Desde Cero.

960 Words
Presente de Thomas. Entramos en el parque o'higgins y los recuerdos comenzaron a llegar. Cada rincón del extenso lugar contenía un recuerdo junto a la mujer que estaba a mi lado. Eloisa solía llegar hasta la entrada del instituto, esperaba hasta el timbre de ingreso para decidir entrar o no. Y la mayoria de las veces decidia tomar mi mano y correr fuera de la vista de inspectores y profesores. Hacer la cimarra para acompañarla se habia vuelto un problema para mi, pero a ella jamas le afecto. Era brillante. No necesitaba estudiar o entrar a clases. Solo llegaba a los examenes y pasaba con notas excelentes y sin hacer trampas. En cambio yo debía volver a casa, pedir apuntes y quedarme hasta tarde estudiando y aún así mis notas no pasaban más allá de un cinco. En esos dias en que corria para faltar a clases, sus pasos siempre nos traían hasta este lugar. Y después de que ella se fuera, no había vuelto a pisar este lugar hasta hoy. Muy poco había cambiado en este lugar. Hoy no había tanta gente a pesar de que era sábado; y eso me alegró. Nunca me gustaron los lugares muy concurridos o de reuniones masivas. —pensé que viajabas por diferentes lugares...—, dije sin ánimos.— ..no pensé que te volvería a ver.- volví a decir, recordando a Eloisa buscando lugares en Internet y anotandolos en una lista detrás de su libreta de artes, esos eran los que quería visitar cuando tuviera oportunidad. Lo sentí, no iba a dejar que huyera de nuevo. Atrapé su muñeca cuando paró de caminar a mi lado. Cuando me miró, suavise mi agarre pero no la solté , la lleve conmigo los últimos pasos hasta el lugar en ruinas y solté su brazo. Me apoye sobre una de las columnas para quedar de frente al sol. Tantas horas dentro de cuatro paredes, seis días a la semana, me habían hecho olvidar lo bien que se sentía recostarse a disfrutar algo tan simple como eso. Eloisa solo se había quedado de pie ahí donde la había dejado. Tiré de ella para que se sentará en un bloque de cemento a mi lado. Tantos años ansiando volver a verla. Quería abrazarla,besarla, acariciar su rostro y volver al pasado como si nada de esto hubiera pasado. Me estaba costando trabajo mantener la distancia. Necesitaba que me dijera por qué se fue. No sé cuánto tiempo estuve conteniendome, solo me di cuenta cuando la tuve entre mis brazos de que mi voluntad se había agotado. La aprete contra mi como si pudiera fusionarla a mi pecho. —Por qué te escondiste por tanto tiempo...por qué desapareciste sin siquiera despedirte...— le reclamé mientras mis ojos se llenaban de lágrimas. Luché por no derramarlas y apreté los dientes. Se movió dentro de mi agarre para verme; me agache frente a ella y la tome por los hombros esperando su respuesta. —Elli..—dije soltando su nombre cariñosamente mientras soltaba sus hombros—...alguna vez... ¿realmente me querías?...—reformulé mi pregunta. Me senté junto a ella y la miré. Pensé que si lo hacía; pero si me había dejado solo y sin ninguna explicación ... La vi llorar. Maldita sea, no soportaba verla llorar. Me senté a horcajadas para quedar completamente de frente a ella y acariciar su cara. —Tus ojos me dicen que si— susurré mientras acariciando con una de sus lágrimas — pero dime que paso por favor, ¿No crees que merezco una explicación? Eloisa comenzó a relatar el día en que le propuse matrimonio en este mismo parque...En estas mismas ruinas. —.. y me dijiste que si...— la interrumpí. —Sí.—coincidió.—esa noche no pude dormir. Pasé de la alegría al pánico... no quería hacerte daño, ¿Sabes?... cuando pensaba en mi futuro nunca imaginé casarme y vivir por décadas en un mismo lugar, mucho menos tener hijos ¿pensó que estaria atada?, ¿por eso me dejo?, ¿Era yo acaso un estorbo en sus planes sobre el futuro? —nunca me imaginé que sentías que era un ancla para ti— Le dije notoriamente dolido por sus palabras. Se sentó al igual que yo para quedar frente a frente. y volvio a hablar para excusarse— no lo eras, se que fui una tonta... debí hablar contigo de lo que sentía en ese momento. Pero... — a estas alturas, el pasado ya no importa—la interrumpí No quería seguir escuchando si iba a doler más que su propia huida. Pero ya que había tenido tiempo para viajar sin alguien que la atara como yo, ¿Era Feliz?. —¿eres feliz ahora que eres libre?—pregunté y negó rápida mente con su cabeza. —¿y tú?— dijo, devolviendo mi pregunta pero sin la maldad que la mia llevaba— al menos, ¿pudiste seguir sin mi?.. Sinceramente espero que sí. ¿Se estaba preparando para huir de mi de nuevo?, la tomé de la muñeca suavemente. No iba a dejar que escapara tan fácilmente, no de nuevo. —si eso deseas, entonces no te vayas. Si de verdad esperas que sea feliz, quédate junto a mí. Una brisa revolvió su cabello, me levanté de donde estaba sin soltar de su brazo. Ella solo me miraba; no contestó. —Elli..Empecemos de cero...vamos por un café... cerremos el pasado aquí.. pero no te vuelvas a alejar de mi.— Le dije suplicando mientras acomodaba los mechones de su cabello con la mano libre. —tengo frío...— fue lo único que recibí por respuesta. Tomé de una de las tiras de mi mochila en el suelo para salir de ese lugar.
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