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1766 Words
—Luego de este viaje, tendremos pactados ocho peleas en la ciudad, si todo sale bien podremos ir a nevada a nuestra primera pelea en la liga.— Explica palmeando sus manos entre sí. Sólo sus hijos está en la reunión. León ya sabe cómo sera estos dos meses en su agenda, ya que con anterioridad estuvo reunido con Alaric, el cuál explico todos los detalles de la misma... Queriéndo poder decirle con precisión cómo es que pensaba hacer su rutina de ahora en adelante, teniendo en cuenta estas ocho peleas por delante. Si bien, no conocía mucho de la vida de león, tenía que cerciorarse de que no tuviera otra responsabilidad que no fuera abocarse a sus entrenamientos y a todo lo que eso conllevaba. Incluso, en aquel momento en el que le planteó esta situación a su boxeador, el rubio no tuvo más que hacer que ocultar una sonrisa que se quería escapar de sus labios. No estaba trabajando en estos momentos, ya que a cualquier lado que fuera con su título universitario del mundo lo reconocería como el hijo del hombre más fraudulento del estado, y habiendo encontrado en las peleas dinero fácil no había necesitado, hasta el momento, conseguir un empleo estable de tiempo completo. —Genial.— Noah traga, levemente, saliva al responder. Era más que obvio que iba a tener que compartir tiempo de caridad para con León, lo que pasaba es que no esperaba que fuera tan recientemente. Pasaron dos semanas de aquella conversación, ninguno de los dos se volvió a dirigir la palabra. Y a pesar de que había algo malo en todo aquello, había algo bueno, y era que ni su padre ni su hermano se preocupaban por cómo ella estaba respondiendo ante la explicación de el itinerario de los próximos meses, ya que siempre solía reaccionar de la misma manera para con todos los boxeadores. —Eataremos ahí.— Enzo asegura con un guiño de ojo. Y Noah lo agradece por completo, ya que siempre se encargan de alivianar la carga de ser los hijos de Alaric Melle. —El chico está haciendo un gran trabajo, no me puedo quejar y quiero que siga así.— Informa mirando a ambos. León gano cinco peleas y empató dos en la nueva cueva en la que Alaric lo estaba probando, respecto a su situación para con la castaña no volvieron a tener problemas de ningún tipo, ya qué sólo se hablaban para lo mínimo e indispensable. Y León agradecida que ella no siguiera husmeando dónde no debía. Mientras qué Noah intentaba mantenerse lo más lejos posible de él, a pesar de no poder con su intriga. Lo único que había quedado en el tintero había sido una pequeña situación en una de las tantas peleas que tuvo León, quién continuaba manteniendo bajo perfil para sacarle provecho a todo el potencial que lleva en sus venas, siendo algo que a su entrenador le daba mucho gusto. Ya qué había tenido que trabajar con diferentes clases de egos, y el ego de León parecía estar bastante bien centrado. El único inconveniente es que al ex novio, si es que se podía llamar así, de Noah se había quedado picado por la pelea que había tenido para con la bestia, en la cuál había perdido. Kalesi seguía siendo aquella clase de sujeto que esperaba poder volver a tener control sobre ella, siendo que cuando la perdió parecía que le habían quitado un dulce. Y continuaba completamente disgustado con todo aquello, es por eso mismo que había explotado frente a León diciéndole tales palabras. Por lo que volvió a la pelea siguiente pero cómo espectador, había averiguado el nombre con el que León peleaba, por lo que sabía que ella estaría allí. ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —¿Muñeca porque no vamos a mí locker?— La toma con fuerza de la cintura. Aprovechando un momento de distracción por parte de la castaña, cuándo terminó de re contar y de organizar las apuestas de la bestia. Ella lo mira molesta intentando soltarse de su agarre. —Kalesi, lo mejor va a ser que te vayas.— Amenaza. Temía mucho cuándo lo tenía frente a sus ojos, y lo peor de todo es que temía volver a caer en sus redes, Kalesi era el estereotipo de hombre que toda mujer esperaba, fuerte, hermoso y decidido, con éxito. Pero también ocultaba otra gran verdad, y era sus excesivos celos, y la falta de control que tenía en su fuerza para cuándo perdía los estribos. Noah había experimentado cada una de esas etapas en carne propia, y si no hubiera sido por Enzo, lo más probable es que hubiera terminado tendida en la cama de un hospital. Él sonríe y la aprieta más acercando su aliento a tabaco hacía sus labios... —Muñeca... Sabes que te encanta cuándo te caliento la cama.