El sol había salido hace unas horas y me encontraba mirando mi celular como se mira a algo que cambiará de forma de pronto y no quieres perder el momento cuando ocurra. Pero nada cambiaba, seguía marcando la hora minuto a minuto. Sabía lo que tenía que hacer. Tecleé rápido para que no me arrepintiera en el medio de las palabras. «Lamento haberte llamado en ese estado» Me arrepentí de todas maneras. El día pasó con Nacho en nuestro departamento e Isabella evitando mirarme a la cara porque sabía que si lo hacía me gritaría al momento de posar sus ojos en mí, mientras el ruliento intentaba alivianar el ambiente que se había provocado entre nosotras. Y sin ningún rastro de Chace. Entrada la tarde ya no aguanté sus esquivos y la acorralé en la cocina