Sebastián detuvo el auto en el club de su amigo Cristóbal y pronto los dos descendieron de él para ingresar al lugar. Cristóbal no se encontraba a la vista, pues era un hombre de negocios y al estar cerrado su club por remodelaciones, se encontraba de viaje. Quien se encargó de recibirlos fue el hombre encargado de la seguridad del lugar, su nombre era Guillermo y él era quien vigilaba el área mientras los pocos empleados que acudían se encargaban de limpiar y a sustituir algunos muebles con otros. Sebastián guio a Paris al interior de ese lugar que ya conocía, ambos respondieron con amabilidad a los empleados que comenzaban a retirarse, pues la noche estaba llegando, uno a uno fueron saliendo del lugar una vez que su trabajo fue realizado, hasta que al fin los dos quedaron solos. Guill