-Señorita Andersen, sé que le encanta leer y en esta casa hay una enorme biblioteca. Incluso es mas surtida que la de la Señorita Price, si gusta podría enseñársela. Puede tomar prestado el libro que desee.
-¡De verdad! – exclamo ella con los ojos como platos llenos de curiosidad, aunque no sabia exactamente si la emoción que sentía era por explorar la biblioteca o la invitación del hombre lo que le ponía la piel de gallina
-De verdad, podríamos ir ahora si gusta
-Me gustaría mucho verla
Accedió demasiado pronto tentada por la idea de sumergirse en alguna aventura nueva entre las letras. Le tendió la mano, pero se coloco sola de pie no quería tener que tocarlo ya era suficientemente raro lo que le hacia sentir y quizá lo tomaría como una mala educación de su parte, poco le importaba. Así que ausentándose con una leve inclinación a las otras damas decidió seguirlo por un pasillo, manteniendo su distancia. No les parecía nada impropia la invitación y estarian de regreso en unos minutos.
En cuanto él abrió la puerta quedo maravillada. Era una enorme habitación llena de libros desde el piso hasta el techo ordenados por categorías y fechas. Había un ventanal con un sillon que daba al jardín que se veía bastante cómodo.
– Es impresionante. Es lo mas maravilloso que he visto podría vivir aquí – dijo con asombro adentrándose en el lugar
-Seria un enorme placer para mi tener una invitada en mi casa como usted señorita
Sus palabras eran sinceras, pero para la prevenida y suspicaz Lu eran dinamita y le era evidente que escondía un doble sentido. Despertó de su ensoñación completamente cuando el sonido de la puerta al cerrarse la hizo girar, él avanzó decidido hacia ella con la mirada fija deteniendose demasiado cerca a unos pasos y probando su determinación. Tragó seco sin desviar la mirada apretando su mandíbula
– Usted puede venir cuando quiera
-Gracias. Ahora que esta su hermana en la casa podría venir, pero por nada en el mundo entrare sola en la casa de un soltero mujeriego como usted - saboreó con aplomo cada palabra dando un paso hacia él
Sus palabras arremetieron como un golpe a la seguridad siempre imponente de Michael haciéndolo retroceder en su avance. Aunque sus palabras habian sido duras se podia notar la turbación en su delicado cuerpecillo. Evidentemente la ponía nerviosa o furiosa, de cualquier modo no le era indiferente, aunque guardara muy bien las apariencias.
Dió un paso mas hacia ella con una sonrisa endemoniada que hacia brillar sus ojos y la hizo retroceder recuperando para si su confianza, no dejaba de mirarlo con esos hermosos ojos fríos. Su mano llegó hasta un suave rizo oscuro de su cabello enrollandolo en su dedo y ella retrocedió hasta dar con el mueble de madera. Su sensatez se nublo justo en el momento en que ella paso su lengua lentamente por ellabio inferior para luego morderlo levemente
-La acorraló entre un enorme escritorio caoba en medio de la habitación y su cuerpo acercándose para provocarla – ¿Mujeriego? ¿Por que se empeña en emplearme el oficio de seductor?, aunque no niego que usted provoca en mi toda clase de sensaciones incontrolables y sé perfectamente que no le soy indiferente. No lo niegue ¿de verdad no le gusta estar a solas conmigo? ¿siente tanta antipatía por mi? – su rostro estaba tan cerca del suyo que pudo respirar su perfume a flores y contemplar de cerca sus maravillosos ojos claros, por primera vez su corazón se desboco ante una dama y sintió el deseo correr por sus venas invadir por completo su cuerpo en un punto que luchaba por controlar
Ella sintió que aquel hombre le colocaba su mundo de cabeza, el cuerpo le temblaba con su cercanía y le dolía luchar con las ganas de tocarlo, era un arrogante y aun asi se preguntó que se sentiría besarlo, abrazarlo, sentirlo bajo sus dedos. Entreabrió los labios y comenzó a respirar deprisa no podía pensar con claridad teniéndolo tan cerca, apartó la intensa mirada clavándola en un punto en la alfombra mullida de la esquina. Trató de pensar en otra cosa mirando la luz que entraba por el ventanal. Él rozo su boca en su mejilla y luego toco su cuello tan despacio, tan delicadamente que por un segundo ella pensó que se desvanecería, cerro los ojos por un momento aguantándo la respiración. Lo que este hombre le estaba causando la descolocaba, era totalmente nuevo un sutil cosquilleo bajo su piel y aun así no debía, no quería ceder. Por orgullo mas que nada.
