Las semanas que siguieron a la reunión en la sala de guerra fueron intensas, pero eficientemente manejadas por Alessandro y su equipo. Derek continuaba con sus ataques, probando los límites de su territorio, enviando pequeños grupos de lobos para causar caos, pero cada vez eran repelidos con precisión. La defensa del clan de Alessandro había sido impecable, sus guerreros siempre listos, siempre anticipando los movimientos de su rival. Nina observaba todo desde la distancia, sintiendo el peso de cada ataque en sus propios hombros. Aunque no estaba directamente involucrada en la lucha, sabía que cada movimiento de Derek tenía un significado más profundo. Él no solo estaba atacando para ganar territorio; estaba presionándola, quería que volviera. Pero Nina era fuerte. Más fuerte de lo que h