CAPITULO 2. OCHO MESES EXACTOS

1647 Words
En su sueño, Linny se encuentra de nuevo trabajando bajo el ardiente sol sin ninguna protección. No tiene agua, por lo que se dirige al pozo, de nuevo, para rellenar el pequeño contenedor que tiene en casa. Aún no es medio día y debe de terminar algunas tareas como revisar las hortalizas, pues depende totalmente de ellas para subsistir. También debe de revisar a los animales en los corrales, limpiar la casa... Y arar el campo, bajo el sol quemante.... De pronto esa mano que siempre la golpeaba se apodera de su nuca y... "aaaaahhhhhh!" Linny grita en sueño y en la vida real cuando siente el toque de alguien en su cuerpo. "Linny, tranquila, soy Braulio, vamos a comer algo!" El hombre se había detenido en un paradero de camiones cuando escuchó que la joven sollozaba y se removía demasiado intranquila en su sueño. "Oh...lo siento Braulio..." Algo nerviosa, con el corazón latiéndole dolorosamente, Linny intenta alejar el mal sueño de su mente. Braulio esperó abajo del camión hasta que Linny descendió. La joven se maravilló cuando observó y escuchó que los autos llegaban a ese lugar con música a todo volúmen. Las personas reian, charlaban amenamente. Sentados en una mesa para dos, Linny solo ordenó lo más barato que el menú del lugar ofrecía. La joven buscaba algo que le indicara la fecha de ese día, pero no había ni televisión, ni la radio estaba encendida. Oor lo que la ver que Braulio dejó su celular en la mesa, le pidió que se le enseñara un momento. "Tenía razon!" "Ya son los ocho meses exactos desde...hice bien mis cálculos!" La joven piensa esto mientras esboza una sonrisa gigante en su rostro que no pasa desapercibida por Braulio. "Linny, no quiero en verdad entrometerme en tus asuntos, pero puedo preguntar si esta en peligro o si huiste de casa?" La joven ya esperaba esa pregunta, por lo que contesta con ensayada neutralidad. "Mi familia es muy pobre, por lo que todos trabajamos en el campo cuidando a nuestros animales y cultivando nuestras hortalizas..." "Pero mi madre enfermó en los últimos meses y debo ir por ayuda del único amigo de la familia, quien está en Oklahoma." "Él es el único que puede ayudarnos en este momento tan duro para mi familia." Linny bajó la cabeza apartando la mirada del hombre que la veía con algo de tristeza en su rostro. La orden de ambos llegó, por lo que comieron en silencio solo rodeados de la música ambiental y las risas de los comensales. Cuando regresaron al camión, Linny se sentó al lado de Braulio conversando amenamente con Él. La joven se maravilló de volver a escuchar el transito de autos y la música. Su pequeña mano se ondulaba en el aire debido a que Linny tenía la ventana completamente abierta del lado del pasajero. Sus ojos no perdían ningun detalle de todo lo que pasaba a su lado. Y de lo pequeños que se veían las personas y los demas autos. Cuando la noche llegó de nuevo, Braulio se estacionó en un estacionamiento para poder descansar un poco. Tranquilo y seguro de que Linny no lo iba a a****r, Braulio se permitió cerrar los ojos en la parte posterior de su asiento. Linny mientras tanto permanecía sentada comoda y cálidamente en el asiento maravillándose de tantas estrellas que se apreciaban en el firmamento. "Llegaré pronto..." "No desistiré hasta verte Graham..." "Se que tienes el habito de ir a ese lugar, por lo que estoy convencida de que te encontraré muy pronto." "Y entonces podré ponerle fin a esta pesadilla al que tuve que enfrentarme..." "Sola." Los pensamientos positivos y confiados de la joven la inundan debido al actitud amable del hombre que ahora comienza a emitir unos ligeros ronquidos. Linny se permitió acurrucarse un poco en su asiento para, también, cerrar los ojos por un breve tiempo. "Braulio, despierta, tu alarma ha sonado ya." El sonido de la alarma junto con la mano de Linny que le toca el hombro con delicadeza, despiertan al hombre. Después de estirarse y frotarse los ojos, Braulio vuelve de nuevo a encender el camión para ponerse en marcha. El letrero de "Bienvenidos a Oklahoma City" les indicó que ya había llegado al destino de Linny, quien casi saltó de gusto al ver el enorme letrero en el horizonte. Linny miraba las calles con ansiedad rebuscando algo que estaba en el fondo de su memoria. "Linny, sabes con exactitud donde está el restaurante que buscas?" "Estará ahí la persona que buscas en este momento o llegara despues?" Braulio cuestiona un poco ansioso de dejar partir a la joven. Linny mira con atencion las señales y carteles cuando las inconfundibles letras del "Wally & Sally" se erigieron a lo lejos. "Es ahí Braulio, en el letrero del "Wally & Sally donde veré a la persona." "Y llegará por la noche, de eso estoy más que segura!" Con una