En unos segundos logro enfriar su mente cambiando el deseo por la rabia atribuida a su osada actitud. Pensó de inmediato en la cruel treta que la condujo a esa habitación con la excusa de su debilidad por los libros para encerrarla y seducirla, como a muchas otras quizá. Enrojeció de furia y mientas él le observaba los labios provocativamente calculó de manera perversa su siguiente movimiento. No era una tonta a pesar de su corta edad y tampoco era una joven común, relajó su expresión y miro sus labios, poso su mano en su pecho sintiendo la tibieza a travez de la fina tela de su camisa y lo acarició hasta pasar por su corbatín para posarla finalmente en su cuello. La electricidad corrio entre ambos y sus contactos quemaban, él le sonrió seductoramente reflejando su triunfo mientras le rodeaba la cintura con una mano acercándola a su cuerpo.
-¿Usted es tan descarado siempre señor? – preguntó en tono inocente con la respiración entrecortada
-No. Debo ser franco y confesar que solo usted me desespera hasta este punto. Lo siento mucho, pero no me arrepiento. Solo dígame que lo siente, que siente este calor entre los dos – su voz sonaba ronca de deseo mientras le susurraba al oído
Su mano se paseo por la parte de atras de su cuello hasta enredar sus dedos en su cabello tan oscuro como la noche abriendo su palma para que sus dedos se perdieran en su suave espezor. Lo escucho suspirar con su caricia mientras pensaba que esa misma línea debia recitarles a todas. Su otra mano se movió desde su hombro bajando lentamente por su pecho poco a poco por encima de toda esa ropa. Michael sentia un calor abrasador y por primera vez estaba paralizado ante los avances de una dama, su mano era pequeña pero la sentia claramente descender hasta que llego a su vientre. Su cuerpo ardió y entonces en un movimiento rápido ella asió su m*****o viril con fuerza mientras lo apretaba por encima de la ropa. El instante acabó, la soltó de pronto mientras la miraba con sus ojos plomizos abiertamente retorciéndose del dolor y sorpresa. Lu se sintió poderosa y le advirtió en tono amenazador dejando salir la furia que sentía mas que por tratarla como a una de sus conquistas por su debilidad ante él. Se habia prometido no ceder, pero era muy dificil resistirse tanto estuvo a punto y eso la enfurecia.
-Espero señor que pueda vivir sin ente aparatito, porque se lo arrancaré lo juro... si vuelve a tratarme de este modo. Si piensa que voy a caer como caen todas a sus pies se equivoca – sonrío apenas observando como le lanzaba una mirada de suplica ante su ataque
-Estaba prevenido ante el cumplimiento de su amenaza y creyendo firmemente que esa pequeña mujer con aquel fuego de hielo en los ojos lo haría le murmuro entre dientes – Discúlpeme por favor. Lo... Lo siento
-¡Debe sentirlo! – y apretó mas haciéndo que él diera un respindo abriendo mas los ojos y ella sonrió nuevamente - ahora le soltare y dejara que me vaya - dijo con rrespiración acelerada - en cuanto salga de esta habitación esto nunca paso ¿entendido? no quiero que mi hermana ni la suya lo sepan jamás
Lo soltó mirándolo fijamente a los ojos. Con naturalidad se aliso el vestido y cruzo la puerta. Al sentirse a salvo de su mirada se recostó de la pared dejando salir el aire que había estado reteniendo y al mirarse en el reflejo de un pequeño jarron de plata frente a ella pudo comprobarse sonrojada y no podía volver así. Con sobresalto descubrió que estaba realmente agitada y acalorada con la idea de volver a hacer aquello, de tocarlo y sentirlo ¿le había gustado tocarlo?. Escuchaba su corazón batir sus oídos y el deseo instalado aun en su vientre la dejaba sin aire
