¿Buscabas algo?

1439 Words
—Las hamburguesas estuvieron muy bien, estoy a punto de reventar mi pantalón —Alai se deja caer en mi cama, automáticamente me tiro sobre ella con cuidado. —¿Dejamos que se reviente o te lo arranco yo personalmente? Ella ríe sobre mis labios antes de besarme brevemente, ya estamos en el cuarto de la fraternidad dónde duermo, es cerca de las once de la noche, estoy agotado por el día movido que he tenido pero así y todo sigo prefiriendo aguantar un poco más el sueño para estar con mi novia. —No quiero romper con el romanticismo, pero siento que vomitare si me muevo de más. —De acuerdo, esta noche te salvas. Iré a ducharme, si llegan tu hermana y Pit diles, más bien suplicales, que no hagan tanto ruido. Alai asiente tomando su celular para pasar el rato mientras me ducho, mañana por la mañana después de pasar por la oficina del entrenador debemos abordar un vuelo a Los Ángeles, aprovecharemos el periodo de dos semanas vacacionales para ir de visita. En California tengo a mi madre que hace dos años atrás formalizó su pareja con Nick, un hombre que conoció en alguna de esas noches donde salia a beber mojitos con sus amigas para lidiar con mi ausencia en la casa; al principio me costó asimilarlo pero con el tiempo fui conociéndolo y debo reconocer que es un hombre agradable, Alai opina igual. —Tardaré un poco, así que besame antes de que te duermas —me acerco a ella rozando nuestras narices a modo de caricia —, te amo. —Te amo. Beso brevemente sus labios y ya con mi ropa limpia en manos me meto al baño, necesitaba una ducha urgente. El inicio de mi noviazgo con Tyson fue bastante tedioso, aún recuerdo cuando ella aceptó ser mi novia en la cena de navidad que compartimos en su antigua casa. Meses después de oficializar llegó el final de la secundaria, nuestro último año en Wwest High y tocaba pensar en el futuro, era momento de ser certeros ante nuestras decisiones. Alai estudia en Stanford con su hermana, ella cursa Administración de Empresas y Britney la carrera de economía, ambas comenzaron con la idea de volver a poner en pie la empresa de su familia dado que Susan la está llevando a la ruina, pero para eso primero necesitan capacitarse y sus títulos. Mi novia acabó con el curso de ingreso, esta en la recta final y consiguió con mucho esfuerzo la maestría de administración empresarial, estos últimos exámenes que le quedan son para lograr la licenciatura. Estoy muy orgulloso de ella y cada uno de sus logros. Luego del asesinato de su padre y el traumatico evento que tuvo que atravesar pensé que se rendiría, creí que no tendría fuerzas para volver a ponerse en pie; no por subestimarla, sino porque Mateo era el único que respondía por ella y su "bienestar", pero me equivoque. Luego de la graduación Susan desapareció del mapa, se encargó de financiar los estudios universitarios de sus sobrinas y cuando ambas viajaron a Stanford desapareció. Desde entonces Alai sólo nos tiene a nosotros, sus amigos y a mi. Le costó muchos años en terapia pero ha podido seguir adelante con su vida. Hay veces en que la noto ida, desconcentrada o quizá un poco más fría de lo normal, pero es cuando más intento estar presente en caso de que me necesite. —¿Se puede? —la puerta del baño se abre, debajo de la ducha y con el agua escurriendo por mi rostro logro verla cerrar la puerta detrás de ella. —¿Buscabas algo? —cierro los ojos para enjuagar la espuma del shsmpoo en mi cabello. —Si, a ti. Velozmente sus manos acorralan mi cintura, abro los ojos sorprendido ante su cercanía. —¿Y ahora que me encontraste que harás? —ella me dedica su mirada intensa ante mi pregunta. Sin responder se quita la ropa interior quedando completamente desnuda frente a mi, no me da tiempo siquiera a contemplar su belleza que me estampa un beso apasionado debajo del agua que cae sobre nuestras cabezas en la ducha. Su lengua se abre paso ansiosa dentro de mi boca, Alai busca profundizar con desesperación, cómo si necesitara más