El sol aún no había alcanzado su punto más alto cuando Nina cruzó nuevamente las puertas de cristal de Moretti Enterprises. Esta vez, no era una visita casual ni una entrevista: era su primer día oficial como la secretaria de Alessandro Moretti. Llevaba su chaqueta perfectamente abotonada, los zapatos firmemente colocados en sus pies, y su cabello recogido en un moño que pretendía proyectar profesionalismo. Sin embargo, bajo esa fachada, su mente estaba en un caos. A pesar de su calma exterior, el descubrimiento del día anterior no dejaba de atormentarla. Alessandro Moretti era más que un CEO poderoso. La foto que había visto, el símbolo de la manada en el pecho de los hombres en la imagen, todo apuntaba a algo más profundo y peligroso. Pero no había tenido tiempo de procesarlo, y mucho m