LILA
Ayer salí de la empresa completamente despistada. Cuando llegué a casa, Sophie me preguntó qué pasaba, pero, por primera vez, no le conté nada. Ahora estaba aquí, en mi habitación, destrozada y ahogada por todas las decepciones de ayer. Ni siquiera había tocado los expedientes que tenía frente a mí. Los aparté con el dorso de la mano y me levanté. Aunque no quería salir de la habitación, necesitaba respirar. Al menos debía ir al baño a lavarme la cara.
Salí y caminé entre la gente, que se movía con la rapidez de un día laboral cualquiera. Entré al baño y me miré en el espejo. Mi cara se veía… rara, sí, pero eso no importaba. Me eché agua fría en el rostro varias veces. El agua helada me despejó un poco del aturdimiento. Después de secarme la cara, abrí la puerta del baño, pero me quedé quieta al escuchar voces. Ethan y Logan estaban discutiendo en la parte más vacía del pasillo.
Aunque no quería escuchar, no pude evitar quedarme. Mi nombre salió en la conversación, y eso fue suficiente para mantenerme pegada a la puerta.
—¡Ya, Logan, ¿no lo entiendes?! —dijo Ethan—. El hombre sabe que los dos tenemos novia y quiere que vayamos como pareja. Es un tipo bastante terco. No escucha excusas si no se sale con la suya.
—¿Y qué puedo hacer yo? —respondió Logan con fastidio—. Yesenia me hizo decirle que tengo un trabajo importante y que no puedo cancelarlo.
—Ok, entonces, te estoy diciendo que vayas con Lila.
—¡¿Por qué no dejas de decir eso, hijo?! No iría a ningún sitio con esa chica ni aunque estuviera muerto.
—Piensa en el trabajo, entonces. Esta es una gran oportunidad para nosotros. No me hagas hablarte de tu orgullo.
—¡Ya, vete al infierno! ¿Y qué pasará si vamos? ¡Lucharemos delante de todo el mundo!
—Hablaré con Lila, entonces. Listo, ya está arreglado.
Ethan salió con decisión y Logan lo siguió, maldiciendo:
—¡Maldito seas, Ethan!
Lo vi alejarse hacia el pasillo. Así que, ¿hoy habría una reunión en la que teníamos que ir en pareja? En realidad, nunca iría con Logan, pero debía demostrarle que podía ser mejor que Yesenia. Aunque, pensándolo bien… ¿era yo mejor que Yesenia? Probablemente no.
Salí del baño y regresé a mi habitación. Al entrar, me encontré con Ethan sentado en mi sofá. Cuando me vio, me dijo:
—Lila, necesito hablar contigo de algo.
—Te escucho.
—Tenemos una reunión esta tarde y vendrán los cónyuges. Yo iré con Sophie, por supuesto, pero Logan…
Fingí no saber nada.
—Él irá con Yesenia, ¿no?
—No. Yesenia tiene trabajo, así que pensé… ¿puedes ir con Logan?
—¿Yo?
—Sí, tú. Es importante.
—Bueno, al menos puedo ir por ti.
Ethan me miró sorprendido.
—¿En serio?
—Sí, Ethan. Me pides que vaya y luego me cuestionas cuando acepto.
—Tienes razón. Pero hay algo más.
—¿Qué?
—Te agradecería que no pelearas allí.
—¿Acaso soy una persona bochinchera? No diré nada si tu primo el perro se porta bien.
—Lila…
—Vale, estoy bromeando. ¡Vete ya!
Ethan salió sacudiendo la cabeza y yo me desplomé en mi sofá, con una sonrisa a medias.
*
Sophie y yo fuimos a la habitación a arreglarnos. Mientras yo rebuscaba en el armario, Sophie decidió al instante. Se puso una falda corta estampada y un corpiño blanco que dejaba su vientre al descubierto. Qué decisión tan rápida había tomado. La chica era preciosa, incluso vistiendo de forma sencilla.
