—¿Conseguiste que American nos de el jet?— Enzo arquea a sus cejas completamente sorprendido.
Al mismo tiempo qué bajan todos de la camionera del mismo, mientras que León toma su bolso, Enzo pone la alarma a la misma, estando más que disgusto de tener que dejarla en el estacionamiento.
Su padre y su ayudante comienza a tomar las dos maletas de ambos, ignorando cualquier conversación que puedan llegar a tener los más jóvenes, siendo más que suficiente el hecho de haber tenido que viajar todos juntos en un completo silencio y metiendo algún que otro bocadillo sobre las peleas.
—¡Es increíble, hace mucho qué no viajamos en su jet!— Enzo toma la suya y la de su hermana con una sonrisa de oreja a oreja observándola.
Noah comienza a sacar de su carrera los cinco pasaportes y procede a entregárselos a cada uno según corresponda, sin decir una sola palabra.
—¡Ey, tierra llamando a Noah!— Chasquea los dedos frente a ella.
La castaña mira a su hermano subiendo sus hombros, está incómoda por el hecho de haber tenido que viajar junto con su padre, su hombre de confianza y León en un vehículo que parecía ser cada vez más chico a medida que avanzaban hacia la carretera del aeropuerto.
Y todavía no podía sacarse de la cabeza la sensación de sentirse observada por el musculoso, a pesar de no saber si eso era tal así cómo lo estaba pensando en su cabeza.
Era cómo si él supiera sus más grandes secretos, a pesar de que ella solamente sabía uno solo de él, y ni siquiera sabía en su totalidad dicho secreto, se sentía de una manera completamente asquerosa y no podía evitar dejar de pensar en eso.
—Al final nos lo dieron, tenemos que hacer unas fotos nada más, bueno en realidad quienes tienen que hacer las fotos sos vos y León, no te dije nada porque no estaba segura de que lo pudiera llegar a obtener.— Rueda los ojos riéndose de su hermano.
Él se ríe ante sus ocurrencias y la toma del cuello con ternura, mientras todos se encaminan hacía el Interior del aeropuerto.
Por un momento se había preocupado por la actitud que estaba teniendo la castaña al no responderle y estar observando de reojo a su padre, pudiendo llegar a pensar que habían tenido algún que otro encontronazo una vez más antes del dichoso viaje y que él no se hubiera enterado.
—A lo Martín garrix.— Canturrea haciendo un gesto con las manos como si estuviera tocando una consola.
Ambos hermanos se ríen de su gesto y actitud a medida que avanzan.
—Pero no con tanto talento cómo él.— Rueda los ojos y niega con la cabeza haciendole una mueca a su hermano.
Ya que siempre se burla en cuánto tiene la oportunidad de recordarle a su hermana que él lo conoció y ella no por estar maquillandose...
—¡Ay no hieras mis sentimientos!— Hace un puchero con sus labios llevando una mano hacia su pecho.
León los observa en absoluto silencio, a medida que avanza detrás de ellos, sin poder tener una opinión en particular respecto a lo que ambos están bromeando y cómo es que se llevan, simplemente solo va con la mirada perdida observando a dichos hermanos.
Esperando, el día de mañana poder tener tan buena relación como la tienen ellos, para con su hermano pequeño, y que él mismo no le tenga rencor por haberlo tenido que dejar dadas las circunstancias de lo que había ocurrido para con su familia.
—¡Entonces no me recuerdes a cada momento que vos lo conociste y yo no!— Achina sus ojos y lo fulmina con la mirada.
Enzo alza sus manos en son de paz y no puede hacer más que guiñarle un ojo. —Bien, lo siento, pero ver esa carita de cachorro cada tanto me da mucha ternura y gracias.— Parpadea con ternura hacia su persona.
—¡Ya basta!— Canturrea observando su reloj pulsera.
Enzo se dibuja una aureola en la cabeza y se pone serio de una vez por todas. —¿Y a qué se debe el placer de que nos dieran el jet?— Cuestiona, observando de reojo a León.
