Estamos bajando en silencio, respirando pesado uno al lado del otro. Intento soltarme de él pero me tiene sujeta con fuerza, como si de alguna manera pudiera escapar del elevador. Llegamos hasta el estacionamiento subterráneo y Maxon me saca casi a rastras y con los tacones que llevo hago camino lo mas rapido para mantenerle el ritmo. Su chofer/guardaespalda nos saluda a ambos con la cabeza. ―Tomaré la camioneta desde aquí, Frank. Ya puedes ir a casa. ― Dice en un tono quedo. Su chofer solo asiente y se va. Por primera vez, veo como Maxon se coloca en el piloto. Yo un poco perdida me pongo en el copiloto y cierro la puerta. Ambos nos colocamos el cinturón y nos sumergimos en el tránsito de Manhattan. ― ¿Me quieres decir a dónde vamos?― Los carros a nuestro alrededor pitan y se trancan