Sebastián subió a su habitación para ducharse, abrió la llave de agua caliente y esperó que estuviera a la temperatura adecuada para ingresar bajo el chorro de agua, mientras se duchaba pensó en Paris, no le había llamado durante todo el día , pero ya era un poco tarde para hacerlo, así que comenzó a colocarse ropa cómoda, peinó sus humedecidos cabellos y salió de su habitación para bajar y cenar junto a su padre, su presencia no le molestaba, pues pese a que ambos tenían personalidades distintas y a que Sebastián no tomó el mismo rumbo que su padre como empresario, ellos mantenían una buena relación, pues Benjamin jamás le impuso a Sebastián lo que tenía que hacer de su vida. Al bajar las escaleras Sebastián observó que la puerta estaba abierta, frunció el ceño y dio un vistazo observand