CAPÍTULO V—Solo faltan cuatro días para tu boda— le dijo la Marquesa a Druscilla mientras ambas subían la escalera para cambiarse de traje para la cena. —¡Sí, sólo cuatro días más!— repitió Druscilla y comprendió, al llegar a su dormitorio, que se sentía aliviada al pensarlo. Una vez que el Marqués y ella estuvieran casados, saldrían de Londres con destino a Lynche. Después Stephen decidiría si viajarían a Francia o a Italia. Dondequiera que fuera, pensaba Druscilla, se verían libres de la tensión bajo la que habían estado viviendo en las últimas semanas. Se verían libres de Eustace y del temor de que volviera a atacarlos, pues aunque ninguno de los dos hablaba nunca de él, los dos llevaban en el fondo del alma el recuerdo de su odio. Druscilla lo buscaba con frecuencia con la vista e