—Sophie, tú ya te arreglaste enseguida. ¿Y qué me voy a poner yo ahora?
—Un vestido.
—¿Cuál?
—Mira ese vestido n***o sin espalda que está ahí. ¿Qué te parece?
—Es bonito, pero parece un trozo de tela, no un vestido.
—Es obvio lo que tienes en mente. Quieres verte bien al lado de Logan. Por eso deberías ponerte algo un poco exagerado.
—En realidad, tienes razón.
—Claro que la tengo. Vamos, póntelo.
Salió de la habitación después de decir eso.
Miré de nuevo el vestido. Era de Sophie. Tenía la espalda abierta en forma de «V» hasta la cintura, con tirantes gruesos y un ligero escote al frente. Era mini y precioso, con una falda abullonada a partir de la cintura. Me lo puse despacio; la barriga ya se me notaba un poco hinchada, pero el vestido me quedaba perfecto. Para los zapatos, decidí que no quería n***o. Elegí unos tacones altos rosas y el bolso que me había comprado el mes pasado. Me miré por última vez en el espejo y… parecía que iba a un bar, no a una cena. Demasiado exagerado.
—Lo que sea —murmuré, y salí de la habitación.
Sophie estaba anudándole la corbata a Ethan. Qué bonito era estar enamorado. Qué bonito era estar con la persona que amas.
—Lila, estás muy guapa —dijo Sophie, dedicándome una sonrisa.
—Gracias, mi amor. Vámonos.
Ethan levantó la vista.
—Logan llegará pronto.
—¿Vendrá con nosotros?
—No, tú irás con él.
—No puedo arrastrarlo todo el camino. Yo iré contigo. Iremos juntos.
—No, Lila. Tú vas con Logan.
Paciencia… y entonces, el claxon del coche sonó.
—Mierda, —murmuré—. Bueno, supongo que no tengo de otra. Me voy.
Sin esperar su respuesta, salí y me dirigí al coche que me esperaba en la puerta. Desde la ventanilla pude notar que Logan me observaba. Perfecto. Abrí la puerta y subí. Estaba guapísimo con esa camisa blanca que resaltaba sus músculos y los pantalones de traje que llevaba.
—Si has terminado de mirarme, arranco el coche —dijo Logan, con esa sonrisa sucia.
—Estaba a punto de decir lo mismo.
Lo vi quedarse pasmado por un momento.
—¿Y eso qué tiene que ver? —preguntó molesto—. ¿Te he mirado con morbo? Además, te aseguro que ninguna mujer en mi vida se vestiría así. Ahora mismo no me importas.
Arrancó el coche y aceleró a toda velocidad.
—Conduce más despacio. Estoy embarazada —dije firme.
Logan giró la cabeza hacia mí. Sus ojos, por un instante, se suavizaron.
—Lo sé —respondió, y redujo la velocidad.
Cuando llegamos al flamante restaurante, Logan aparcó en un lugar vacío. Al salir, vi a Sophie y Ethan llegar detrás de nosotros, tomados de la mano. Lo había olvidado por completo. Ethan sonrió y dijo:
—Ahora están comprometidos. Logan ya ha difundido la noticia. Y, por favor, no peleen. Mira el amor. Igual que nosotros.
Besó la mano de Sophie y empezaron a caminar. Logan, por supuesto, no perdió la oportunidad de murmurar:
—Estúpido.
Cuando llegué a la puerta, sentí que una mano cálida tomaba la mía. Me giré sorprendida. Era Logan.
—Hago lo que dijo Ethan, ¿qué miras, querida prometida?
Si alguien me pidiera que describiera a Logan en una palabra, diría “desequilibrado”. ¿No había dicho esta misma mañana que no iría conmigo a ninguna parte? ¿Y ahora esto? Realmente desequilibrado.
—No pienses en eso, Lila —me dije a mí misma—. No te preocupes. Deja que otros lo hagan.