OCULTO EN EL AMOR

NUEVOS SOCIOS

“NUEVOS SOCIOS”

“ te quiero no por ser como eres sino por quién soy cuando estoy contigo “ Gabriel García Márquez

Semanas después…

Estampa. Figura de un hombre afable , de mundo, mayor de setenta años, cercano de los ochenta cálculo más Prudy apenas él llegó, a simple vista, por el monóculo y algo sordo a juzgar por las veces que las frases dirigidas a él fueron repetidas .El viejo Sloane consideró extraño mucho , que un caballero como sir Holloway luciera un cómodo pero desgastado carrik beige.

. Pero su bastón de plata y oro se veía reluciente igual que la cadena del reloj Así estaba con su sombrero de copa ancha y cubriendo casi su frente, afable con esos ojos celeste animados por un brillo infantil El Viejo Sloane que hablaba con esa voz áspera y le decía sir sabiendo luego que del “Jeremy” vendrían nombres tradicionales como Henry o William o tal vez Charles o Jorge.

Una infancia monótona calificó Prudy al verlos así ella formal con su vestido de mangas anchas y su figura acampanada, sus mejores botines de raso color marfil y su cabello rubio en alto , engalanada con las joyas que fueran de su madre porque desdeñaba todos esos regalos de su padre; sus manos estaban tibias se olvidó del pasado dolor y su semblante parecía haber cambiado y tener tranquilidad.

Disfrutaban de un servicio perfecto incluida la pastelería típica.

El viejo Sloane sorbía alzando el meñique por sobre las asas al menos no sorbiendo se escandalizó Prudy. A sir Holloway parecía si ver irle aquello su rostro surcado de arrugas se transformaba.

Regalaba sonrisas ante tales menciones a su país que el viejo Sloane dejaba escaparate luego los recuerdos hacían endurecer sus facciones. Allí estaba con su larga barba blanca que terminaba en punta, su bigote con los extremos de doblados hacia arriba y sus cabellos A con tintes castaños. Aun así poseía un buen porte, típico de sus orígenes el viejo Sloane casi con la boca llena leyó la respuesta del telegrama que le había enviado a Fingal

-Se lo he dicho…este muchacho es abierto de mente en eso absorbe de nosotros, las oportunidades Fingal Browning ya es un americano más! He dicho ya, qué es hijo de un noble y de la criada de la casa creo se lo mencioné el nombre de ese sujeto no? Se lo he dicho usted …conoce al padre de Fingal?

Prudy hubiera deseado hacer esa pregunta sólo la repitió para que el viejo Sloane aclarará mas:

-Perdone a mi hija es tan impetuosa bien saben las mujeres que nosotros los encargados de los negocios mandamos a nuestros secretarios a hacer los tratos preliminares más y no porque considere a Fingal como a un secretario no señor. ..

-Claro!-Ella cerró los puños -una mujer ignora de negocios tanto como ustedes ,los hombres , de justicia. Perdone sir Holloway. ..

Prudy había ,posado su mano en el brazo del hombre pero este cómodo alzó su nudosa mano hacia su oído para que las palabras de la muchacha hicieran eco y pudiera oírlas.

El viejo Sloane deseó que fuera Lo suficientemente sordo como para no oír protestas femeninas. Feministas más bien!

Luego recordó que él venía de las mismas tierras de Fingal y Prudy aprovechó para preguntarle si allí veían a personas libres caminar por la calle, se refería a esclavos casi. Y el viejo Sloane carraspeó atragantándose. Demonio de muchacha!--No...Tal vez debamos de aprender algo de la tolerancia americana.-respondió sir Holloway con diplomacia y ella sonrió satisfecha.

Luego a cuenta de ello dijo que el maquinismo traía de las amenazas al individualismo y listo Gracias Ahora se mezclaba con herederas de Fortuna burguesas “Sí dijo así sucede en Londres … inviernos en la costa azul casa de Week end pero aprovechamos la temporada social en la capital”

Prudy podría estar horas oyendo este anciano por horas más cuando le hablaba de tonterías libertad como decía su padre pero si sólo permanecería hasta el día del compromiso debía de atender la salud de su sobrino, el militar dijo así y que luego iría combatir en el conflicto anglo boer lo. Pero un ella pregunto por los indígenas de allí pero el anciano le habló de los de América y dijo que había llegado a oír la leyenda del dorado y demás, una pena que fueron las culturas exterminadas como alli. Ambos con complicidad miraron la sala con aquel piano Steinway las flores en su sitio en un jarrón perfecto quizá ambos pensaron que eran iguales aquellos con taparrabo sólo con un poco más de ímpetus buscaban subsistir dentro de su propia cultura el viejo Sloane so lo trataba de mantenerse al margen y ser buen anfitrión. Prudy había acaparado al anciano y se veía actuando en el papel de anfitriona Aunque sus amigas sabían a la perfección de la mentira conocían del plan ,que no había un compromiso fuerte nada solo esa mentira acerca de una criatura en camino. Prudy tomaba el papel de futura esposa de un compatriota del anciano. Sir Holloway debía sospechar de ese rápido casamiento. Si el mundo fuera un poco como Emily se quejaba el viejo Sloane pero ella y su hija era las dos caras de una moneda femenina ahora … con algo de envidia rajando sus dedos en el antebrazo de un sillón Luis. ..ignoraba que monarca francés engalanaba su sala y trataba de seguir la conversación. Prudy era una niña disfrutando de relatos mágicos respondió a todos y ella se animó a preguntarle si conocía a la infortunada esposa del padre de Fingal quizá también a Adaline , la madre de Fingal

- Miss Prudy de estas historias de ellos justamente se han cansado mis oídos desde qué Violet murió y mi esposa también ya no juzgo ni trato de ver respuestas- se veía que los recuerdos no le eran gratos se disculpó ella y él dijo -No por el contrario- sonrío el hombre aprisionando la manecita de Prudy – a mi edad el amor es más inexplicable que la pasión misma tanto que me hace recordar…conocí al padre de Fingal de joven cuando lo vi por primera vez. .. Es un hombre alto, espigado, era muy atractivo de ojos claros y rebelde cabello n***o, distante y frío o pretendía serlo. ..e pido de ese otro hijo ilegítimo. ..Fingal Browning.

El hombre se detuvo ante el impetuoso salto de Prudy que corrió las cortinas.

- Ahí llega Fingal!