Capítulo 2: Un choque total

1717 Words
5 años después No sé qué sentir… tal vez tristeza, quizás felicidad. Hoy se cumplen cinco años luego de que mi matrimonio se terminará por ir hacia un precipicio, pero luego de tanta melancolía que me trae esta fecha, que de hecho la maldigo inmensamente, debo decir que tuve un buen destino para mi hijo gracias a Evamm; precisamente este hombre terminó por hacerme la vida un poco más sencilla, por eso continué porque sin Evamm hubiese aparecido a rogarle de nuevo a mi pasado, es decir a William. Escucho como la puerta se abre y alcanzó a notar el reflejo de Liam mi pequeño hijo, él viene corriendo hacia mí como de costumbre para darme un abrazo, de esos mismos que le hacen ingresar gasolina a mi corazón. —Esto si es estar sobre las nubes, absolutamente nadie lo hará mejor que tú, mi angelito —digo fuerte, solo quiero que Liam crezca, que no sea tan débil como yo, pero mucho menos que tenga la antipatía de su padre. Sentir sus pequeñas manos brindándome amor, me hace dar más ganas de seguir luchando, pero no puedo negar que cada día que transcurre se parece mucho más a su padre, es que tal parece que si llegué a detestar a William. —¡Mami! ¡Mami! —Liam grita emocionado, aun cuando intento controlar mis sentimientos estoy destrozada, en mi cabeza llegan miles de recuerdos y todos me devoran el alma, no comprendo porque esto me pasa, si es que ya estoy superando todo. —¡Hola mi vida! —respondo sollozando tal y como él lo hace conmigo, porque no voy a mostrar tristeza, eso lo preocupa de inmediato. —¿Ya te vas? —Liam habla muy bajo, es un niño muy tímido, algo que quizás se convierte en mi mayor culpa ya que son muchas horas que estamos separados, soñaba tanto en construir una familia al lado de William, pero fue un completo fracaso, se suponía que William saldría a trabajar, mientras que yo me encargaría de cuidarlo a él y a nuestro hijo, pero no me imagino como seria eso, seguramente se la pasaría juzgándome, obviamente nada le sería suficiente. —Sí, pero todo no es malo ya que te vas a quedar con tu tío Evamm, con él todo es emocionante, yo sé muy bien que es un alcahuete contigo, —lo miro, puse la mano en su mejilla—. ¿Qué tienes Liam? —Consiento el cabello de mi hijo, me destroza ver que las lágrimas no dejan de salirle y lo peor es que no comprendo cual es el motivo, tal vez si me hablara, todo sería otro cuento. —Yo quiero mucho a mi tío, pero ¿Quién es mi papá? sabes que en el colegio las profesoras siempre hablan de eso y cuando llega mi turno ¿Que contestó? —Liam dice, él está dominando mi cerebro, ya que es la pregunta más complicada que me han hecho, todo eso me está dejando fría. Yo sabía muy bien que en algún instante él me la haría, sin embargo, no quería que llegara el momento, la presión se me va bajando y solo trago saliva al pensar que contestar. —Estaba esperando que crecieras para que entendieras, pero mira nada más eres un niño inteligente, pues ya mismo te voy a contar la verdad, tu papito se encuentra en el cielo y desde allá nos cuida, yo sé muy bien que debe aplaudirte por cada cosa que haces, aunque no tan fuerte como yo, pero sí. —Sonrió de una vez. Empuño mi mano golpeando con fuerza mis piernas, no dejaré que ese infeliz borre esa sonrisa tan inocente que tiene plasmada mi hijo, por eso es mejor negarlo, al igual desde hace años nosotros no existimos para él. —Entonces para hablar con él tengo que solo mirar hacia arriba, ¡Gracias mamá! aunque sé muy bien que nunca me va responder, pero seguramente lo puedo sentir, ¿Cierto? —Se lanza Liam hacia mí. Este abrazo me hace sentir la mujer más egoísta, pero no puedo demostrarle a mi hijo, que solo tendríamos mala suerte con el padre que yo misma le elegí. —Ya sabes toda mi vida, así que las preguntas deben terminar ya, la Nana te cuidara mientras llega Evamm, yo sé que te encanta jugar fútbol con él. —Acarició la frente de mi hijo y me voy, no me aguante más, odio cuando él me observa tan afligida. En contados segundos salgo de la casa y me subo en mi auto, agarró el timón y empiezo a manejar, de repente mi cuerpo se va hacia adelante y alcanzó a golpearme con el parabrisas, me cubro con mi mano el gran bulto que me quedó plasmado en la frente, de inmediato bajó del auto y noto que toda la parte trasera está golpeada, ¡No puede ser! ¡Justo ahora me pasa! Respiro profundo y con cordura doy unos largos pasos hasta llegar donde los imprudentes que me hicieron esto, sin la mínima vergüenza, el hombre que conduce retrocede y comienza a manejar huyendo, es que ni siquiera se percataron de que yo estuviera bien, son unos