El rostro de Paris palideció al ver a su abuela, tal como si hubiese visto a un fantasma, Mariane observó atenta a su nieta, estaba por saludarla y decirle que entrara, pues hacía frio, pero se percató de inmediato de que Paris no había llegado sola, en cambio estaba muy bien acompañada. —Abuela, hace mucho frio deberías entrar a casa —sugirió Paris, evitando presentar a Sebastián con Mariane, pero olvidando también que su abuela no necesitaba que alguien más la presentara. —¿No me vas a presentar al caballero? —dijo la mujer de mas de setenta años mostrando una sonrisa al ver al hombre que evidentemente había llevado a su nieta a casa. Paris frunció los labios, eso era precisamente lo que ella quería evitar. —Buenas noches, soy Sebastián Harris, profesor de Paris —mencionó Sebastián co