Entro al restaurant, después de dejar el auto con el vallet parking. Me acomodo las mancuernas de la camisa y me acerco a la hostess que me sonríe ampliamente. —Buenas tardes, bienvenido a Pastis restaurant. —Buenas tardes, señorita —Se muerde el labio inferior y sonríe coqueta—. Espero a la señorita Zurie —La delgada mujer asiente en mi dirección y me hace un ademán para que la siga. —Sígame, por favor —Mientras contonea sus caderas, de forma provocativa, me río para mis adentros, por lo atrevidas que son algunas mujeres. Llegamos a una mesa para dos, a un costado de un separador de ambiente, lo que me parece perfecto. —Aquí está perfecto, gracias —Me vuelve a sonreír y asiente, para irse y darme una mirada lujuriosa al voltear a verme. Uno de los garzones se acerca, por lo qu