Sincero.

1000 Words
—De veras fue increíble, aún no sé que hice bien en la vida como para poder hablar cara a cara con Sean Payton —relato emocionado. Espere casi toda la mañana para poder llamar a mi novia y contarle lo mágico que fue poder estrechar la mano de mi mayor ídolo. —Estoy feliz por ti, bebé. Te mereces todo lo bueno que te suceda. —Te extraño tanto, amor —suspiro tras mi confesión. Estoy un poco triste porque de veras quería pasar estas semanas con mi chica, dormir juntos, ir al cine, quizá a comer en algún restaurante, pasar tardes en la playa o quizá simplemente existir con ella. —También te extraño, quisiera poder estar allí contigo. —¿Qué tan loca es la idea de pasar nuestras vacaciones en Denver? Sé que no es California, mucho menos Los Ángeles pero encontraremos cosas divertidas para hacer —le sugiero. —Quisiera poder decirte que si, pero tengo algunos planes con Parker y Fred viene este fin de semana, lo siento bebé. Diablos, que mal se siente esto. —Está bien, lo entiendo. De todas formas quisiera que disfrutes de las vacaciones, sé cuanto te esforzaste por aprobar las materias. —Además...—Alai duda un momento antes de hablar —, con Britney iremos a la empresa. Susan nos espera allí para firmar el traspaso del mandato, renunciará a su cargo y debemos iniciar de cero, queremos transformar la empresa de seguridad privada en una enorme cadena de mercadotecnia. —Wow, eso suena a un trabajo duro —río, seque cuando una idea se planta en esa cabecita loca hará hasta lo imposible por conseguirlo —, pero ve a por todo, sé que lo lograrás. —¿Lo dices en serio? —Claro bebé, tu puedes con lo que sea —afirmo con seguridad —, debo dejarte. Muero de hambre así que iré a comprar algunos snack's. —De acuerdo, te llamo en la noche. Te amo Steven. —También te amo, bebé. Tras colgar la llamada no puedo evitar sentir un vacío en mi pecho, me da la impresión que con tantas responsabilidades y estando tan lejos el uno del otro me temo que las cosas se pondrán tensas entre nosotros, si no tenemos cuidado y logramos llevar la situación con calma esto podría ser un golpe duro tanto como para Alai y para mi. Es momento de mantener la cabeza fría ¿Verdad? Salgo del cuarto con mi billetera en mano, Bruney dijo que iría a la lavandería y su madre se encuentra descansando en el sofá de la sala, intento hacer el menor ruido posible en cuanto cierro la puerta principal detrás de mi. Son al rededor de las tres de la tarde, el calor en Denver es húmedo pero bastante soportable, para nada comparable con el de Los Ángeles; el sol brilla ardientr en el inmenso cielo, en los patios vecinos algunos niños juegan y otras abuelas tejen en el porche de sus hogares, las mascotas se revuelcan en el verde césped aprovechando su humedad fresca para pasar la tarde calurosa. Este vecindario en particular se me hace muy pintoresco, fuera de que las casas son parecidas y en su mayoría están pintadas de blanco, rosa o amarillo; cada hogar es adornado con un precioso jardín bien cuidado, variedades de flores y en algunos terrenos hay árboles regalando una hermosa sombra con sus hojas. Me gustaría poder vivir en un lugar asi, lejos de tantos suburbios, ruidos de autos, bocinas, gente caminando alterada por las calles y desconocidos potencialmente peligrosos. Aquí pareciera que todos se conocen, se respetan y se cuidan entre ellos. Tras divagar en mi mente durante el camino me doy cuenta de que estoy cerca de la tienda, así que me apresuro un poco para llegar y hacer mis compras. Elijo algún que otro snack salado, algunos dulces para la ansiedad y por qué no, un energizante. —Son $2,77 –la chica en la caja me observa con sus enormes ojeras y masticando sin pausa lo que parece ser una goma de mascar. —Ten, déjate el vuelto —le sonrío, ella solo me ignora. Salgo de allí para tomar rumbo nuevamente a la casa de Bruney, pero llegando a la esquina me sorprende volver a verla. Dess se encontraba sentada en un pequeño banco de madera frente a una dulceria, lucha contra un paquete para poder abrirlo y sonríe triunfante cuando lo logra. No puedo evitar sonreír, ella come su dulce con mucho gusto. —¿Dos veces en el mismo día? —camino hasta pararme enfrente. —¿Tú de nuevo? —me fastidia divertida. Dess palmea el lugar libre junto a ella, lo dudo un momento pero termino sentándome a su lado. —¿Quieres? —le ofrezco de mi energizante. —Mira que casualidad, compré de estas —me tiende su mano abierta con gomitas en forma de osos —, recuerdo que eran tus favoritas. —¡Lo siguen siendo! Acepto algunas y le comparto de mis snack's también, Destiny pareciera estar un poco más tímida de lo normal, la recordaba más extrovertida. —¿Te encuentras bien? —pregunto. —Si, sólo estoy un poco agotada. Anoche no dormí bien —confiesa bostezando —, me alegra encontrarte de nuevo. —A mi también, de hecho pensaba en que necesito hablar contigo —suelto de repente. Desde esta mañana que nos vimos por primera vez no pude evitar sentir culpa por todo el daño que le cause, necesitaba hablar con ella, quería pedirle disculpas por haber sido tan idiota y desconsiderado con ella. Los errores del pasado se deben quedar allí, en el pasado, pero eso no me impide rectificar sobre actos y hacerme cargo de mis mierdas. Al parecer vería seguido a Dess, es empleada en la sede de los Broncos y necesitaba saber si estábamos en paz. —Quería pedirte disculpas y ser sincero contigo, por primera vez.
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