- Toda una aventura en la que la doncella escapa de la seducción de un villano descarado y arrebatadoramente sexy - pensaba mientras trataba de calmarse en el pasillo
Él se quedo recuperándose, tampoco era que le había hecho tanto daño solo estaba terriblemente excitado y ella lo había sorprendido enormemente. Nunca pensó que una dama podría actuar así, cerro los ojos recordando el rose de sus dedos, el momento realmente íntimo que compartieron aunque solo durara un momento. Quería tenerla. Había visto en sus ojos detrás de aquel frío el destello del deseo que su propio cuerpo experimentaba, no le había pasado antes algo así, deseaba a esa pequeña traviesa y haría lo que fuera necesario para conquistarla. Su juego solo aumentaba la expectativa y necesidad por sentir su cuerpo debajo del suyo desnudo y retorciéndose de placer, imaginaba sus besos demostrándole con pasión toda esa furia que dejo escapar. Debía desechar esos pensamientos si quería volver pronto al salón
En cuanto se dieron las despedidas sabiendo de antemano que ella detestaba su coquetería hiso lo imposible por exagerarlas para seguir provocándola, sabía perfectamente por que le gustaba hacerla disgustar y que colocara los ojos en blanco. Ese gesto odioso le atraía, lo retaba, y le recordaba su audaz y valiente demostración en la biblioteca. Tomó su mano, la misma que usara para amedrentarlo y la besó con galantería diciéndole que estaría ansioso esperando el sábado para saber si con la naturaleza era menos propensa a sentir tanto desagrado por él. Además de añadir que la invitación a su biblioteca seguía en pie con un deje pícaro que recordaba el breve encuentro.
En cuanto quedaron a solas Cristine le contó a su hermano que ella era muy distinta a lo que creía, sin su presencia reía y hablaba de la naturaleza. Le contó que no quería casarse y que su plan era mantenerse soltera para disfrutar de la libertad. Lejos de parecerle extraño o reprobable confirmó sus sospechas. Era perfecto. Buscaría la forma de convertirla en su amante, si ella no quería un matrimonio la hacia un objetivo mas claro, debía conseguirla, ahora mas que nunca que sabía con certeza que no le era del todo indiferente y no buscaría atraparlo en un matrimonio.
- ¿Que sucedió en la biblioteca?. Cuando regresó con nosotras parecía molesta
-No termino de agraderle - contestó sin más sirviéndose una copa
-Michael ten cuidado no vayas a caer en tu propio juego, te observé todo el tiempo y nunca habías mirado a ninguna mujer de ese modo
-No te emosiones Cris, no voy a casarme con ella - meneó su trago observando el liquido dorado - me intriga es todo - a pesar de que su hermana no emitió palabra su sonrisa delató sus pensamientos
El día del picnic llegó con la sorpresa de que Liza, su hermano, sus dos amigas y el señor Dabney irían también. Era evidente que irian todos, por lo que supo Liza era muy apegada a Cris y El señor Dabney era amigo de Lester Price. }
El lugar era impresionante, con jardines amplios, establos y árboles por todos lados. Lu se sintió de nuevo en su hogar, parecía de pronto que estaban de nuevo en el campo abierto. Sonrío apenas llegó y no se le borraba la sonrisa. Alentó a Grace a dar un paseo por la propiedad y entonces el señor Dabney se les unió junto con Michael y Lester. Cristine tenía la misión de retener a Liza y así lo hiso junto con sus amigas inseparables, instándolas a ayudarla para preparar el sitio para el almuerzo. Lu dejó que su hermana caminara junto a el señor Dabney, era evidente que él estaba allí por ella y entonces habló con los caballeros, cada uno flanqueándola con una prudente distancia
-Es bellísimo este sitio... ¿o ustedes prefieren la ciudad?
