Estuvo allí

2169 Words
Después del beso los mensajes fueron varios: Gabo: Hola, buenos días nena. Yo: Hola, buenos días Espero tengas un maravilloso día :) Gabo: Gracias, espero que tú también lo tengas. Cada mañana tenía su dosis de mensajes, debo admitir que yo era quien se emocionaba más y al parecer él solo respondía por compromiso. Si me lo contarán yo diría: Por eso presta atención a las señales nena, las señales. Gabriel, me contaba sobre sus metas y las cosas que quería hacer, por mi parte solo oía y contaba poco, siempre creo que los deseos no se cumplen si la gente se entera. Salimos en un par de ocasiones más y sus abrazos nunca faltaron. ... Papá está muy ocupado preparando todo para mañana. Sí, cumplo años y para él esa fecha es muy importante. Mamá por su parte le sigue la corriente, pero yo debo de ayudar en preparar lo necesario para la comida y cosas así. Es muy tarde y quiero ir a descansar, porque estoy súper cansada. Justo a media noche escucho sonar mi teléfono y respondo sin ver quién es. - Hola bonita, feliz cumpleaños- dice al otro lado de la línea y reconozco la voz, es Gabriel. - Hola- respondo sin salir del asombro y con algo de sueño. - Cumpleaños Feliz- se acompaña de palmas- cumpleaños feliz, cumpleaños felices, te deseo a ti...- continúa cantando. No podría decir que tenía una voz hermosa, pero el detalle era hermoso y opacaba lo demás. Le agradecí cuando acabó de cantar y me deseo que la pasara muy bien durante el día, pero que por la noche él haría su parte. ... Durante el día las cosas siguieron su curso: El pastel con chocolate, la comida durante el día y abrazos, amo a mi familia. Llegada la noche, Gabriel se apareció debajo de mi ventana en su moto y me hizo salir por la ventana, algo que ya se había hecho normal hasta entonces. Nos fuimos a un lugar más tranquilo y me dió uno de sus tantos abrazos, luego sacó de su mochila una linda cajita que contenía un peluche que reproducía la canción "Mi persona favorita" de Río Roma. La noche transcurrió con normalidad, hasta que antes de subir nuevamente a mi cuarto él me besó. Inició suave y lento, pero luego sus besos eran acelerados e intensos, como si su vida dependiera de ello, parecía desesperado y no pude seguirle el paso, por lo que me alejé de él. Noté que quería tomarme nuevamente y parecía querer forzarme, como pude me sale de su agarre y salí espantada de allí, no supe que decir o que más hacer. Me pasé la noche deambulando por la calle, los pensamientos me taladraban la mente. ¿Dónde se había ido su dulzura?, ¿Qué era lo que buscaba?, ¿Por qué había actuado así?, estás y muchas más preguntas eran habitantes frecuentes w mi cabeza. No me había dado cuenta y ya había amanecido. Me dirigí a mi casa, pero antes me encontré con una pequeña niña que caminaba con su bolsita de dulces. Aún tenía en mi mano el regalo que había recibido y la verdad no quería que quedará huella de lo que había pasado y tampoco quería cargar con algo que me lo recordara, así que tomé se lo entregué. La sonrisa que la niña me mostró fue el mejor regalo que hubiera recibido, para ella fue muy lindo lo que para mí representaría una mala experiencia. Al ingresar a mi casa le tuve que decir a mi mamá que había ido a correr y hacer algo de deporte. Me creyó, pero yo me sentía muy mal por mentirle. ... Un mes después supe que Gabriel me anduvo buscando, me había hecho varias llamadas y dejado un montón de mensajes ofreciéndome sus disculpas, pero no le quise oír y no respondí. Al parecer el destino tenía algo más planeado para mí, porque lo puso justo en frente de mí en una calle. No pude huir porque él me vió e inmediatamente se dirigió a mí. Caminé con prisa y traté al menos acercarme a un lugar donde hubiese gente a la que podría acudir si algo similar a lo anterior podría ocurrir. - Tenemos que hablar- oí