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1066 Words
—¿Cuándo peleas?— Le hace una pequeña seña con la barbilla. Ya nada queda de comida sobre la mesa, Enzo comienza a levantar todo con pesadez, ya qué si lo deja ahí tendría un problema con Noah, debido a que la señora que se ocupa de la limpieza sólo viene tres veces a la semana, de todos modos también se siente en la obligación de mantener todo en orden y de la misma manera qué fue encontrado, ya qué Noah siempre se encontraba hasta en el más mínimo detalle. Y aquello era lo mínimo qué él podía hacer para devolverle la gratitud. —El torneo arranca en dos meses, por el momento no tengo peleas, aúnque Noah está intentando conseguir una con Neo.— Sube sus hombros. —¿Neo?— Sonríe sabiendo de quién se trata. Enzo asiente con una pequeña mueca de costado. —Si, quiero pelear con él, me parece qué podemos dar un buen espectáculo.— Admite terminando de guardar todo. —¿Y qué dice él?— Cuestiona, sabiendo perfectamente el temperamento qué tiene Neo. No es qué fueran amigos, ni mucho menos, Pero en sus épocas de regodearse de gente por demás adinerada había conocido a un gran grupo de boxeadores cómo lo era Neo. —Desconozco, Noah no logra llegar a él, pero sus representantes no lo ven negociable, y esa es la única respuesta qué dan por el momento.— Coloca sus ojos en blanco algo molesto por la situación. —En el boxeo convencional es más fácil conseguir peleas, de cualquier manera la idea es pelear a la par que vos pelees para que podamos ir todos de gira y tener el team completo en el mismo país y/o estado...— Le guiña un ojo para que no vea que todas son malas. León achina sus ojos prestando atención a su comentario. Y algo había quedado en el tintero dando vueltas. —¿Ella es tu mánager?— Murmura encontrándole la vuelta a porqué ella iba siempre a la cueva junto a su hermano a buscarlo. Enzo asiente con una sonrisa en sus labios al ver la mueca en el rostro de León. Le causa mucha gracia y a la vez incertidumbre qué es lo que debe de pasar por su cabeza cuándo se trata de Noah, ya qué no parecía haber mucha buena voluntad en poder entablar una conversación. —Si.— Moja sus labios. —Y también la tuya, de ahora en más.— Lo señala obvio. León traga saliva. —No creí que lo fuera.— Carraspea. —Digo, no lo sé.— Niega con la cabeza. Sabiendo que no puede decir algo más en contra de la castaña o tendrá problemas para con Enzo y ya había probado qué el hermano mayor protegía a la menor y eso sólo le traería problemas para con Alaric y el equipo. —¡No quiero que lo malinterpretés!— Suspira alzando sus manos. Enzo suelta una pequeña risa, y agradece haber entendido a la perfección cómo es que León se estaba queriendo referir a su hermana, ya que no lo estaba haciendo de una manera polémica y que pudiera llegar a darse cómo confusión, sino, que su comentario había sido completamente genuino. —Ella en realidad es diseñadora gráfica, pero tuvo que estudiar para el negocio de los sponsors y para el de mánager, Alaric la necesitaba en el negocio...— Sube sus hombros. —Eso tiene un poco más de lógica.— Murmura sin mucha gracia. —No se puede quejar, el sueldo es bueno y los horarios flexibles, aúnque, cuándo hay gira ella tiene que venir si o sí.— Chasquea la lengua y mira su celular y lo vuelve a apoyar en la mesa. León pasa por alto el comentario y se levanta tomando su bolso dispuesto a irse. No tiene interés alguno en conocer más a Noah, cómo tampoco en conocer a Enzo, de todos modos, acepto aquella charla para con él para poder tener un poco más a todo a Kalesi y poder llegar a conseguir un poco más de información respecto a sus movimientos y golpes más débiles, habiéndose guardado el documento qué Noah había impreso para ellos. —¿A que hora hoy?— Coloca las tira sobre su hombro y aprieta sus labios en una fina linea. Enzo abre los ojos e intenta recordar el horario que su hermana le había dicho, y cómo no lo recuerda, alza una de sus manos pidiéndole un momento para luego tomar su teléfono y releer la conversación. —A las 00.30 acá.— Guarda su teléfono y le palmea la espalda para darle confianza. Ya no importa la pelea que tuvieron hace un día, Enzo quiere y necesita que su papá esté contento, que tenga a su estrella y la saque de las cuevas, ya qué eso lo mantendra ocupado, no se metera tanto en su carrera ni le exigirá, o eso es lo que espera poder conseguir siendo un aliado de Alaric. Además de que tiene qué ser completamente sincero ante el hecho de qué no es negocio pelearse con un compañero de equipo. Si bien, no le había caído para nada gracias que se metiera con Noah, creía que había sido más qué suficiente el dejarle en claro qué no volviera a hablar así de ella, además de con aquella pequeña repartición de golpes que habían tenido era más que suficiente. —Pense que nos veríamos allá.— Tuerce sus cejas algo incómodo. El castaño niega con la cabeza. —E lejos cómo para que vayas en transporte público, yo te voy a llevar, después te volves con Alaric en su camioneta, yo voy para el centro si te sirve te dejo por ahi, lo vemos allá, no tengo ningún problema.— Mueve la mano restándole importancia. —No tengo inconveniente en ir solo.— Demanda trabando su mandíbula. —Alaric me colgaría de las pelotas y no quiero eso. Además está bueno para que te vayas acostumbrando a que siempre llegamos en equipo, y es muy importante que la gente te vea que fuerte.— Le hace saber. León asiente no muy convencido y se gira para tomar el picaporte y salir del lujoso gimnasio. —Nos vemos después.— Se coloca la capucha y cierra la puerta tras de él sin esperar contestación de Enzo.
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