El eco de los recientes ataques aún resonaba en la mente de todos mientras Alessandro reunía a su consejo de guerra. La sala de reuniones del piso más alto del edificio, normalmente un lugar de decisiones corporativas, ahora estaba cargada de una energía mucho más peligrosa. Se había convertido en el centro estratégico para defender su territorio, y cada persona en la habitación lo sabía.
Nina entró junto a Alessandro, su mirada aún reflejando el desconcierto y la fuerza que había experimentado durante el ataque. Había cambiado desde que llegó a esa ciudad, más fuerte y más consciente de quién era. Pero incluso así, sentía el peso de lo que estaba a punto de discutirse. Su seguridad, su libertad, todo estaba en juego.
Alrededor de la mesa ovalada, se encontraban los miembros clave de la
