarías en algún rincón de este apartamento manoseando a Liam… oh no espera, su novia llegó. Inhalé hondo antes de voltearme. —Para ser alguien que está en sus asuntos, sabes muy bien cada uno de mis movimientos, Aiden. —Es que tú eres uno de esos asuntos —sonrió descaradamente—. Por esa razón debo de estar al tanto de ti, mi querida Mía. Solté una risa al escucharlo decir lo último. Con Aiden llevábamos meses hablando por chat, habíamos tenido muchos momentos calientes, pasaron muchas cosas entre nosotros dos a distancia, pero en cuanto llegué de nuevo a Nueva York para pasar las vacaciones, no sabía cómo nos íbamos a llevar después de todo, a la final no hubo necesidad de saber. En cuanto supe que tenía novia el día de la bienvenida, me sorprendió, jamás la nombró y siempre creí que Aiden nunca tendría una “relación”, pero estaba en ella y tal vez muy en el fondo me sentía celosa. —¿Qué quieres Woods? —cuestioné—. Como verás no estoy de humor, así que habla y vete. —Lo sé, sabía que estarías de mal humor por no tener lo que tu cuerpo tanto desea. Maldita sea el momento en que te abriste esa noche con él, Mia Cooper —pensé. —¿Qué quieres? —pregunté por segunda vez. —Lo que tú también quieres —susurró, su voz un poco más ronca de lo habitual—. Estar dentro de ti. Empuñé mis manos al escucharlo, esa maldita voz que poseía hacia que perdiera el control de mi cuerpo. —¿Y tú novia? —me atreví a preguntar. —¿Novia? —frunció su ceño, pero segundos después asintió—. Ah Samanta no es mi novia en realidad, pero se veía mal antes los compradores y clientes mi reputación, ella quería un título y yo no arruinar mi empresa. Uno más uno es dos. —Ya decía yo que Aiden y novia no podía existir en una oración. —Exacto bebé. —Vuelve a decirme bebé y te golpearé. —Baby gi.. ¡Auch! —me miró realmente mal—. ¿Qué es lo que te pasa? —Te lo advertí, no hago advertencias en vano… ¿de acuerdo? —De acuerdo… ba… —se detuvo un momento—. Baby girl. Esta vez fue más rápido y agarró mis manos. —Suéltame. —No cometo el mismo error dos veces seguidas, ahora movámonos a menos que quieras que te folle aquí mismo... al aire libre. Jadeé en cuanto lo escuché. —¿A dónde? No dijo nada, simplemente me jaló hacia la puerta que teníamos al lado, ni siquiera pude observar que habitación era esta, me arrinconó en la pared y su aliento golpeó mi rostro. Una corriente eléctrica atravesó mi cuerpo, la atracción y la tensión s****l empezó a ser palpable en el ambiente, con cada respiro me embriagaba aún más y el calor intenso en mi parte íntima aumentaba con cada segundo que pasaba. Un ligero gemido se escapó de mis labios involuntariamente, lo que desencadenó absolutamente todo en Aiden, sin más atacó mis labios y creí estar en un sueño, sus labios eran muy suaves y deliciosos, era un deleite tenerlos sobre los míos. Me deje llevar por el momento y mis ganas de hace años, aun cuando mi conciencia me gritaba una y otra vez que no era el lugar adecuado para tener sexo, que había muchas personas detrás de estas paredes, que cualquiera pudiese entrar y descubrirnos, pero era exactamente ese detalle que, hacia todo tan intenso, lo prohibido, el hacerlo justo ahí… en esa habitación lo hacía malditamente excitante. Todo empezaba a subir de intensidad con cada segundo en que nuestros cuerpos se tocaban. Habían pasado varios meses desde mi última vez y había estado deseado tanto este momento, este encuentro, que por un momento llegue a pensar que era otro sueño más, pero no, estaba sucediendo y más me valía disfrutarlo al máximo. De repente agarró mis piernas alzándolas e inmediatamente las enrollé en sus caderas. —Ne-Necesito estar dentro de ti… ahora —hablaba entre besos, la desesperación en su voz era notoria. Empezó a subir mi camisa desesperadamente, pero estaba siendo tan torpe que lo único que haría era dañarla, lo ayudé rápidamente dejando a la luz mis grandes senos. Sonreí con suficiencia al ver como sus ojos se oscurecían y tragaba en seco. —No llevas brasier —susurró para sí mismo—. Me pregunto… si la señora Cooper trae puesto algo allá abajo —una retorcida sonrisa hizo aparición—. Pero por ahora, daré atención aquí arriba. No había entendido hasta que empezó a chupar sin piedad mis senos, tantas noches soñando con esto, hacía que pudiera llegar con tan solo esta preparación, me sentía al límite, no aguantarían mucho y sabía que Aiden tampoco. Fue subiendo, dejando un camino de besos hasta mi cuello, en donde lamió hasta llegar al lóbulo de mi oído. —No…No es correcto hacerlo aquí… —intenté hablar, teniendo un poco de lucidez. — ¿En este estudio? Sí —un gemido de placer salió de mis labios cuando se restregó en mi—. Es malditamente correcto, es esto o hacerlo en el balcón. No respondí, simplemente agarré su camisa y tiré de ella, para después bajarme y quitarme mis pantalones, Aiden rápidamente desabrocho los suyos. Ambos estábamos desesperados y no había tiempo. Cuando estuve nuevamente sobre sus brazos, cerré mis ojos al sentir la punta de la potente erección de Aiden en mi v****a, mi respiración se aceleró, mi corazón empezaba a latir desbocadamente y mi v****a a