28 de Abril del 2019. New York, Dalleris H.

1436 Words
ALAI Todavía estoy esperando las explicaciones de Noah, yo no oí mal, la mujer que lo acompaña acaba de decir que una castaña siempre está junto con mi novio ¿Perdón? No es que me de celos, o bueno un poco si, pero me molesta el hecho de que Noah jamas nombró a ninguna castaña y hasta dónde sé no tiene amigas aquí. Peor es mi molestia cuando veo que por detrás del taxi se asoma el rostro de la susodicha. No puedo creerlo. —¿Tú? —la señalo ligeramente con mi dedo, me siento desganada. —Hola, supongo que aún me recuerdas —sonríe tímida. —¿Cómo no hacerlo? Créeme tu rostro es algo que jamás voy a olvidar. —Escucha Dalleris, vengo en son de paz. Pasaron demasiados años desde la última vez que nos vimos ¿Podemos dejar todo atrás y empezar de cero? —Noah, explícate —ignoro lo que ella dice. —No es tanta la explicación a decir verdad. Llegué a Denver y el primer día que estuve en el estadio pues, me encontré con Dess. —Yo trabajo ahí, por si quieres saber... —¿Y? —vuelvo a ignorarla. —Nads, empezamos a salir pero como amigos todo está bien entre nosotros, no tienes nada de qué preocuparte —suspira mi novio. ¿Éste es un idiota o que demonios le sucede? —¿Qué no me preocupe? Todo este tiempo estuviste saliendo a escondidas con esta loca desquiciada ¡Me mentiste! —niego con decepción. —Disculpa pero tú te fuiste a San Diego a espaldas mías y también me mentiste. —¿Qué es esto, una competencia para ver quien es más mentiroso? —¿Entonces que me mientas no es tan grave pero que lo haga yo es imperdonable? —eleva sus cejas incrédulo. —¡Te estás viendo a escondidas con la estúpida de tu ex novia! —¿Me dijo estúpida? —pregunta la perra de Destiny confundida. —No hables así de Dess, no te lo permito. —¿Ahora la defiendes? —Dalleris, enserio esto es innecesario no tienes que ponerte así —niega la imbécil de Williams a mi lado. No puedo creer que mi novio esté defendiéndola después de todo lo que pasó con ella, no sólo lo manipuló, violentó y le prohibió hablarnos a mi y a nuestros amigos, sino que provocó una pelea entre nosotros a parte de aquella vez que nos golpeamos en la cafetería. Sé que pasaron años, sé que una estúpida pelea de secundaria no tiene que tener tanta relevancia en mi vida pero ¡Es su maldita ex novia! Estaban encontrándose a escondidas y Steven ni siquiera tuvo los huevos para decírmelo. —Sabes qué, pudrete Steven —niego con indignación. Intento subir al taxi pero la mano de mi novio se posa sobre la puerta de los asientos traseros impidiendo que pueda ingresar. —Tú no te irás a ningún lado, estamos hablando. —No, no estamos hablando. Estamos haciendo una jodida escenita en público y tú me estas humillando frente a la idiota de Williams. —¡Creí que querías que estemos bien! Alai, enserio esto se está volviendo muy difícil para mi —suspira agobiado. —Oye, tienes dos putas opciones: subes al taxi conmigo y hablamos esto en privado o quédate aquí con Williams, yo me iré. Noah parece dudar ante las opciones, termina accediendo a subirse al taxi y dejar de hacer tal escándalo en la vía pública. Yo subo primera, él tarda un poco por estar hablando con aquella perra desgraciada. —Luego hablamos, siento lo que sucede —se disculpa en voz baja, de todas formas logro oírlo. —¡Súbete! —saco mi rostro por la ventanilla y grito ya cansada de todo esto. Mi novio se despide de ambas mujeres y sube al taxi con su rostro contraído, molesto por la situación. —Al Four Seasons, por favor. ╚══ஓ๑♡๑ஓ══╝ BRITNEY Estiro mi cuerpo tras abrir los ojos, me quedé dormida esperando a Peter que fue a casa de sus padres, dijo que quería buscar algunas cosas que había olvidado para llevar a la universidad. Son al rededor de las tres de la tarde, mi estómago ruje así que bajaré a la cocina en busca de algo para comer. Mi antigua casa estéticamente se