Atracción

3822 Words
Liza que no soportaba que le dirigieran tanta atención a otra a que no fuera ella comenzó a hablar de un tema haciendo gestos y riendo, mientras el señor Frost pensaba en la hermosa castaña que había osado dirigirse a él con tanto desdén e indiferencia. A pesar de que luego lo mirara tan profundamente que al sentir sus potentes ojos no le quedó mas remedio que caer preso en ellos. Sentía una elevada admiración y curiosidad, había algo en ella que encendía todos sus sentidos y definitivamente era un hermoso enigma. Tenía la necesidad imperiosa de resolverlo y debía hablar con ella... saber más, pero seria paciente y esperaría el momento preciso. Estaba convencido de que no lo dejaría escapar. Al cabo de un buen rato alguen propuso un juego y como había la misma cantidad de mujeres que hombres sin la presencia de Lu sería por parejas. Consistía en colocar el nombre de cada chica en un sombrero y los caballeros debían sacar uno, luego dirían una palabra que la definiera y ellas adivinarían de quien se trataba. Si estaban en lo cierto la elegida ganaba un beso en la mejilla. Grace se sonrojó con tal juego un tanto descarado y muy al estilo Londinence, pero igual acepto. Lu que estaba en la biblioteca observó por la ventana el dichoso juego muy entretenida los Londinences podrian llegar a ser mas atrevidos y eso le fascinaba del lugar. Desde la ventana abierta al jardín escuchaba el alboroto y las risas moderadas, ella era fiel creyente de que si querían un beso de alguien en particular en lugar de inventarse tal niñería deberían pedirlo. Cerró el libro en sus manos y se dirigió de vuelta al jardín. Aun a pesar de la adversion por el juego observó a cada uno, sus reacciones y movimientos, la coquetería era palpable detrás de sus modales refinados. Los hombres sacaron el papel muy caballerosos se podía deducir que esas palabras las definían a todas, así que quedaba de ellas adivinar lo imposible. Solo una acertó y se gano un beso en la mejilla que la dejo sonrojada, hasta que apareció una Lu bastante divertida por la escena dirigiéndose al caballero en tono serio -Me voy por un momento señor Dabney y lo consigo tan cerca de mi hermana ¿la ha estado cuidando por mi? -Su hermana señorita, es la criatura más tierna que he conocido - dijo sonrojando aún más a Grace, quien no le dirigía siquiera la mirada por timidez -Entonces tengo que estar de acuerdo con usted, pero no es su única cualidad ¿sabe?. Le tocará seguir averiguando - hablaba con picardía, aunque no sonreía sabiendo los sentimientos de su hermana y que jamas se atreveria a hacerle ver a aquel caballero su interés -¿Y como es que se supone sería el procedimiento para averiguar más de las hermosas señoritas Andersen? - comentó Michael Frost acercándose a ella con las manos entrelazadas en su espalda y una sonrisa ladina, perforándo su mente con sus ojos grises impresionántes La verdad era que teniéndolo cerca y mirándolo fijamente sentía claramente como si el cuerpo le pesara y la sangre corría mas rápido por sus venas. Algo tenía alquel caballero que la exasperaba de un modo que jamas hubiese imaginado, desafiaba su control. Su corazón se agitaba de tal modo que buscó su mejor defensa en las palabras -No puedo decirlo, en verdad sería demasiado fácil para el señor Dabney e imposible para alguien como usted -Así que... ¿imposible para alguien como yo..?. Me doy cuenta de que usted cree conocerme, su suspicacia gira alrededor de mi señorita espero no tenga tan mala opinion de alguien a quien aún no conoce. En cambio yo quisiera al menos entenderla. Me cuesta creer que una dama tan hermosa pueda destilar tanto hielo -No lo quiero ofender señor Frost. Sé que mis palabras a veces y más a menudo se toman como una ofensa, pero yo no creo conocerlo. El comportamiento de una persona dice más de lo que cree, el mío debería decirle mucho si lo ha comparado con el hielo. Sin embargo puede que no sea acertado, en el mismo caso que el suyo me pareciera a mi. Aunque no nos engañemos, es tan ensayado que da lo mismo una persona u otra, al final del día siempre nos sumamos a una fila de comportamientos buenos o malos. Si tanto desea saber lo que pienso de usted no se aflija pertenece a una fila más y no trate de entenderme, trate de