contraerse con cada segundo que pasaba. —Podría llegar con solo esto —lo escuché—. Mierda, Mía. —Yo igual —alcancé a responder, antes de que se adentrara en mi sin ningún aviso de por medio, lo hizo duro y un poco doloroso—. Aaah —gemí, aferrándome a sus fuertes brazos. Contraje nuevamente mis paredes, arrancándole un sexy gruñido de advertencia. Empezó a embestirme fuertemente, esto era increíble, involuntariamente me movía una y otra vez contra cada arremetida que él daba, cada una era mejor que la anterior, cada segundo me llevaba a un estado de fogosidad absoluta. La habitación se sentía en llamas, el aire empezó a ser pesado y las gotas de sudor a perlar nuestros desnudos cuerpos. El sexo sacaba lo mejor o peor en las personas y esta no era la excepción para nosotros. Encajé mis uñas en los hombros de Aiden y empecé a subir y bajar, logrando así sincronizar mis movimientos con los de él, haciendo que ambos gimiéramos al unisonó. Se sentía malditamente excelente, tanto, que un remolino de calor empezó a crearse, estaba por llegar, mi v****a empezó a contraerse cada vez más y las embestidas a aumentar. Cuando abrí los ojos, supe que no era la única que estaba por llegar, Aiden estaba al límite y podía sentir dentro de mi como su pene palpitaba. Mi cuerpo se erizo por completo, mis piernas temblaron y me arqueé hacia tras esperando mi liberación. Liberación que nunca llegó. — ¿Qué… qué crees que haces? — casi grité de la frustración. —C-Créeme cuando te digo que… quiero esto tanto como tú, pero aún no, primero quiero que probemos con algo —dijo seriamente. Me bajó con cuidado y agarró mi pierna derecha empezándola a levantarla muy lentamente a la altura de su codo. Su mirada en ningún momento abandonó la Mia. Esa mirada me estaba desafiando. No tenía limites en cuanto al sexo con él se tratará —pensé. Cuando mi rodilla estuvo sobre su brazo, este se acercó aún más penetrándome al instante. Grité sin poder controlarme, lo que hizo que Aiden me diera una palmada con su mano libre en mi culo y la dejara ahí, apretándolo. —No grites o nos descubrirán —ordenó. M I E R D A No tuve valor para decir absolutamente nada, sabía que no me gustaba ese mundo del BDMS, pero el que me haya golpeado y ordenado, en un momento tan excitante, me había gustado mucho. Había estado en esta posición, pero con él se sentía diferente. Una sonrisa arrogante apareció en su rostro. —Ahora prepárate para el segundo mejor día de tu vida, Mia. Me agarré de su cuello cuando empezó arremeter fuertemente contra mí. Tenía sus pupilas dilatadas y en su mirada solo podía observarse el fuego intenso que se consumía con cada movimiento de nuestros cuerpos. Estaba siendo una bestia total y me encantaba, empezaba amar el sexo rudo. Un delicioso sexo que amaría volver a probar. Nuestros cuerpos chocaban provocando un erótico sonido para nuestros oídos, recordé que existía la posibilidad de que alguien llegara y nos viera, que posiblemente nos grabaran y terminaran en páginas baratas de pornografía, pero, exactamente era eso...lo prohibido, el saber que podríamos ser descubiertos, hacía que nuestra excitación aumentara a niveles desorbitantes. Una sonora palmada aterrizó nuevamente en mis nalgas, haciendo arder aquella zona. Me arqueé y apreté mis labios para evitar gemir demasiado fuerte, era muy intenso. Al parecer no pude evitar no demostrar que me empezaba a encantar que lo hiciera, pues Aiden al verme, nuevamente volvió a impactar aquella zona hasta que con sus dos manos agarró mis nalgas y las apretó con posesividad. —Mia —dijo de manera posesiva—. Esto volverá a suceder, ¿Me escuchaste? —Sí…más…más rápido —gemí al sentir mi orgasmo cerca. A medida que aumentaba sus embestidas, agarré su rostro entre mis manos y empecé a besarlo con brusquedad y deseo mientras con cada segundo se ensanchaba ese remolino de deseo que explotaría y nos dejaría en nada. Minutos después, llegó el orgasmo más arrasador que había tenido hasta ahora en toda mi vida, todo mi cuerpo tembló y creí morir cuando el dedo de Aiden empezó a estimular rápidamente mi botón de placer. —No —grité extasiada, no queriendo que prolongará y aumentará más la intensidad de mi orgasmo—. Oh por dios… ¡no! Grité exaltada con mi corazón latiendo desbocado, todo mi cuerpo se sentía adormecido mientras mi interior sufría los estragos del orgasmo. Mi v****a se contraía una y otra vez, acelerando así el orgasmo de Aiden, quien segundos después con un fuerte gruñido se vino, empecé a sentir como era llenada a cantidades por su semen y como su pene aun palpitaba en mi interior. Los dos nos quedamos estáticos, tratando de recuperarnos y estabilizar nuestras agitadas respiraciones. Cuando ambos recobramos la compostura, lentamente salió de mí y bajo con cuidado mi pierna, quien estaba entumecida, por lo que me ayudó a sostenerme. De repente sonreí, mientras él mantenía su mirada fija en mí. —¿Por qué la sonrisa? —preguntó. —Gané —fue lo único que tuve que decir para que asintiera y agarrara mi rostro entre sus manos. —No lo sé Mia, aún es muy pronto para saberlo.
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