Respira corto, exhala despacio.
Esas eran las palabras que Ansel repetía insistentemente en su cabeza, tratando de aminorar el infierno de dolor que sentía al concentrarse en ellas.
Si algo tenía que agradecer, es que su estúpido padre le había sacado a comer y no a esas tontas fiestas, ya que estando sentado en la mesa siendo su acompañante, en realidad no tenía que estar tan preocupado y al pendiente de lo que estaban hablando cada alfa en sentado.
Porque sí, tan estúpido y arrogantes eran todos, que solo llevaban a sus parejas o esposas, nada más que un accesorio el cual mostrar, un omega que solo tenía que verse bonito, mantenerse en silencio, y sonreír hermosamente.
Nadie hablaba con ellos, ni ellos hablaban con los "principales" miembros de la "fiesta", ni tampoco conversaban ent
