Con su respiración agitada y el sudor brillando en su cuerpo, León mantenía su mirada hacia el frente, contemplando a través de la ventana como el sol comenzaba a dar sus primeros indicios de amanecer, mostrándole una hermosa vista de los primeros rayos del sol iluminando su jardín de a poco. Alzando una mano, el alfa le bajó el ritmo a la máquina trotadora hasta que estuvo en un fácil caminar. Tomando su botella de agua, se la terminó de beber en unos largos tragos que aliviaron su garganta seca. Sintiendo como todos los músculos de su cuerpo quemaban satisfactoriamente luego de una larga sesión de entrenamiento, León finalmente apagó la máquina y solo se quedó ahí, observando como el sol ya había subido para comenzar un nuevo día. Realmente, había sido una larga noche llena de reflex