— Susurra ronco. Noah infla su pecho y lo vuelve a mirar con asco, negando con la cabeza, mientras agarra con fuerza su mochila de charol negra en la cuál lleva la recaudación. —¡Mejor perdete, siquiera deberías de estar acá!— Le recrimina y logra safarse de su agarre. Y justo cuándo León pasa por un lado de ellos no puede evitar mirar la escena con algo de recelo, se fija que la castaña se encuentre bien y clava sus ojos se los del morocho con bastante amenaza en ellos... Noah toma eso cómo su salida y lo vuelve a fulminar con la mirada. —Andate.— Repite dura. Kalesi suelta una carcajada alzando sus manos. —Que no se te enoje la bestia, bella.— Le guiña un ojo y le vuelve a regalar esa sonrisa asquerosa llena de deseo. León la toma de la cintura baja y la corre a un costado poniéndola detrás de él. —¿Algún problema?— Alza su barbilla y la mantiene apretada volviendo a dirigirle la mirada al morocho. Kalesi alza sus manos, nuevamente, y ladea una sonrisa de costado, luego la mira a ella por última vez mordiendo su labio inferior. —Solo estábamos hablando, bestia, tranquila qué no te la robo.— Se burla. Noah niega completamente avergonzada y perturbada, no va a quedarse allí a ver aquello, además de que algo le dice que León es lo suficientemente inteligente cómo para no iniciar una pelea en el medio de un pasillo. Además de que no puede dejar de sentirse extrañada por el toque del rubio para, protegerla, de algún modo, de la situación que estaba viviendo. —Vamos.— Sisea ronco, volviendo a tirar de ella con delicadeza para que comience a avanzar. Ni siquiera se preocupa en aclarar que ella no es nada de él, y viceversa, tampoco sabe por qué no lo aclara, quizás es porque no necesita darle información por demás a alguien que le parece completamente un imbécil, o quizás, también, es porque disfruta de ver como Kalesi mantiene su rostro tenso cada vez que los ve juntos. Noah suspira soltando el aire contenido en sus pulmones cuando se dan cuenta de que Kalesi ya no está detrás de ellos. León se mantiene recto y serio avanzando esos pocos pasos. Cuándo la castaña llega a su lado no emite ningún sonido ni comentario, pero lleva sus manos echas puños casi blancos de la fuerza que utiliza... Ella siquiera le agradece, porque sabe perfectamente que el rubio no quiere dirigirle la palabra, y si la ayudó en ese momento fue porqué algo de su incomodidad habría notado, o eso es lo que la castaña piensa. Y con esa mentalidad es con lo que se va a quedar, ya que no es una alternativa preguntarle porque es que accedió a espantar a Kalesi tan sólo con mirarlo. ~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~~⁠>⁠`⁠)⁠~⁠~⁠~ —¿Alguíen quiere acotar algo más o damos por finalizada la reunión?— Alaric los observa fijamente. La oficina se encontraba en silencio mientras que ella se replanteaba por dentro si decirlo o no... Muerde su labio inferior y tamborillea sus dedos sobre sus piernas... —Yo, quizás tengo una propuesta para llevar a la mesa.— Suelta. Enzo arquea sus cejas, no pudiendo creer que su hermana quisiera colaborar con algo que tuviera que ver con el gimnasio, más allá de sus tareas diarias. —Si, claro.— Su padre abre sus manos ofreciéndole aquel espacio para que comience a hablar. —Todo oídos.— Enzo bromea. —Sin tener idea realmente de lo que ella puede llegar a ofrecer cómo propuesta. Noah traga saliva entre abriendo sus labios y sabiendo que ya no tiene otra alternativa más que decir lo que había estado pensando durante estos últimos días. Y por más que se lo había replanteado en su cabeza una y otra vez, buscando la forma más correcta de que aquello pudiera llegar a funcionar. Ahora se siente en una completa nebulosa, y cree que sí expulsa las palabras por sus labios, las mismas van a salir en forma de trabalenguas. —No tenemos todo el día.— Alaric bromea colocando sus ojos en blanco. Y Noah asiente con la cabeza repetidas veces, dándole a entender que ya está a punto de decirlo. Mientras qué su hermana comienza a preocupar a Enzo.
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