—Qué bueno es estar en mi preciosa cama—me acurruco acariciando las suaves sábanas contra mi mejilla—podría vivir aquí, solo contigo—le digo a mi cama mientras le doy un beso. —¿Estar encerrada te flojó los cables que conectaban un poco tu normalidad?—pregunta Sango riendo mientras se mira desde la puerta. —¡Deja a los demás ser felices!—grito besando mi cama. Ella se acerca al sofá que se encuentra en la habitación para sentarse y luego lanzarme un cojín. —Estás loca—ríe sentándose en mi cama—no me has contado que sucedió entre Inuyasha y tú cuando te besó—muerdo mis labios y miro a otro lugar. —¿Tengo que decirlo?—ella asiente. —Es la ley de las mejores amigas—me siento en pose de indio para darle la cara. Flash Back Inuyasha posa sus labios sobre los míos y mis ojos se abren en