soportarme con su mejor abrigo, si puede - diciendo esto se dio la vuelta y se sentó junto a su hermana volviendo a dejar sin palabras a un hombre que si pretendía ahuyentarlo, le causaba el efecto contrario Aquella noche en la mansión Frost, Michael conversaba con su amigo Remi sobre la reunión en donde se supone encontraría a una hermosa chica que se le había antojado conocer. Estaba seguro que como otras ella temblaría ante su cercanía, cedería a su mirada y encanto. Se convenció que pronto la tendría dispuesta a todo, pero encontró todo lo contrario -¿Y.. Estaba la señorita de la cinta turqueza? -Lucía Andersen, ese es su nombre y es mas interesante de lo que creí Remi. Es muy distinta a otras señoritas que he conocido - tomó asiento en el enorme sillon de su depacho con una copa en su mano - a simple vista su hermana es mas hermosa y delicada como un angel, pero luego esta ella con sus preciosos ojos y su cabello oscuro enmarcándolos, me trató apenas y con mucha indiferencia. Ni un minuto la vi sonreir -Entonces.. ¿no cayó rendida a tus pies como las otras? -No, y en lugar de eso me dijo que pertenecía a una fila más de comportamientos ensayados, prácticamente que no veía nada particular en mi -¡No lo creo! ¿Te dijo tal cosa? - Remi rió de buena gana - sí que es diferente y por lo que veo un reto para ti. Te advierto, no juegues algo en lo que puedes salir perdiendo. Ha sido muy fácil para ti siempre con las damas, pero estoy seguro que el grado de dificultad comprometerá esta vez tus sentimientos esa chica esta en edad casadera, escuché que los Andersen trajeron a sus hijas para comprometerlas y ya que confirmo de tu boca lo hermosas que son no les tomará mucho tiempo -Ella no jugará conmigo Remi no estoy para compromisos y tampoco soy tan cruel para solo enamorarla sin darle algo a cambio - sonrió con malicia - pero es inebitable, quiero entrar en su mente saber que piensa, que sueña.Estoy seguro que es algo más que una cara bonita y un comportamiento frío. Estoy dispuesto a averiguarlo Mientras tanto en casa de los Andersen. Grace le reprochaba a su hermana nuevamente su comportamiento esta vez con el señor Frost, pero Lu logró desviar la conversación a el beso en la mejilla del señor Dabney sonrojando a su hermana que suspiraba emocionada por los acontecimientos. Entonces quedo olvidada cualquier acción reprochable del día. Además ella creía que se lo merecía, era un coqueto entrometido y deseaba con todas sus fuerzas olvidad su poderosa presencia cerca En cada reunión que asistían se hablaba del señor Frost. Lo apuesto que era, lo importante, lo caballeroso y muy a baja voz entre risillas complices lo seductor que les parecía. Lu notaba como todas esas señoritas suspiraban por una mirada suya desde siempre, una palabra al menos de ese caballero que nadie habia logrado atrapar. Muchas contaban que él alguna vez dio a entender sus grandes afectos por ellas en diferentes ocasiones, pero al día siguiente todo había pasado, como si nada. Otra comentó con orgullo que la había besado, pero cuando creyó que se declararía solo recibió una sonrisa y luego lo veía dirigir sus atenciones a otra jóven. Liza comentó que siempre ha estado enamorada de él y que no perdía las esperanzas que algún día le correspondiera. Sus cotilleos iban y venían acerca de lo que pensaban de él y que seria una fortuna siquiera enamorarlo. Era un hombre que había dejado infinidad de corazones rotos por todo Londres y se murmuraba que tenia una vida hedonista. Siempre triunfaba con las mujeres, suspiraban por sus labios y comentaban coquetas sobre su cuerpo fornido y sus labios dulces, pero en cuanto lo tenían en frente esquivaban su mirada y lo trataban como si no les doliera su rechazo. Lu fingía no escuchar sus habladurías con la cabeza enterrada en un libro, pero cuando se hablaba del señor coqueto no leía, solo escuchaba tratando de confirmar lo que ella ya pensaba de él. Una semana después paseaban por las calles hablando del clima un poco frío de la época cuando divisaron a lo lejos al señor Frost abrazando a una mujer y dándole un beso en la mejilla, a plena luz del día. -¡Lo vez Grace! raramente me equivoco, el señor coqueto está dando demostraciones de su excesiva galantería en público, no tiene ni una pizca