-Yo prefiero estar aquí, pero es necesario que este en la ciudad por asuntos de trabajo - le respondía Lester
-A mi realmente me da lo mismo, mis purasangre dirían que estan mejor aquí yo me adapto
-Hablando de ello quiero comprarte uno de ellos, ¿me dispensarian si me dirijo a verlos? - Lester parecía mas interesado en ello ya que había aceptado ir hasta alli específicamente para comprar un ejemplar
- Adelante, tendras que hablar con Remi cuando elijas - estrecho su mano en acuerdo y luego de una reverencia se dirigió a los establos, en hora buena ya que le dejaba a solas con ella
- ¿No le importa cual elija? me gusta mucho este lugar si por mi fuera viviría en un sitio como este con un ejemplar favorito e intocable - le habló dejándolo bastante sorprendido de que ella le dirija la palabra con tanta familiaridad, sin aquel frío de su mirada que usaba desde que lo conociera y recordó sus palabras antes de salir de la biblioteca "esto nunca pasó"
-No los que el va a ver, mis monturas favoritas estan en otro establo. Este lugar era mi preferido en mi niñez
-Entiendo, pero yo que usted en mis días libres lo pasaría aquí es un lugar que trae paz
-Si, realmente lo es y le aseguro señorita Andersen que lo hago. Vengo aquí cuando puedo, como hoy, de niño solía pescar en aquel lago - señaló a lo lejos el enorme reflejo del agua - y correr por estas colinas, tal vez si no es mucha molestia para usted deba presentarle a rayo y trueno
-¿Esos quienes son? Suenan absolutamente tenebrosos - dijo amistosamente
Realmente había decidido después de la otra noche seguir el consejo de su hermana y ser mas amable, probablemente ese cambio borraría por completo la tensión que sentía por ese hombre, no podía perder la cabeza como sucedió en la biblioteca
-Mis caballos, los llame así porque uno siempre va detrás del otro
-¡Es cierto! - Río ella de buena gana por primera vez frente a él, lo que consideró como un gran avance y rio con ella - que simpáticos nombres, quiero conocerlos me encantan los caballos
-¡Bien! entonces tenemos tiempo ¿me acompaña? - dijo mientras le ofrecía su brazo el cual ella dudó en tomar unos segundos mirando hacia su hermana y compañia que permanecian en una conversación, pero luego accedió con una sonrisa
Michael estaba alucinado con el cambio tan abrupto de la dama y aunque no era para nada desagradable de este modo solo sentia ternura hacia ella. Era tan distinta como el cielo y la tierra y se preguntó si estaría fingiendo para luego sorprenderlo como ya lo había hecho
Grace que se había dado cuenta del cambio de ruta se sorprendió y los dejo ir ya que el señor Dabney le insistía pasear solos para hablar con mas comodidad y en privado con ella, eso solo podía hacer destellar su corazón.
Los caballos eran bellos y Lu los acaricio feliz mientras les hablaba como si fueran amigos. Les preguntaba cosas y respondía por ellos ignorando totalmente la presencia de Michael. Observarla lo dejó en un breve estado de ensimismamiento. Su sonrisa era hermosa y la hacía más bella aún si es que se podía, ninguna de las damas que conocía era tan enigmática como ella, ni le atraía como un imán cada que estaba cerca. A pesar de su cambio parecía que en lugar de alejarlo lo acercaba más, no tenía ni idea del efecto que le causaba y por un instante pesaron las palabras de Remi. Era un juego peligroso. En ese lugar parecía otra, por fin conseguía hacerla sonreír y confiar en él, era el momento
-Así que... ¿Le gusta el campo y los lugares abiertos?
-Si me encantan. Le confieso señor Frost que la ciudad es muy bonita, pero me asfixia. En cambio esto...- decía mientras suspiraba - es libertad.. Y me gustaría viajar a otros lugares conocer otros sitios
-¿Que la detiene entonces? - lo miró frunciendo levemente el ceño como si la pregunta fuera absurda
-A mis padres no les gusta viajar nada, prefieren la tranquilidad de un buen sitio y una señorita no viaja sin sus padres. Usted es hombre puede moverse a su antojo. Ser soltero toda su vida y aún así tener la libertad, en cambio yo... Esperar a que Grace se case y poder trasladarme solo a su casa, rogando que mis padres no decidan de repente que me case también y perder toda oportunidad de salir a conocer el mundo, de vivir una aventura