—En la redes el "team b" está empezando a crecer... Y eso está gustando a los sponsor, además de qué en las peleas pasadas no hubo una apuesta que no se perdiera a favor de él.— Sus palabras las dice con orgullo.
León escucha todo de fondo pero poco le interesa ser famoso, simplemente avanza ndo a su alrededor y estando agradecido de que no haya mucha gente por la zona...
—¡Eso es increíble!— Enzo la observa completamente emocionado por el gran trabajo que está haciendo.
Noah asiente. —Vamos por buen camino.— Sonríe y mira hacía adelante.
Le encantan los aeropuertos...
Y le encanta la luz que siempre hay en ellos, por eso se pierde cuándo entra a uno, y es justamente por uno de esos gestos que está haciendo ahora mismo que León posa su vista en ella observando sus facciones.
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—¿Por qué puerta embarcamos?— Quién habla es Alaric.
Ella lo mira con calma y luego a León, y tan solo lo hace porque ella observa que él la está siguiendo de reojo desde hace un buen rato.
—Ocho b.— Responde alzando su barbilla y haciendo una pequeña corroboración en su teléfono de que le está dando la información correcta.
Su padre asiente sin decir una palabra.
Noah se ve en la obligación de soltar un pequeño carraspeo para llamar la atención de todos, luego de ese pequeño silencio incómodo. —Tenemos unos cuarenta minutos antes de salir... Así que si alguien quiere tomar un cafe o algo, les doy los papeles y nos encontramos en el jet.— Anuncia, comenzando a entregar dichos pasaportes.
Todos asienten, estando más que de acuerdo en hacer aquello.
—Yo despacho las valijas.— Anuncia Enzo. —Ustedes hagan tranquilos.— Le guiña un ojo.
Ya conoce las rutinas de su padre y sabe que el menor tiempo que pueda hacer de papeleos es mejor para él, además de que no se caracteriza por ser la persona más paciente del mundo, y menos lo será luego de todo el ajetreo que había tenido para cin Noah.
—Nosotros vamos por un café. ¿Alguien quiere algo?— Alaric cuestiona observando hacia los tres.
Y junto con su colega, entrenador físico y masajista del equipo, Maverick, se alejan luego de que todo niegan con la cabeza.
Noah suelta el aire contenido en sus pulmones, sin siquiera darse cuenta de que estaba aguantando la respiración mientras que su padre se encontraba a su alrededor.
Había cosas que nunca cambiaban y no podía dejar de sentirse incómoda, y más aún sentía esa incomodidad al saber que León había presenciado una de sus peleas, y eso había sido por demás vergonzoso y aberrante.
—¿León querés ir al sector vip o preferis que ya embarquemos y tomemos las fotos?— Noah llama su atención teniendo que cumplir con el rol de manager.
Él se lleva una mano a la cabeza y la mira.
Nota el miedo en su cuerpo al ver sus ojos...
La castaña le sigue la mirada, pero su boca se seca al sentir esos ojos fríos sobre los de ella. —Digo, de esta forma podríamos ganar un poco de tiempo y luego tendrían libre albedrío para hacer lo que necesiten.— Ahora los observa a los dos.
Aúnque, Enzo, está por demás metido en sus asuntos.
—Me da igual.— Responde ronco.
Ella asiente y aprieta levemente sus labios, luego observa a su hermano irónica, ya que León con sus respuestas no ayuda para nada.
El mayor de ambos se ríe y niega con la cabeza, para echarle un pequeño vistazo a León y hacerle una seña con la cabeza. —Acompañenme que después vamos todos juntos al avión, Noah anda por ese cafe que estás deseando de que pisaste la camioneta.— Propone observando el local de cafetería que más le gusta a ella.
Su hermana agradece internamente que haya colaborado un poco en el ambiente tan tenso entre ambos.
León se dispone a avanzar y toma la valija de la castaña además de su pequeño bolso para ayudar a Enzo, que con tres valijas se le estaba haciendo complicado.
El check-in lo hacen en un parpadeo, ya que es otro acceso al tener un jet esperando por ellos, las valijas las despachan y sólo se quedan con las mochilas ambos chicos y Noah con su cartera.