de recato - meneó la cabeza - cambiemos de calle  estoy lista para que me des la razón. Es un libertino he escuchado suficiente de ese hombre -Es cierto Lu está con esa mujer en plena calle abrazándola descaradamente. Pensé que eran solo habladurías, pero ya nos vieron no podemos ser groseras y cambiar de calle por que si -Los coquetos son coquetos siempre - frunció el ceño - Se acercaron lo suficiente cuando Michael las vio y las detuvo saludándolas -Buenos días señoritas, están hoy particularmente bellas esta mañana - palabras que hicieron poner los ojos en blanco a Lu. Lo notó y se dirigió a ella para sacarle alguna frase aunque fuera como siempre en su contra - incluso usted esta hermosa con cualquier cosa que sea que está pensando tan mal de mí -No creo que sepa usted de mis pensamientos - le dirigió su mirada helada para enfrentarlo -  ya se lo he dicho, aunque si estoy pensando absolutamente mal de usted. No nos presenta a la dama que está con usted antes de ser coqueto con nosotras. Que novedad señor Frost, su fama lo precede perfectamente -¡Lu! Por Dios... disculpe a mi hermana ella no quiso decir tal cosa – Grace como siempre se sonrojaba avengonzada, mientras que Lu nunca se arrepentía de sus palabras alzando la barbilla orgullosa -Al menos ya se lo que piensa de mí su hermana - suspiró con una sonrisa algo maliciosa - Quiero decir... una de tantas..- Michael estaba muy divertido con la situación ya que podía salir bien librado esa vez - Permítanme disculparme y presentarles a mi hermana, la Señora Cristine Walter Frost Mientras ocurrían las presentaciones Lu se dio cuenta que se había equivocado con relación a su compañía, pero seguía jurándose que era un coqueto. Aún así como reconocía sus aciertos debía reconocer sus errores y lo cierto era que jamás lo había visto con una mujer. Las damas podían exagerar y hasta inventar cosas durante el té para hacerlo mas entretenido, no podía creerse que estaba dudando -Es un placer conocerla, le debo confesar señora Walter que pensé que era alguna conquista del señor Frost. Para su infortunio desde que llegé he escuchado tantas historias creíbles que no dudaba de que así fuera, pero ya que usted no lo es le pido disculpas – le sonrió a Cristine cálida y sinceramente para luego adoptar esa postura seria dirigiéndose al señor Frost - aunque mi opinión señor es la misma -Cris, está señorita tiene la errada opinión de que soy un coqueto ¿habrás escuchado tal difamación? - decía él a su hermana con cara de inocencia y con los ojos mas brillantes que nunca -Es un placer conocerlas señoritas - reverenciaba Cristine con una sonrisa divertida, por qué una vez no se rendían a los encantos de su hermano - realmente creo que tienes un poco de razón, pero no es tan culpable querida. Quizá se diga mas de lo que en realidad es, es encantador - acarició la mejilla de su hermano mientras éste no dejaba de mirar a Lu -Es una manera cariñosa de decirlo - dijo Lu sonriendo a Cristine por segunda vez apartándo la mirada de esos ojos hipnóticos y la sensación extraña que le producía -¡Madre mía! - exclamó Grace totalmente apenada - es un placer señora Walter espero volvamos a encontrarnos, ahora sí nos disculpan tenemos mucho que hacer y debemos llegar a casa - abandonó el lugar con una reverencia arrastrando a su hermana de la bochornosa escena -No le agradas a esa señorita eh Michael - comentó entre risas -Y a mí cada vez me gusta más ella y su lengua afilada - dijo finalmente poniendo una mueca - Te debo algo y es la primera vez que la veo sonreir, es preciosa -¡Te gusta! Increíble.. todas esas chicas rogándome que les dijera cómo hacer para atraer tu atención y la clave está en tratarte de coqueto y ser indiferente a tus encantos. Aunque yo no estaría tan segura que es del todo indiferente - Reía mientras ponían rumbo a la mansión - la verdad es que me agrada es muy sincera, no esconde nada. Su hermana casi se desvanece de la vergüenza y es muy bonita, las dos lo son. Me pregunto si será ella la que por fin te haga sentar cabeza Mich -¡Y decepcionar a todas las demás!. No te confundas Cris, pero si es bonita y franca, inteligente y además le encanta leer, tengo que confesar que quiero saber más de ella ¿vas a ayudarme? -¿Ah...? ¡No! ese es tu trabajo, pero