El coche de Alessandro avanzaba con suavidad por las calles empedradas de París, iluminadas por las farolas y el resplandor dorado de los edificios antiguos. Nina apenas podía contener sus nervios mientras observaba la ciudad desfilar a través de la ventana. No había preguntado a dónde la llevaría exactamente, pero por la elegancia del coche y la anticipación en los ojos de Alessandro, sabía que sería algo especial. A su lado, Alessandro estaba relajado, pero había una intensidad en su mirada cada vez que sus ojos se encontraban. Esa mezcla de control y misterio que siempre lo rodeaba ahora parecía más fuerte que nunca. Era imposible ignorar la atracción que sentía hacia él, pero al mismo tiempo, la duda aún persistía en lo profundo de su mente. ¿Por qué ella? ¿Qué veía Alessandro en ella