Escuchando un golpeteo en la puerta, León dio permiso distraídamente, más concentrado en leer el archivo de su nuevo caso entre sus manos, que realmente prestar atención a los demás. —Sabía que te encontraría así —expresó Daphne tras entrar y verlo sentado en su escritorio con varias pilas de carpetas en esta. —¿Qué sucede? —preguntó el alfa. —Se suponía en que quedaste con Taylor para ir a almorzar con su pareja —le recordó, y eso instintivamente hizo que León dejara todo lo que estaba leyendo y observara a su amiga. —Mierda, lo olvidé completamente —gruñó y buscó entre la pila de papeles sobre su escritorio hasta que encontró su teléfono. Tomándolo, rápidamente verificó sus mensajes y sus labios se torcieron en una mueca al contemplar que su hermano le había enviado al menos cinco e