tras de mí. Me detuve y pensé que algún día tendría que enfrentarlo. - Está bien, hablemos - Le dije seria. Noté que se acercaba a mí y yo alcé mi mano para indicarle que se detenga. Noté que se tensó un poco, pero lo hizo. - No te haré daño - Me dijo. - Confié una vez y mira como acabó- le respondí. - Lo siento, créeme, los siento mucho, no sé lo que me pasó. Juró que te amo - dijo con tristeza. Sus palabras me dolían y lo que yo sentía por él aún no había desaparecido. Lo perdone, sí lo hice, jamás imaginé lo que vendría después. Volvimos a salir y en ningún momento se mostró como la noche de mi cumpleaños. Era dulce, cariñoso, cuidadoso, nuestra relación se formalizó y me presentó como tal con sus amigos y amigas. ... Yo no sabía nadar, pero decidí acompañarlo a la playa porque a él le encantaba hacerlo. Estaba jugando con mis pies con el agua y sentí como alguien me jalaba asia el agua. Grité como una loca y traté de aferrarme a lo que encontrara, pero nada funcionó. Así que me aferré a su cuerpo mientras él seguía metiéndose al agua. - Pareces un gatito- Me dijo al oído. Sólo asentí y escondí mi rostro en su cuello para que no viera que me sonrojaba de la vergüenza. - ¿Te enseño a nadar?- me propuso. - No, aún no - , respondí, pero de nada sirvió, pues ya estaba bajo el agua y sentí que iba a morir cuando él me beso bajo el agua. No hubiera sido tan morir así, pensé. Al salir a la superficie se separó de mí y yo le dí un golpe a modo de juego por haberme metido bajo el agua. Salimos del agua y nos acostamos en la arena mientras secaba nuestra ropa. Me dejó en mi casa y se fue a la suya. Cada día lo quería más. ... Nuestra relación se había hecho más estable, conocía a su familia aunque no me presentó con ellos como su enamorada. Salimos con sus amigos y compartimos muchas experiencias con ellos. Todo marchaba bien, cuando mi padre se enfermó. Al inicio no lo quise aceptar cuando oí: - No despierta, ha dejado de respirar- - Apliquen reanimación- dijo alguien en la habitación de mi padre. - Hora de muerte, 9:11 a.m.- Es lo último que recuerdo, porque mi memoria luego de ello se fue para todos lados del pasado. Oía sus historias, sus risas, sus palabras, sus abrazos... La vida no me había dado tiempo de poder aceptar la idea de que estuviera enfermo, porque al poco tiempo me lo estaba quitado. Necesitaba, me urgía que el tiempo se detuviera para poder entender todo esto. Cómo iba a seguir sin él, cómo saldría adelante sin él. Supe que la vida no sería igual, yo era la niña de sus ojos, su hija preferida y ahora ya no tenía a nadie. Recuerdo como en las decisiones que se tomaban en casa papá y yo éramos un equipo y hacíamos lo que fuera para que nuestra proposición ganara, como me tomaba entre sus brazos y me giraba, lo abrazos tan cálidos que me daba y cada rabieta suya que se convertía en risa cuando yo le hacía pucheros. Jooooooder, es increíble creer que esos momentos felices fueran a doler tanto ahora. Lo necesito aquí conmigo, no quiero un angelito, lo quiero a él, quiero a mi papá. ... Mi casa se llenó de familiares y gente que me pedía ser fuerte, yo no oía ha nadie, sólo veía el ataúd y esperaba que papá se levantara y dijera que es un error todo esto, entonces yo correría a abrazarlo y le diría a mamá que estaba equivocada, que Dios no dejaría que la pequeña guerra de mi casa se llevara acabo con uno de lados en desventaja. Nada de eso sucedió, lo enterramos y él seguía sin levantarse, sin moverse y con los ojos cerrados. Gabriel estuvo conmigo en todo momento, me acompañó y abrazó. Cuando no podía estar conmigo, me llamaba o me escribía. Siempre oí eso de que tus amigos se cuentan dos veces, en los buenos momentos para ver cuántos hay y en los malos momentos, para ver cuántos quedan. Él se quedó conmigo y no estaba allí diciéndome que mi papá sería un