insensibles que no tienen piedad. Solo me queda zapatear de la rabia que me da, pero algo bastante raro alcance a notar, en el sillón de atrás había un hombre sentado de perfil con su cabeza agachada, podría jurar que era William, pero eso sí sería una locura, me da algo en mi corazón de solo imaginarlo tan cerca de mí, pero es que jamás entenderé todo lo que él hace. Ni por más de que grite me escucharan esos delincuentes, suelto aire y regresó a conducir, por suerte estoy cerca de mi empresa la que tanto anhelo, es que yo sé que me hará llegar al lugar que he soñado tener, todo como una diseñadora, sé que somos nuevos en el mercado, sin embargo, el nuevo socio seguramente nos colocara la chispa que nos falta. Luego de unos minutos llego y se me estremece completamente la piel, por tantos nervios que tengo. Ingresan muchas personas, alcanzó a creer que necesito a Evamm, la verdad seguiré grabándome en la cabeza que sí puedo sola, cuando entro a la sala inmensa, todos giran su cabeza para observarme y mis mejillas no dejan de sonrojar, percibo una que otra sonrisa de orgullo de unos cuantos que me han visto crecer, es que ellos deben estar anonadados que yo pude sin tener ayuda de nadie. Restriego mis ojos en repetidas ocasiones con las manos, definitivamente debo estar delirando, es que ese hombre tan imponente que veo de espaldas, es exactamente igual a William, conozco perfectamente cómo es su cuerpo. Lentamente él da la vuelta y me mira fijamente a los ojos, esto lo siento como si me metieran en una piscina con hielo y no me dejaran salir. —¿Qué hace está mujer aquí? Estamos esperando a alguien importante. Yo no organice toda esta junta, para que ella me la dale —William habla fuerte. William me tuerce los ojos, algo que me hace recordar la peor imagen que tengo de él, la cual me hace detestarlo, aunque si él va humillar que se dé cuenta que por aquí ya no es. —¡William! Ella es la diseñadora y nuestra nueva socia —dice un hombre de la mesa, los ojos de aquel hombre se abren inmensamente, pues sabe que estoy siendo indispensable para ellos, no obstante, William se torna mucho más blanco. —¡Qué bueno escuchar eso! alguien ya colocó en su sitio a los imprudentes, porque de esos es que abundan demasiado —digo eso sintiendo dicha, la mirada de William va bajando y noto que está plasmada en mi mano, espero que él se concentre en otra cosa y de inmediato me quito la argolla, hasta guardarla dentro de mi camisa, hubiera sabido que iba a pasar esto no la hubiera cargado. Como pude ser tan ingenua para permanecer con el anillo, será por la esperanza que tanto persistió durante estos años… Pero de nada sirvió, porque él sigue con su prepotencia, debo memorizar que la vida de cada uno ya está resuelta. William está con su mirada centrada en mis labios y la respiración muy tensa, este no es el hombre del que un día estuve tan enamorada. Estoy tan concentrada que no me doy cuenta cuando quedó sola, que bueno que ya termino esta intensa reunión, me coloco de pie y respiró profundamente, cuando siento es una respiración muy familiar sobre todo mi cuello, mis manos tiemblan y doy la vuelta de una vez. —¿Qué buscas William? —le digo siendo seca, mi corazón está arrugado. —Largo ya mismo ¿Dime cuantas veces tengo que eliminarte de mi vida? Como me arrepiento de haber aceptado esta payasada, pensaba que el dueño de esto era un hombre exitoso y no tu —William está siendo un completo patán, bajo mi mirada y él no deja de empuñar su mano del enfado que debe sentir. —Todo hace parte de los negocios, ni loca regresaría contigo, evidentemente la única que sabe muy bien que lo nuestro quedó enterrado soy yo. —Me rio con sarcasmo, aunque por dentro estoy que lo abrazo para decirle cuanto lo extraño. —En estos años he sido tan feliz, definitivamente me libere; todo me cambio, mira nada más soy un hombre muy existo, te comentaré de una vez que la mejor empresa de textiles es mía, gracias a eso la tuya sobrevivirá, claramente si yo quiero, me acabas literalmente de vender tu alma —habla siendo tan dominante, blanqueo mis ojos actuar de esta manera lo hará sentir pisoteado. —Tengo todo para superarte. —Levantó una de mis cejas, él sacude mi cuerpo hasta llevarlo hacia él, mi cuerpo está temblando y todo a mi alrededor se está borrando por los delirios que me entran, me retiro hacia atrás y con más fuerza él me jala tratándome como un imán, baja su cabeza a tal punto de acariciar una parte de mis labios, pero esta vez no puedo ser pisoteada, impulsivamente levanto mi mano y la plasmo en toda su mejilla.
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