Y dije: —Pero que bárbara son las cuatro y media Chela. —Si ya no se vayan a dormir ya casi llegamos. —Bueno. —. Dije yo de mala gana al fin llegamos y como era de noche pues no apreciamos bien la casa y luego medias dormidas menos en la puerta estaba una señora como de cuarenta años y un señor como de cincuenta esperándonos traían dos cobijas en la mano ellos muy bien tapados el con una chamarra a cuadros con borrega y ella un abrigo largo y n***o parecía que tuvieran mucho frio nosotras no traíamos frio pues el auto traía la calefacción y no teníamos frio pero cuando salimos era un frio y aire que calaba hasta los huesos estos señores se acercaron y nos taparon con las cobijas entramos apresuradamente a la casa ya en la casa estaba calientita entro Chela y le dijo al señor: —Mingo us