si estableceré amistad con ellas. Me temo son mucho más interesantes que cualquier muchacha, incluso me salvarían de Liza que es un dolor de cabeza Al cabo de unos días les llegaba a las Andersen una invitación para cenar en casa de los Frost y según tenia entendido el joven empresrio y apuesto Michael Frost estaba soltero. Su madre estaba rebosante de alegría porque aquello solo podía significar una cosa. Entró en el salon en donde se encontraban sus hijas preguntándoles a viva voz cuál de ellas había conquistado al señor Frost. Lu contenía una risita burlona mientras Grace le explicaba a su madre que la invitación debía de ser de la señora Cristine Walter, ya que Lu y el señor Frost no simpatizaban. Simplemente habían conocido a su hermana la cual les había caído a ambas muy bien. La decepción en su madre fue palpable cuando se le borró del rostro la sonrisa al ver de quien provenía la invitación y abandonó el salon con pasos fuertes haciendo que Lu riera a carcajadas, mientras Grace reía discretamente ocultando con su mano su bonita sonrisa. El día de la cena Grace le advirtió de sus modales tan transparentes y que quería que no la avergonzará. No entendía cómo es que después de escuchar como llamaba a el hermano de la señora Walter coqueto las invitaban a cenar. De cualquier forma era descortes rechazar esa invitación de una dama tan distinguida. En cuanto llegaron Cristine las recibió alegremente y enseguida comenzaron una interesante conversación acerca del campo y los lugares que Cris había visitado. Lu le contaba de sus lecturas y de cómo se imaginaba todos los lugares y por primera vez Grace era la que se quedaba callada, mientras su hermana no paraba de hablar y reír. Tenía mucho en común con la agradable dama, hasta que llegó el tema del matrimonio. Cristine estaba felizmente casada y sus hijos estaban en ese momento con su padre de excursión entre chicos. Contó que su madre estaba en casa de una tía pasando una temporada y ella decidió darle una visita a su hermano menor. Grace mencionó que a ella también le gustaría casarse y tener hijos, le fascinaban los niños y Lu negó categóricamente la posibilidad de un matrimonio en su vida, aunque le costara una lucha constante con sus padres -Es muy bonito tener un compañero, elegirlo bien es la clave. Un hombre que sea tu amigo y tu esposo porque los hijos crecen y se van, pero tu marido estará contigo hasta que la muerte los separe - les aconsejaba Cris -Sí que es romántico, yo quiero estar enamoradísima toda la vida de mi esposo así lo espero y lo quiero con todo mi corazón - suspiraba Grace con ensoñación -Muy lindo todo, pero ¿en donde encontrar un hombre que no te quiera como un mobiliario?. La que se queda en casa con los niños. Un hombre que comparta tus sueños, es muy difícil lograr  algo así si no llegas a conocer bien a tu pareja porque generalmente te casas, y luego lo conoces cuando ya estás atada de pies y manos. Después su carácter cariñoso y de conquista cambia, pasas a ser parte del ambiente para procrear y exhibir. Para ser honesta prefiero una aventura llena de montañas, ríos, océanos y pueblos pintorescos - comentó Lu -Tiene razón Señorita para eso deberías conocer más a la persona que elijas, aunque nunca terminaras de conocerlo y si se aman de verdad nunca serás para la otra persona parte del ambiente como dices. Que tal si fuera una aventura con un compañero, podría ser -Es por eso señora Walter que no he de elegir nunca marido, sé que mis padres no dejarán que haga de mi vida lo que quiera y no puedo hacerlo, pero tampoco estoy dispuesta al matrimonio y ellos jamás me lo exigirían. El compañero así no existe, por lo menos no conozco ningún matrimonio así... ¿aventurero?. No te casas para tener aventuras lo haces para tener familia, es lo que te obliga la sociedad, pero lejos de ofenderla creo que existen otras maneras, siento que hay aventuras mas alla de un hogar bien constituido -Fíjese que lo mismo me dijo Mi hermano hace unos años y no me ofende para nada, si hay algo que alabo y respeto es que tengas tu punto de vista. No sé porque se llevan tan mal Michael y tu cariño si piensan tan parecido. Me atrevería a jurar que son iguales. Quieren vivir sin ataduras y con la idea de que ser solteros es ser libres -¡Iguales dice! No.. No lo creo, yo no ando de coqueta con cualquier caballero que se me cruce simplemente no lo necesito. Todos los hombres son exactamente cortados con las mismas tijeras y a nosotras nos ven como un trofeo, ellos tienen que escojernos para adornar su vida -¡Lu! - reprendía Grace - no hables así de señor Frost que ni siquiera está aquí -Se lo he dicho varias veces Grace. Tal vez se moderé un poco si se lo sigo diciendo para que no deje tantas señoritas suspirando por su fina estampa, sufriendo tras él y rogando por un poquito de su atención lo veo casi a diario. Supongo madame que sabe bien que parece ser el centro del universo es de lo unico que hablan todas, pero evidentemente a él le place Cristine reía a todo pulmón confirmando las palabras de Lucía y asegurando que es la señorita más divertida que ha conocido, advirtiendo que generalmente se acercan para conquistar a Michael y que le sorprendía mucho encontrar la primera que pensara lo contrario. Lu no negó lo apuesto de su hermano, pero de ahí a que lo utilice para envolver a cuanta joven se le cruzase era otro asunto. En ese momento hiso presencia el tan mencionado caballero y Cristine no pudo evitar reír al decirle que la conversación que tenían era en su contra. Intentó defenderlo, pero al final admitió por las pruebas de Lu que era cierto. Michael sonrió a las damas con simpatía besando el dorso de su manoy deteníendose con una sonrisa especialmente sexy y un guiño cómplice a Lu, ésta solo abrió muchísimo los ojos para luego colocarlos en blanco -Señor Frost no funcionarán conmigo esos trucos - le susurró - tendrá que buscarse otros más convincentes. Tal vez si alguna de las señoritas que usted conoce tan bien estuviesen aquí - meneó sus rizos oscuros perfectamente peinados - estarían funcionando sus encantos, lo lamento por usted ahorre energías Este comentario desató más risas en Cristine y Grace solo pensaba en lo impertinente que era su hermana. Aunque a esta familia en lugar de incomodarle parecía causarle gracia. Cenaron y la conversación giro a una villa con amplios jardines de la propiedad de los Frost que no estaba a más de dos horas en coche -¡Hagamos un día de campo! -exclamó Cris con emosión - quizá para este sábado y si nos acompañan sería maravilloso - dijo dirigiéndose a las Andersen -Por mí encantada el campo me fascina - respondió Grace y Lu se atenía a lo que dispusiera su hermana de cualquier forma si aceptaba tendría que acompañarla -Bien será el sábado entonces pasaré a drle mis respetos a sus padres y aprovecharé para persuadirlos En la mesa él miraba a Lu con disimulo forzado. No podía negar que le atraía mucho su personalidad y sus ojos tan claros y limpios de el tono fresco del hielo con una mirada que despertaba en el todos sus demonios, aunque se comportara como una diablilla era tan delicada como una flor. Le atraía que le fuera tan indiferente como aparentaba y acrecentaron sus ganas de acercarse y comprobarlo. Ella no lo miraba de reojo ni sacaba conversaciones vacías para llamar su atención, estaba tan acostumbrado a esas reacciones de las damas que el hecho de que no diera muestras de nada ante su presencia lo turbaba e incitaba a provocarlas. Todos sus intentos fracasaban con algún comentario mordaz de parte de ella que ponía en jaque sus avances por agradarle. Nunca había tenido que esforzarse por conseguir la mirada de una mujer. En cuanto ella sintió su potente mirada plateada  giró, sus ojos se encontraron y en seguida un chispazo como una corriente eléctrica la recorrió entera. Algo se removió en su vientre y era un anhelo que jamas había sentido. Él sintió algo parecido con una punzada de deseo que lo atacó directamente a su entrepierna haciendo que se removiera incómodo unos segundos, aparto su mirada con un suspiro tenia que hacer de algún modo que ella doblegara su indiferencia y cediera a sus intentos, quizá asi dejara de desearla tanto. No cabía la menor duda de su deseo y que en el fondo ella no le era tan indiferente. Su antipatía podia despertarle instintos salvajes Se sentaron en el salón con una banal conversación y entonces se le ocurrió una brillante idea para atraerla. Pudiera ser que a solas fuese otra persona.
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