—Lo siento, solo estaba pensando en otra cosa de los aéreos.— Sonríe quitando la responsabilidad a la situación.
Su padre asiente, y vuelve a extender las manos para que ella pueda de una vez por todas comentar que es la propuesta que tenía para ofrecerles.
—Estuve evaluando una posibilidad y quería comentarla con ustedes para ver qué es lo que les parece.— Hace una pequeña pausa y remoja sus labios. —Creo que necesitamos que León tenga un lugar cerca al gimnasio dónde dormir.—
Inicia apretando sus labios y manteniendo la calma en su perfil más bajo posible.
Ambos la miran, esperaban que cualquier cosa pudiera llegar a salir de sus labios, menos la idea de hospedar a León en algún lugar cercano al establecimiento.
No porque les pareciera una locura, sino que era algo que no hubieran esperado nunca que la castaña pudiera llegar a plantear.
Dlla parpadea y sube sus hombros, mientras espera la respuesta de ambos hombres sentados frente a su persona.
Siente sus manos sudar y su cuerpo comenzar a temblar, no quiere tener que decir la verdad de por qué está llevando esa propuesta hacia ambos, no quiere tener problemas con León, pero quiere ayudarlo de alguna manera u otra.
Y lo mejor que se le había ocurrido era hacerlo de esta forma colateral, para que tampoco León pudiera llegar a sospechar que había algo más detrás de esta proposición de ofrecerle un hogar momentáneo que estuviera cerca del gimnasio.
—Digo, estuve prestando un poco de atención, y que no es ninguna novedad para ustedes qué vive a las afueras del centro, no tiene transporte y tarda unos cincuenta minutos en transporte público, dependiendo de que estos funcionen a tiempo.— Explica moviendo sus manos de manera profesional. —Si queremos que esto funcione me parece que sería mejor que él éste lo más cerca posible para poder entrenar fuera de horario o cuándo tengamos algunas rutinas armar.— Chasquea la lengua y sube sus hombros volviendo a esperar que alguno de los dos responda...
Enzo achina sus ojos intentando ver dónde está el punto de quiebre para saber qué es lo que le ocurre a Noah.
Nunca se había interiorizado por una persona de esa manera, ni siquiera con Kalesi, y eso era algo que llamaba poderosamente su atención.
—¿Que propones?— Su padre la mira dejando su tablet a un costado con cierto interés en su inquietud...
Su hermano la analiza fijamente con sus ojos casi entrecerrados queriendo detectar que hay detrás de todo esto.
Y lo peor de todo es que cuando más se esmera en poder descubrir qué es lo que está ocultando su pequeña hermana, parece que ella lo tiene todo planeado y no flaquea ni un solo segundo al continuar con sus palabras.
—Tenemos el altillo libre, le podemos decir que se lo descontamos de sus ganancias.— Mira a su hermano y trata de parecer desinteresada.
Sabe perfectamente que él es la persona que puede descubrir que está mintiendo, es por eso mismo que necesita convencerlo primero a él, y luego a su padre.
—Es la primera vez que propones de que alguien venga a vivir al altillo.— Enzo murmura completamente sorprendido, sin ni una sola pizca de remordimiento o de enfado.
Simplemente es un comentario honesto que sale por sus labios.
Noah mueve su cabeza levemente hacia un costado. —Si, si me lo hubieran preguntado en otro momento la verdad es que yo tampoco lo hubiera creído, estuve esta semana con el tema de los sponsors y ocupándome de los asuntos más puntillosos y llegué a la conclusión de que parece ser una persona muy humilde, y creo que todos estamos de acuerdo en eso.— Los observa.
—Si.— Responden padre e hijo al unísono.
Ella suelta el aire contenido en sus pulmones al sentir que tiene algo de apoyo en sus pocas palabras. —Bien, cómo recién esta empezando, dudo que pueda mudarse a algún departamento por la zona, y eso va de la mano a qué no quiero que suene a que los estamos obligando a qué se tiene que mudar y gastar un dinero que no tiene.— Aprieta sus labios y juega con su lapicera y agenda.
Su padre se carajea. —Bien pensado, no tiene el mejor temperamento de todos.— Se burla.
Enzo chasquea sus dedos simplemente en aquella mueca para darle la razón a su padre.
—Sólo digo me parece que hay días en que lo veo muy desganado y no sé si eso puede afectar su estado físico y el rendimiento que tenga arriba de la arena, quizás sí está durante un mes viviendo acá y durmiendo cerca podría estar más cómodo, de esa forma evaluaríamos si cambia en algo su rendimiento y si no volvemos a cómo estábamos antes.— Vuelve a subir sus hombros cómo si no le importara de verdad lo que está diciendo, y se sintiera completamente indiferente hacia la situación.
Alaric infla su pecho tamborrillando sus dedos sobre la mesa. —¿Y cómo llegaste a esa conclusión?— Cuestiona filoso.