-No somos tan libres señorita nos debemos a mantener el trabajo de nuestra herencia familiar, ¿si no como nos mantenemos y esperamos mantener a una mujer e hijos?. En mi caso ser soltero también tiene sus ataduras, la sociedad me exige al igual que usted que me case, muchas señoritas casaderas y sus madres quieren atarme y podría elegir entre tanta belleza, pero se me hace cuesta arriba - se acercó un poco atando sus manos en su espalda - aunque si lo que quiere es vivir una aventura puedo ofrecerme para ayudarla - sus ojos brillaron al decir la última frase
-Lu lo miró con los ojos entrecerrados y una sonrisa de medio lado como analizándolo y le dijo - señor Frost su problema es que las quiere a todas y eso socialmente no es posible, y por lo que concierne a las aventuras creo que tenemos un concepto muy diferente. Ya se a que tipo de aventura se refiere y no estoy interesada en usted
-¡Ah No! Lo estaría si supiera lo satisfactorio que es. Además existe esto entre los dos - la miró soltar una risita irónica mientras colocaba los ojos en blanco, jamás había tenido que decirle esas palabras a ninguna mujer, pero ella era distinta usó la información de su hermana y lo poco que conocía para entrever su propuesta - y con relación a las mujeres ¿y si solo quisiera a una en algún momento? Tendría que casarme, es lo que quieren todas. Entonces perdería la poca libertad que me queda, gobernaría mi vida y todo girará en torno a las necesidades de ella. Mi estilo de vida cambiaría por completo, pero usted no quiere nada de ello, lo que podríamos convertir en una aventura... – la miro profundamente – lo que sentimos no se puede ocultar, seamos amantes sin compromisos
- Su mirada se mantuvo fija y sus ojos tan claros parecieron destellar. Michael podía ver en ellos todas las preguntas - Mi consejo es que siga así como está no sirve para estar casado, si tomara una decisión algún día se arrepentiría en cuanto apareciera otra señorita que le robe las miradas. Amantes debe tener por docena, no creo que le preocupe mucho mi rechazo solo es cuestión de seleccionar en su lista, pobres desgraciadas, esperan mas de usted siempre y es incapaz de tomar a una en serio, las engaña y les rompe el corazón.
-¿Que?... ¡No!... Yo no soy así señorita Andersen - su respuesta como siempre lo descolocó - no niego que me gustan mucho las mujeres de todas las formas, pero no soy un rompecorazones... Yo no sería infiel nunca... en las relaciones que he tenido he sido bastante claro y sincero, ellas lo han aceptado así no le mentiría dicíendole que soy un santo. Además no es para siempre solo hasta que encuentre a alguien que con su sola presencia no permita que mis miradas se desvíen - Se encontró asimilando sus propias palabras
-Una bruja tal vez, con un hechizo quizá, porque dudo mucho que deje de ser el coqueto incorregible que es – frunció el ceño incrédula - le agradezco que me mostrara sus hermosos caballos, pero será mejor que ayude a su hermana y a las demás con el picnic, con su permiso
Michael se quedó en la caballeriza bastante turbado. Ella tenía la terrible costumbre de dejarlo siempre del mismo modo, lo atrapaba con su mirada y luego con unas palabras de desprecio e indiferencia le daba la espalda. Era frustrante que no funcionarán ninguna de sus habilidades. Lo que había empezado bien entre ellos ese día termino peor, ahora ella creía no sólo que era un coqueto si no también un rompecorazones que no le sería fiel a ninguna mujer y que se mantenía soltero para tenerlas a todas a sus pies, eso no era cierto. Las incontables mujeres que pasaron por su vida sabían que no tendrían mas de él que su cuerpo y el placer que les ofrecía y obtendría de ellas lo mismo. No pretendía que se enamoraran y él nunca habría arriesgado su corazón. Era imposible que entendiera con palabras tenia que lograr demostrarlo con hechos, si por lo menos ella le permitiera alcanzar sus labios se lo haría sentir, pero debía ir con cuidado. Sabía que tenía poder para enredarlo, no había manera de derribar los muros de aquella mujer y algo se le ocurriría debía pensar cómo proceder.
Comieron gustosamente al aire libre y luego Liza se apoderó del señor Frost llevándolo de paseo mientras caía la tarde. Todos conversaban animosamente cuando Lu se disculpó para ir a una colina cercana y se sentó a los pies de un árbol. Miro el paisaje con una sonrisa abriendo su libro, leyó por un rato hasta que llegó a su frase favorita recitándola en voz alta
-"Dentro de veinte años estarás más decepcionado de las cosas que no hiciste que de las que hiciste. Así que desata amarras y navega alejándote de los puertos conocidos... Ap...