angelito mío, aunque lo dijo al inicio, siempre trataba de distraerme con otras cosas y siempre podía hacerme sonreír. No pasó mucho, cuando mamá se empezó a enojar conmigo por cualquier cosa que hiciera, ya no tenía a la persona que me defendía y en esos momentos lo extrañaba más que nunca, la relación con mamá se volvió tormentosa y para rematar encontré mensajes de un tipo con mi mamá de forma muy cariñosa. Odié a mi madre, odiaba mi vida, ¿cómo podías decir amar a alguien si al poco tiempo ya estabas con alguien más?, que injusta es la vida. Cada vez mamá y yo tenías más discusiones. Durante este periodo y como si tuviese una alarma que se encendiera en estos malos momentos, recibía una llamada de Gabo. Él y su moto fueron de gran ayuda, empecé a escapar de casa por las noches y nos íbamos a caminar o a otra localidad, volviendo a casa por la madrugada. Una noche sus familiares tuvieron que viajar y lo dejaron solo. Me dijo que tenía miedo y me invitó a ir con él. Él estuvo allí cuando yo lo necesitaba; así que creí que yo también debía de estar con él ahora. Un 26 de octubre estaba en su casa, había vuelto a escapar de casa y estaba con él. Encendió la televisión y la estuvimos viendo por un momento, luego él salió y me dejó en su habitación sola. No tardó mucho y al volver me abrazó, yo me sumergí en su sus brazos y estuvimos así por tiempo, hasta que se apartó un poco y empezó a besarme, yo le correspondía. Cuando empecé a ser conciente de ello, ya estaba acostada sobre su cama. Me levanté y no estaba segura de continuar, cuando Gabriel se deshizo de su playera y dejó ver su cuerpo trabajado y cada músculo suyo, se acercó a mí y siguió besándome, me alzó haciendo que me enredara en su cadera y me volvió a acostar en su cama. En ese momento la ropa sobraba y nos fuimos deshaciendo de cada prenda nuestra, hasta quedar completamente desnudos. Solo habían sido besos y caricias hasta entonces, cuando él se colocó encima de mí y me pidió permiso de seguir, sentí mucho temor, pero asentí. Jooooooder, como dolía mientras su m****o se introducía en mí. Yo emití un quejido y él se detuvo, pero luego siguió. Al asegurarse que estaba bien, se empezó a mover lentamente, fue tan lindo, tan especial, que él dolor dejó de sentirse como tal y en cambio sentía una sensación que me llenaba de placer y me gustaba tanto. En todo momento noté que el llevaba puesto un preservativo. Acabamos y lo volvimos a hacer, en una y varias posiciones, yo sólo seguía lo que él me decía y disfrutamos de aquel momento. Ya iba a amanecer y él se había quedado dormido, yo no podía hacer lo mismo, la conciencia me mataba y verlo dormir tranquilo al lado mío no ayudaba. Me levanté y me fui. No dije nada, no lo desperté, no me despedí...sólo me fuí. Cuando estaba entrando a mi casa recibí una llamada suya, a la cual respondí y corte luego de decirle que estaba en casa. ... Todo el día me preguntaba si había hecho bien. Los "hubiera" y los "ojalá" no salían de mi mente y él ya no volvió a escribir, yo tampoco lo llamé. Pasaron tres días cuando el preguntó si estaba bien y yo respondí que sí. Luego de eso no hubo respuesta. ... A poco de cumplirse una semana de lo ocurrido, se realizó un pequeño evento en mi barrio y para mí sorpresa allí me lo encontré a él, pero no estaba sólo, estaba con una chica. Él la había traído y se llevó en moto. No sé si me vió, pero pasó de mí como si nada. Mi corazón se hacía añicos, no podía creer lo que estaba pasando. Creo aseguraba su golpe, pues la volvió a traer al poco tiempo, se embriagaron y se fueron juntos. No paso mucho para que me confirmaran que ellos dos tenían una relación. Él sabía jugar y me lo había demostrado de un modo muy cruel... Sé que pude haberle hecho daño antes, pero no creo haber merecido esto.

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