Lo último que quiere en estos momentos es tener a un Kalesi 2.0
Y lo peor de todo es que no lo pensaba por todo lo que había sufrido su hija, sino que lo pensaba porque había una persona que trabajaba con él que se había involucrado sentimentalmente con Noah.
—Simplemente se me ocurrió mientras estaba analizando algunas prácticas que me había pedido Enzo para el fin de semana.— Muerde su labio inferior y juega con su lapicera turquesa bajando la mirada hacia la gran mesa blanca.
—Me sorprende que hayas llegado a esas conclusiones sola, pero la verdad es que ese piso lo usamos muy poco, y me parece una buena idea, además coincido en qué hay que cuidar a nuestro futuro campeón.— Coincide algo receloso con la idea, no con respecto a León, sino a la investigación de ella, la cuál le da intriga su interés por su entrenado más allá de lo laboral.
Noah sube sus hombros son levemente intimidada. —Es mi trabajo.— Afirma alzando su barbilla.
Enzo sonríe con orgullo al escuchar sus palabras.
Alaric aprieta sus labios en una fina línea. —Tengo mucha fe en ese chico, pero me da bastante miedo que no llegue a rendir por falta de sueño... Por eso también me gustaría qué, Enzo, te ocupes de su dieta estricta y estés a su lado las veces que puedas.— Mira al mayor.
—Bien, haré todo lo posible.— Responde con un asentimiento de cabeza.
Su padre los analiza con la mirada, y luego se gira nuevamente hacia su hijo. —¿Qué opinas sobre la propuesta de tu hermana?— Arquea sus cejas al cuestionar.
—Hay que cuidar a nuestro futuro campeón, contá conmigo para lo de la alimentación y respecto a lo del entrepiso me parece una buena idea.— Asegura mirando a su hermana divertido copiando las palabras de su padre.
Ella rueda los ojos y mira de nuevo a su padre. —Es sólo una idea.— Murmura.
Alaric asiente y la señala. —Una muy buena.— Sentencia.
Enzo coincide. —De cualquier manera primero tendríamos que preguntárselo a él, ya que se me hace que no es de aceptar las cosas con mucha facilidad.— Hace una mueca con sus labios.
Sin cortar la conexión de miradas con su hermana, aún, intentando detectar qué es lo que oculta ella.
—Yo creo que sí podríamos probar, me interesa mucho eso que me dijiste de sus ojeras y el desgano que le ves a veces, Noah así que te felicito y me alegra mucho que estés involucrado en el equipo, porque eso es lo que espero que hagan... Aúnque, voy a hablar con el médico para que haga otro chequeo podamos ver si está descansando nuestro futuro campeón cómo corresponde.— Sentencia.
La última frase, por supuesto, qué a ninguno de los dos hermanos les cae bien, pero fingen una sonrisa con sus labios cerrados y no emiten sonido.
—Gracias.— Noah susurra.
—Por supuesto que no debería ser motivo para felicitarlos, pero viendo cómo son ustedes dos, bueno vos no tanto, Enzo.— Mira a su hijo y le da unas palmadas en la espalda ,mientras que ella aprieta su mandíbula con mucha impotencia ante las palabras de su padre.
—No todos tenemos los mismos intereses, papá, deberías de agradecer que Noah colabora y trabaja muchísimo con vos, con el gimnasio y con León, y eso que tiene aparte las responsabilidades de su otro trabajo y se pasa muchas noches sin dormir para poder cumplir con ámbas responsabilidades.— Enzo sisea mirándolo fijamente.
Su hermana abre los ojos cómo plato al escucharlo hablar así de ella y defenderla de tal manera.
Alaric se lo queda viendo por unos instantes, luego niega. —Nl deja de ser su responsabilidad.— Demanda tosco.
Enzo infla su pecho. —En fin... Bien, si ya pusimos en órden la semana yo los dejo, tengo unos pedidos que entregar.— Sisea.
Ambos asienten en silencio.
Noah se levanta primero y toma sus cosas para salir de la oficina de su padre. —Enzo, espero que le puedas decir a Black lo del altillo.— Con una blanca sonrisa cierra la puerta tras ella, cruzando miradas con el rubio que está elongando en las máquinas.
Enzo niega con la cabeza divertido varias veces, mientras que la ve salir por la puerta.
Se ríe porque sabe perfectamente que ella está enterada de que van a tener una charla entre ambos en cualquier momento para pedirle explicaciones de lo que acabo de suceder en la reunión, y por eso huyó rápidamente de la habitación en la que estaban.
Mira a lo lejos a León y palmea sus manos agarrando sus cosas para ir a encararlo y comentarle lo de la propuesta de su nueva vivienda, si es que acepta, ya qué claramente le ha costado mucho en estos últimos meses qué León aceptará algo de ellos.
Y lo de una vivienda con todo incluído no parecía ser de las cosas qué fuera a recibir con emoción.