-Aprovecha los vientos alisios en tus velas. Explora. Sueña. Descubre"... - termino recitando Michael de pie junto al árbol en donde ella se encontraba - lo siento no quise interrumpir. Quería mirar cómo caía la tarde, desde esta mi colina favorita
-Ella sorprendida aún por su aparición exclamó - ¡le gusta!...Mark Twain - funció el ceño - Creía que estaba en buena compañía - mencionó refiriendose a Elizabeth, estaba convencida que aunque ella jamas lo mencionaba hubo algo entre los dos
-Liza es buena companía solo un rato y usted esta embelleciendo esta colina y si... Me gusta ese y muchos otros, aunque piense que solo tengo los ojos para mirar mujeres también me gusta leer. Deberíamos dejar los prejuicios señorita y conocer en verdad quienes somos, por mi parte todo lo que yo pienso de usted es bueno no puede ser de otro modo ¿me daría la oportunidad alguna vez?
-No lo se. No me queda claro a que oportunidad se refiere, pero estoy segura que es insoportable como amigo, ya se me hace difícil con sus intentos de seducción mantenerlo a raya y me ha quedado bastante mas claro que es insufrible e imposible como amor ¡así que no! no lo creo señor Frost nada de usted merece una oportunidad
-¿Y como Amante? – pregunto con la voz cargada de sensualidad directamente y sin ningun tipo de preámbulo
-A Lu se le seco la boca de repente y se quedo mirándolo de hito en hito alzando el rostro, parpadeo varias veces y respondió – No deseo formar parte de su lista Señor
-No me conformaré con esa excusa...- la miro un rato retándola – No hay ninguna lista y si la tuviera solo tendría su nombre – luego de un silencio que se prolongaba pregunto extendiéndole la mano para ayudarla a levantar - ¿entonces...nos vamos? – Michael pensaba que su silencio le daba esperanzas y por fin había logrado sorprenderla
-¡Si vamos!
Sujetó su mano y tiró con fuerza para que quedara bastante cerca, lo que ella aprovecho para retar su evidente treta. Avanzó un poco más hasta quedar muy cerca, se puso de puntitas para alcanzar sus labios mientras que era esta vez él quien retuvo el aire creyédo firmemente que lo besaría en confirmación a su atrevida y arriesgada propuesta. Los miro fijamente a sus ojos y le dijo en voz baja
- Usted señor, es un coqueto y no me gustan los coquetos ¿entiende? mi respuesta es no- se giró y bajó la colina sola. No supo que había dejado nuevamente a un hombre bastante impresionado y mas decidido que nunca detrás
El sábado noche Grace caminaba de un lado a otro contándole a su hermana lo feliz que era, no había duda de que el señor Dabney sentía afecto por ella y la había invitado a un paseo por la plaza, pero Lu le advertía que no se dejara llevar y que lo conociera más, que no aceptará nada de él sin antes asegurarse que sus intensiones eran serias. Conocía a su hermana y sabia que ella ya estaba muy ilusionada con él. A lo que Grace contestó que nunca haría ninguna insensatez. Pensar en incensateces le trajo a la mente la propuesta de cierto caballero
Pasaron los días y las hermanas Andersen seguían su rutinaria vida con sus actividades como siempre. Acompañaron a la señora Walter varias veces a tomar el té hasta que se despidieron de ella cuando regresaba a su hogar una semana después. En una que otra reunión en la que coincidían el señor Frost intentó acercarse a Lucía sin éxito, ya que ella lo ignoraba o era interrumpido por alguna señorita que buscaba su atención.
Las hermanas estaban absortas en sus actividades en casa cuando una invitación de Liza para dentro de dos semanas las hizo sonreír
-¡UNA MASCARADA! es fantástico Lu vamos a disfrazarnos y estaremos irreconocibles. La idea de esto es que todos seamos un misterio, aunque al final todos descubrimos quiénes son los demás o casi todos
-Qué interesante - comentaba pensativa
-Emocionante querrás decir hermana
-¡No! Dije interesante... Elegir El disfraz... Ser un misterio... La mascarada será Grace mi primera aventura
-¿Que estás planeando Lu?... No me gusta esa mirada y la forma en como lo dices
-Por primera vez, me entusiasma la idea de un baile
-¿Que vas a hacer?
-Voy a vivir Gracie... A explorar, a soñar y a descubrir...