sonrisa gigante en su rostro, Linny desciende, por última vez, de ese camión, que fue su salvación. Pisa fascinada el estacionamiento del restaurante familiar "Wally & Sally." El camión no se apaga, ni Braulio desciende, pues debe de continuar con su viaje. Ya estaba algo retrasado en su ruta. "Braulio, por favor, anótame tu celular para que pueda pagarte todo lo que te debo." "Es lo menos que puedo hacer." Con algo de renuencia, el hombre le extiende una tarjeta de presentación con su número personal en ella. "Linny, no me debes nada en serio, pero..." "Ves la foto de la chica que traigo que ahora traigo conmigo?" Braulio desciende del camión sin apagarlo, pues quiere decirle algo rápido a Linny. "Es mi sobrina, Amanda y una vez ella huyó de casa pues su infeliz padrastro la había golpeado a ella y a su madre..." "Ella pidió aventón como tú, pero no tuvo la buena suerte de encontrar a un hombre que la ayudara..." Braulio baja la mirada y suspira tristemente. "Cuando la encontramos estaba muy golpeada." "De milagro estaba viva..." El relato estremece de temor a Linny. "Por eso cuando veo a un joven como tu, que me recuerdan mucho a ella, no puedo dejar de sentirme protector, comprendes?" Linny asiente porque comprende la preocupación de Braulio. "Si necesitas algo...lo que sea..." "Por favor, no dudes en llamarme." "Regresaré por ti y veremos que ayuda puedo conseguirte." Linny toma la mano del hombre que había comenzado a temblar un poco. "Muchas gracias Braulio." "Prometo encontrarte y retribuirte toda tu amabilidad hacia mi." "Y espero que tu sobrina se encuentre bien ahora." Sonrisas tristes ladeadas junto con una despedida de mano seguida de un "gracias" extremadamente sincero y el camión del Braulio se puso en marcha de nuevo. Linny observa como el camión se incorpora de nuevo al tráfico alejándose del lugar. Ella entonces se enfrenta al restaurante. Esta vez, ella está sola. Con el poco dinero que le regaló Braulio antes de que ella descendiera del camión. Linny camina hacia la entrada, pero al darse cuenta de su aspecto tan desaliñando, se sacude el polvo de sus zapatos y ropa en la jardinera del lugar. Desliza sus dedos por su cabello alisándolo y acomodándolo lo mejor que puede antes de entrar al lugar. Una vez dentro pide hablar con el encargado del lugar. "Así que tu eres Linny Janders?" Cuestiona el hombre entrado en años. Sus canas y arrugas se asoman por toda su cara. "Ese nombre me suena, espera, eres hija de la gran Laurie Janders?" El hombre ataviado con un pantalón de vestir café claro, zapatos cafés oscuros y camisa blanca doblada hasta los antebrazos mira con mayor atención a la joven que esta sentada en la silla frente a Él. "Se que no parezco mucho ahora a mi madre." "Pero solo le pido trabajo de camarera o de limpieza solo hasta que Graham llegue por mi." Linny pide con voz amable. "Por favor señor, por la memoria de mi madre..." El hombre asiente porque necesita ayuda en la cocina. "Esta bien, ayudarás en la cocina como lavaplatos." "Pero debo advertirte que Graham, el hombre que buscas no ha venido en años a este restaurante.." El hombre se levantó de su silla. "En fin, vamos, te pagaré un poco y puedes dormir en el sillón de la oficina contigua por las noches." "No puedo hacer más." Eso es muchísimo más de lo que Linny hubiera esperado! Trish, la joven y rubia camarera mira con interés desmedido a la joven Linny. "Eres nueva verdad?" "Hola me llamo Trish y tu como te llamas?" La alegre chica le extiende su blanca mano a Linny, quien esboza una sonrisa franca. "Soy Linny, mucho gusto en conocerte Trish." "Trish, tu eres camarera, cierto?" Linny se aventura a preguntale. "Si, porque preguntas Linny?" Linny mantiene una distancia respetable con la hermosa rubia, pues es consciente de su mal aspecto y de su olor. "Puedo pedirte un favor enorme?" "Tu debes de conocer a un cliente VIP llamado Graham Beirs." "Podrías avisarme cuando llegue al restarurante?" "Debo de hablar con Él cuanto antes!" Trish mira a la chica haciendo memoria acerca del hombre al que ella se refiere. El gerente llamó a Liny para que se diera prisa en sus deberes. "Solo avísame si lo ves Trish, por favor!" No había sido tan malo su trabajo para ser su primer día, pero Linny se desplomó en el sillón donde ya la esperaban frazadas y una mullida almohada. La chica se había lavado la cara y el cabello en el baño para sentirse un poco más fresca. Acomodándose en el sillón los pensamientos de Linny siempre estaban encaminados a lo mismo. Ella se repetía una y otra vez que mañana sería el día. El día en que vería a Graham por fin. Y todo volvería hermoso en su vida de nuevo. ***By Liliana Situ*** Valoro mucho tu opinión.
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