Las voces podrían estar viajando alrededor de León en ese momento, y a pesar de que el alfa sabía que debía de estar prestando atención a lo que le decían, su mente no podía concentrarse realmente en ninguna palabra.
Por más disgustado que se encontrara, por más molesto que estuviera... No podía olvidar lo que había presenciado un par de días atrás con Ángel, no, con Ansel.
Cuando Daphne le había contado toda la información que recolectó para él, León simplemente se negó en creer aquellas palabras.
No podía aceptar que el encantador omega dulce que conoció aquella noche, en realidad fuera igual de víbora como todas aquellas personas que vivían en la "alta sociedad".
Y siendo uno peor en realidad, ya que utilizaba su encanto y naturaleza para atraer a los clientes de Antoni Crowell y co