de mi; gustoso accedo a sus deseos aumentando el fuego entre nosotros, la ansiedad de uno y del otro se transforma automáticamente en una necesidad extasiada que comienza a ponerme completamente loco por ella. —No tienes idea de cuanto te extrañaba, bebé —hablo con dificultad entre suspiros y gemidos casi inaudibles. —Déjame que te muestre cuánto te extrañé yo a ti —pasa su lengua por la comisura de mis labios logrando erizar mi piel. Sin perder ningún segundo más desciende hasta quedar de rodillas en el piso, sus labios húmedos y un tanto ásperos comienzan a dejar besos en la parte baja de mi abdomen, no puedo evitar lanzar mi cabeza hacia atrás a causa de la sensación que me causa. Alai se toma su tiempo besando y lamiendo las zonas más sensibles de mi piel antes de complacerme con sexo oral. Ante el jugueteo de su lengua no puedo evitar sentirme completamente extasiado, ella juega con las velocidades, la profundidad y la presión sin dejar de mirarme directo a los ojos. Cuando siento que estoy a punto de estallar la alejo poniéndola de pie frente a mi, es mi momento de darle placer. Le indico que se siente sobre el borde de la bañera y en cuanto lo hace ataco sus piernas abriendolas para mi, ella deja caer su cabeza hacia atrás y puedo notar como se aferra con fuerzas a la fría porcelana dónde se acomoda pata entregarse por completo a mi. De a poco toco su zona íntima aumentando la rapidez en mis dedos, Alai comienza a gemir mi nombre pidiendo que no pare. —Sigue así, bebé. No pares por favor. Una de sus manos se aferra a mi cabello en cuanto mi lengua juguetea entre sus piernas, ella se presiona más contra mi empezando a perder el control. Para este punto ya no puedo aguantar más, necesito de ella. —No puedo más —gruño entre sus labios cuándo subo para besarla. —Me volveré loca si paso un segundo más sin sentirte —confiesa agitada. De prisa me pongo en pie subiéndola a mi cintura, con su ayuda nos acomodamos entre la desesperación y sin esperar ni desperdiciar un sólo segundo entro en ella. Alai reprime un grito ahogado contra mis labios, no puedo evitar sentir el fuego excitante dentro de mi. —Te sientes tan bien —susurro en su oído. —Eres increíble, Noah, me haces perder por completo la cordura. La beso apasionadamente aumentando la fuerza de mis embestidas, su cuerpo se agita sobre mi profundizando nuestros movimientos. Varios minutos después ambos llegamos al clímax con la respiración entre cortada y la expresión más relajada. —Te amo —la bajo con cuidado. —Y yo a ti, Steven. Los siguientes minutos ambos nos duchamos aprovechando la situación para ahorrar tiempo e irnos a dormir juntos, no tardamos mucho así que una vez secos y cambiamos salimos directo al cuarto para caernos de cabeza a la cama, pero en cuanto abrimos la puerta... —Oh my god, no podré dormir por varios meses. —Acabo de escuchar como gimen y se dicen cochinadas, ya no podré verlos de la misma forma a los ojos. —Santos cielos, cariño creo que debemos usar tapones para oídos durante ésta noche. —Si o algún especie de somnífero, que asco. Peter y Britney nos miran horrorizados desde su cama, literalmente escucharon como teníamos intimidad en el baño. Alai me dirije una mirada divertida, al parecer no siente ningún tipo de vergüenza. —Yo diría que aquí huele a envidia —tapa su nariz en dirección a los otros dos. —Si, eso es lo que pasa cuando todos tienen sexo menos cierta pareja —le sigo la broma. —¿Disculpen? —Britney nos observa perpleja —¿Quién dice que nosotros no tenemos intimidad? —Pues tu cara y tu pésimo humor, hermana —se ríe Alai. —La que puede, puede —chasqueo mis dedos. —Ush, consigan un cuarto de hotel, par de hormonales —mi mejor amigo nos mira asqueado. —No te hagas, se que pensaras en mi toda la noche, Harrison. Me acerco a molestarlo un rato, al final terminamos hablando toda la noche de cualquier cosa olvidando la incomodidad que hicimos sentirles sin querer.
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