Paris escuchó atenta cada palabra de Sebastián, para ella era muy importante poder graduarse de esa universidad y para ello tenía que demostrar que de verdad tenía talento, pero no podía negar que también la había emocionado el premio del concurso pues París jamás había tenido tanto dinero en su vida y eso significaría una enorme ayuda, no solo para ella, también para su abuela.
La clase culminó justo después de que Sebastián colocará sobre su escritorio la hoja de registro para los alumnos que tomarían el taller dos veces a la semana después de clases.
Christina por supuesto, fue la primera en levantarse y escribir su nombre para tomar esas clases, pues no dejaría pasar la oportunidad de estar cerca de su profesor.
Paris tomó su maletín y caminó hasta el escritorio de Sebastián, sintió
