—¿Por que no volviste a pelear con él?— Sube su mentón y se sienta frente a Enzo.
Realmente le parece interesante que haya sido uno de sus éx chicos del club y es por eso qué acepto aquella charla, además de qué era más que obvio qué Alaric no le permitiría volver a entrenar hasta qué el mismo se lo dijera.
—Toma.— Señala el café, con una media sonrisa de costado.
León sube su vista al café qué el castaño le ofrece, y no puede evitar mostrarse con algo de recelo.
No es qué no le guste el café, pero no es algo qué esté en su dieta cotidiana.
—Es descafeinado...— Asegura con una mueca de asco bebiendolo.
León asiente conforme y lo acepta, ahora sí sin idea, ya que no pueden estar consumiendo bebidas tan fuertes horas antes del torneo, y es por eso qué había durado al principio.
—Gracias.— Sisea. —Aunque no es necesario.— Murmura al agregar.
Enzo suelta una pequeña carcajada. —Se qué estás acá porqué querés escuchar sobre Kalesi, pero necesitas desayunar también.— Lo señala cómo si fuera lo más obvio.
—¿Y entonces?— Va al punto.
Y agradece qué Enzo también, no es una persona de dar vueltas y no está allí para hacer amistades.
—Peleo fuera del torneo sin autorización y perdió cualquier tipo de licencia, ahora va de cueva en cueva perdiendo la mayoría de las noches... Es un fracasado.— Sube sus hombros y come una manzana con yogurt con ganas.
Luego le señala el plato para que León para qué se sirva con confianza los sándwiches de miga.
—¿Tan malo es?— Arquea sus cejas sin poder creerlo del todo.
—Es la lacra del boxeo, ya lo vas a ver hoy y te vas a dar cuenta de lo qué estoy hablando...— Dice con asco alzando una ceja...
León asiente moviendo sus labios pensativo...
—Que imbécil... Digo, tener la posibilidad de ser internacional e irte a la mugre de nuevo, eso sí qué es una idiotez, hasta incluso para mi.— Murmura limpiando su boca.
El castaño se ríe y hace una mueca con sus labios.—Supongo.— Murmura frunciendo sus labios.
León lo mira, no sabiendo si decir lo qué está pensando en estos momentos, y al final lo termina diciendo. —No sé si está bien lo que vaya a decir, o sí sea etico.— Se carajea. —Pelear en la cueva tiene otra mística, y hay cosas que en el mundo legal no podes hacer, eso es lo qué le pone color a la situación.— Sube sus hombros.
—No tanto... Porque yo también estuve a nada de perder mis títulos de la mma.— Niega con la cabeza, soltando aquella gran verdad qué sorprende a la bestia.
—¿Fue con vos?— León no se caracteriza por ser un hombre curioso pero cuándo se trata del boxeo su nivel de saber y retener información es importante para él.
Más si esa persona de la qué están hablando será su contrincante está noche.
—Fuimos a un juicio frente a la corte de los organizadores...— Se ríe y toma cafe. —Jamas en la vida había estado tan cagado.— Admite negando.
—¿Y cómo resultó?— Arquea sus cejas.
—Él perdió el título por ser el primero en golpear, después de ocho golpes tuve que defenderme, mí mente estaba roja, y cuándo tire mi primer golpe casi lo mato, ese fue el problema en sí y por el cuál me penalizaron...— Explica y suspira restándole importancia.
—Debio de sentirse bien igualmente .— Sonríe levemente de costado.
Enzo sonríe de la misma manera, con una pizca de maldad en sus ojos. —Me tuvieron en la mira un año y medio, recién ahora me están dejando tranquilo, pero tengo que cuidarme, no puedo llamar mucho la atención.— Rueda los ojos algo molesto.
León asiente y come el sándwich.
—Eso es algo que tenes que tener en mente, ya no hay más cuevas dentro de unos meses, León y se qué no es fácil soltarlo.— Sube sus cejas y lo mira analizando su rostro.
—Puedo hacerlo.— Demanda tragando saliva.
Enzo alza sus manos. —Con trabajo yo creo qué si.— Asegura con un guiño de ojo.
—¡Estás exagerando, y entiendo qué necesites hacerlo para qué me quede con Alaric, pero si siento tan sólo un poco de presión no se si pueda con eso, yo no soy un cachorro para domar!— Se burla relajado.
—Lo sé, por eso te lo estoy diciendo, creo personalmente qué tenés demasiado potencial, más allá de lo qué mi padre anhela qué seas su chico.— Le hace saber.
—¿Entonces?— Se carajea.
—Tenes que tener muchísimo cuidado con ira interior, te lo dice alguíen a quién le cuesta muchísimo controlar... Más cuándo te están tocando las pelotas vigilandote.— Lo señala siendo completamente honesto. —Y qué te saquen un título o la posibilidad de pelear es una locura...— Hace una mueca de molestia con sus ojos y ambos se ríen con ironía.
León parece pensar sus palabras y asiento. —Siempre que pueda descargar mí furia aca voy a estar bien...— Señala con la cabeza el ring a unos cuantos metros de ellos.
Enzo ríe y asiente.
—Yo pensaba igual.— Murmura parpadeando. —Pero bueno la situación se fue de las manos, no lo pude evitar.— Sube sus hombros y no parece para nada arrepentido.
León achina sus ojos al escucharlo.
—Aunque si Alaric no me deja entrenar, ahí si vamos a tener un problema.— Bufa mostrándose disconforme con lo que sucedió hacia tan sólo unas pocas horas.
—Relajate con eso, la disciplina la vas a conseguir en cuánto menos te des cuenta, y lo que Alaric quiere de sus campeones es que no vayas tenso o habiendo pasado más de diez horas golpeando un saco de box, te quiere fresco.— Explica relajado. —Haceme caso, hay algunas técnicas qué tenés qué aprender de Alaric y su equipo, y me lo vas a agradecer en un futuro.— Agrega con una media sonrisa de costado.