mantiene igual, desde que mi padre fue asesinado y nosotras nos marchamos a la universidad nunca más hemos vuelto a pasar mucho tiempo aquí. Yo antes de irme había cambiado por completo la decoración de mi cuarto, lo volví un estilo un poco más...Britney adulta y no tan adolescente rosa. Gracias a eso es que puedo sentir que no estoy en la casa del trauma, aunque todavía falta cambiar toda la decoración completa pero eso es asunto de otro momento, quizá si volvemos a habitar este lugar. Bajando las escaleras mi celular vibra con el mensaje de mi hermana. Alaia: Tú mejor amiga Imbestiny Zorrilliams se andaba viendo a escondidas con el tarado de Noah. Me tardo un breve momento en entender de quién demonios habla, mi hermana cuándo se enfada mucho con una persona suele cambiar su nombre poniéndole algún insulto de por medio. Brit: Imbestiny...¿Destiny? ¿Dess la ex novia de Noah? Alaia: Si, la porrista qué tanto adulaste en la secundaria. Chupa medias. Brit: Hey, no estás enojada conmigo, háblame con amor. ¿Quieres que te llame? Alaia: Aún no, estoy en camino al Four Seasons y todavía me falta darle con un sarten en la cabeza a Steven. Luego te llamo. Brit: Okay, te amo. Intenta no matarlo. Diablos, no puedo creer que Dess apareció después de tantos años. Lo último que recuerdo haber hablado con ella es que debía irse con su familia porque su madre estaba enferma y que le darían el título antes que a los demás. Más allá de llevarse muy mal con Alai, nosotras éramos buenas amigas, siempre decía que no valía la pena llevarse mal conmigo solo por no tener afinidad con mi hermana, según Dess yo era una persona muy agradable y comprensiva, Alai un maldito demonio de las catacumbas. —Amanda ¿Estás aquí? —pregunto al entrar a la cocina. Silencio. Camino al jardín con mi ceño fruncido, desde la puerta corrediza de cristal no logro ver al ama de llaves. Que extraño, creí que estaba en horario laboral. Busco en la nevera algo para saciar el hambre de mi estómago, un poco de yogurt y cereales me vendría bien la verdad. Busco en la alacena un tazón y los cereales los cuales me cuesta alcanzar porque están demasiado altos para mi metro cincuenta y seis de altura. —Ush, que fastidio. Me trepo a la encimera para poder llegar y sonrió triunfante cuando tengo la caja entre mis manos, al bajar noto un sobre tirado debajo de mis pies descalzos. Lo tomo entre mis manos, es una carta. 28 de Abril del 2019. New York, Dalleris H. —¿Dalleris H? —doy vuelta para abrirlo y noto que ya lo está, lo cuál es extraño porque si tiene mi apellido se supone que el ama de llaves no detendría que haberlo abierto. —¿Señorita Brintey? Doy un pequeño salto del susto que me provocó la voz de Amanda, su vista queda fija en el sobre que tengo entre mis manos. —¿Qué es esto? —pregunto seriamente. —Una carta, llegó hace un tiempo y estaba guardandola para dársela a usted o a su hermana. —¿Y por qué está abierta? Su cara se transforma en una mueca de completa confusión, avanza hasta mi con cuidado y me pide si puedo dársela un momento. Ella abre el sobre negando nerviosamente. —La carta, no esta aquí. No puede ser yo la guardé bien como me pidió aquella mujer que la trajo. —¿Mujer? ¿Qué mujer? —Una tarde me encontraba arreglando el jardín principal cuando una mujer llegó a mi lado, me dio la carta y me dijo que debía dársela a las hermanas Dalleris, que debía esconderla muy bien y eso hice —explica —Iba a dársela esta tarde. —¿Escondiste la carta de una misteriosa mujer en la alacena detrás del cereal? ¡Amanda! —¡Lo siento! —¿Cómo era ella? —Alta, cabello rubio ondulado con flequillo, delgada, dientes sumamente blancos y bien cuidados. Tenía un extraño lunar. Extraño lunar. No me jodas que... —Dame un segundo, tengo que llamar a mi hermana. Y por favor, busca esa carta.
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