Capitulo 5EN cuanto terminó de hablar, abandonó la habitación. No miró hacia Valessa, pero ella sentía las vibraciones de su indignación emanar hacia ella como una oleada. Se sentía como si tuviera la cabeza llena de algodón y estaba segura de que sus piernas no le obedecerían. Sin embargo, lentamente logró levantarse de la cama. Al hacerlo, bajó la vista hacia el certificado de matrimonio que Sarah les había arrojado y pensó que no podía ser verdadero. Sarah había dicho que una licencia especial había sido firmada por el Arzobispo de Canterbury y que el sacerdote que los había casado era auténtico. Valessa se estremeció. Cuando consiguió llegar a la puerta, se encontró en el pasillo en el que estaba situado su dormitorio. No había nadie a la vista, aun cuando podía escuchar muchas ri