DIECISEIS

1574 Words
Los soldados del grupo MKS llevan años indagando en el tema divino y cómo sería posible sacarle provecho a la idea de poder tener acceso a una de las puertas de Olevón. El solo hecho de pensar la magnitud de poder que se tendría si solo se pudiera controlar a los Dioses o en su defecto obtener sus dones hace que varios países que desean ser potencia mundial inviertan en dicho proyecto que ya ha dado pruebas irrefutables de que los seres superiores existen desde antaño y que se pasean por la Tierra como si fuera suya, porque los humanos son dueños de todo, porque el suelo por el que caminan ha sido delimitado por ellos mismos, porque nadie más tiene derecho a nada que no sean los propios seres humanos. Es pretencioso pensar que son los únicos en el universo, es incluso una locura, no, una demencia, creer que pueden controlar a seres que han sido parte importante en el arduo trabajo y colaboración de crear el mundo y sus más pequeños detalles, pero nuevamente la curiosidad humana siendo opacada por el egoísmo, la codicia y la avaricia ha logrado que sean monstruos creando artefactos que van a traerles más de un problema. Se creen capaces de todo, señores del saber, espadachines de la suerte e incluso se atreven a llamarse dioses cuando apenas y pueden comprender su propia anatomía con éxito, patéticos, tontos, insulsamente estúpidos y a la vez, severamente peligrosos… Una de las principales líderes de este grupo de conocedores ciegos y hombres de entrenamiento especial es Celine Carson, una estudiosa de lo antiguo, historiadora, científica, devota creyente de todo aquello que es superior y ajena ella a cualquier religión o cultura en específica, una mujer brillante, capaz, tenaz, de buena observación, pero de malos principios; ella es quien lidera todo el escuadrón aunque no lo parezca y todos crean que es Ralph quien tiene la sartén por el mango, pero no se dejen confundir, los datos, las opciones, las sugerencias de lo que hay que hacer en una leve e inocente insinuación son parte de las tácticas de esta fémina para obtener lo que desea, para cumplir con los que sus jefes le han encomendado y confiado hacer. —Bien, ¿Qué tenemos aquí? —ladeó la cabeza la mujer mientras analizaba las lecturas de los censores, al parecer había una fuerte cantidad de energía que se presentaba de manera repentina casi todos los días allí, o bien, podía localizarla en los alrededores. —¿Ya has encontrado algo? —preguntó Ralph observando la computadora sin entender mucho de lo que allí se mostraba. —Vaya que sí, mira esto —enseñó apuntando con su dedo—. Son variaciones de energía, constantes y altas, todas. —Eso quiere decir que hay alguien de otro mundo vagando por ese lugar —sonrió el líder sabiendo que ya tenían todo lo que necesitaban. —No es un alguien cualquiera —rió la mujer poniéndose de pie con una sonrisa de victoria clavada en sus belfos—. Es el Dios de las Nubes. —¿Qué dices? ¿Un dios de nubes? —soltó con burla Jackson quien se acercaba interesado a escuchar. —Ríete cuando quieras pero no es un secreto el hecho de que durante mucho tiempo en la antigüedad este pueblo veneraba y amaba al dios de las nubes, era a él a quien le pedían las lluvias, los días frescos y demás porque es uno de los pocos seres sobrenaturales que trabaja en conjunto con los demás para crear las tempestades, neblinas, nieblas y demás, las leyendas e historias de estos seres nunca mienten —suspiró—. Es él quien camina por ese puente, puedo asegurarlo. —Bien, en ese caso, tenemos que tener un plan preparado, ¿Cómo pretenden dar con él si no conocemos su apariencia, no sabemos cómo hacerlo salir del refugio que es el puente y lo más importante, no sabemos qué habilidades posee? —Carl, el menor de todos, tomó asiento junto al jefe del equipo quien asentía concordando con las preguntas dichas. —Creo que esta es la clave que estamos buscando —Celine dejó ver en la pantalla la fotografía de una muchacha de cabellos rubios—. Ella está presente cada vez que las energías se disparan en el puente, tengo varios videos de estos días donde se la ve ingresando o saliendo del lugar, ¿Coincidencia? Claro que no, esta chica sabe algo que nosotros no, creo que es ella quien invoca al Dios. —¿Por qué haría algo así? —frunció el ceño otro soldado—. No hay mucho que un dios que manipula las nubes pueda darte. —Es la mocosa de la cafetería, nos atendió y me comentó que no había nada que apreciar ne el puente que no fueran los patos —rió Ralph—. Pequeña mentirosa, te atrapamos en tu mentira. —Es una simple huérfana, vive en una casa hogar, la única en el pueblo —Jackson acotó—. Si desaparece nadie la va a extrañar. —Va a desaparecer, en efecto —asintió el líder—. Vayan por ella. —No le hagan daño, solo necesitamos que nos responda algunas preguntas y si es como espero será nuestra carnada, con la muchacha en nuestras manos el Dios no tendrá otra opción que obedecernos —sonrió la mujer. —¿Cómo estás tan segura? Bien ese ser puede desentenderse de la situación y nos quedaríamos sin nada de nuevo —Carl se puso de pie—. La chica no es garantía. —Tiene que haber algo que el Dios tiene con esa joven o de lo contrario no acudiría a verla. No sé qué sea, tal vez deuda, plegarias, la niña lo maneja de alguna u otra forma, lo que sea lo quiero para mí —Celine sentenció viendo a los hombres presentes—. Quiero al Dios de las Nubes en mis manos, es nuestra última oportunidad ya que otros Santuarios han dejado de emanar energía, eso quiere decir que se han alertado con la última estupidez que hicieron al matar al ser de las estrellas, ¡Tontos, siempre arruinando las oportunidades pero esta vez no! La fémina regresó a su asiento no estando nada contenta al recordar la catástrofe que fue la última misión para atrapar a un Dios, terminaron matándolo o bien, orillándolo a quitarse la vida en lugar de haber sido estratégicos y manipuladores, estaba seguro que no siempre podía contar con las habilidades de los soldados entrenados, simplemente eran demasiado bruscos a la hora de ejecutar algo meticulosamente. Los ojos oscuros de Celine se posaron en la fotografía en la computadora, una tomada a la ligera pero donde podía apreciarse claramente las facciones de la mocosa de hebras rubias, aquella que vieron en la cafetería. Reprodujo un pequeño video a un lado de la foto pudiendo ver a Ali ingresar en el puente de manera calmada, cargando una cesta con lo que ella pensaba eran bocadillos e inmediatamente la niebla lo cubrió todo no dejándola ver más, ni siquiera los pueblerinos notaban algo raro allí ya que era algo “natural” que sucedía desde que se fundaron los cimientos de Eleonor pero las cámaras infrarrojas y sus censores mostraban los picos energéticos con colores extravagantes; sonrió, no cabía duda, en cada filmación que tenía de los últimos días era la presencia de Alina quien activaba todo ello, es más, en una ocasión los brotes de poder no se dieron en el puente pero sí cerca y, ¿No quedaba la casa hogar cercana al puente turístico? Ja, no podía escapársele, tenía todas piezas juntas. —¿Quién diría que una huérfana tendría la oportunidad de su vida? —se dijo reclinándose en la silla giratoria, decidida. Y en esos precisos momentos, Alina Prince se encontraba saliendo del puente junto a otras personas, observaba a todos lados confundida de no haber visto a Nuée, no era normal que simplemente no se presentara, no importaba si había gentío lo haría marcharse o bien se mantendría imperceptible a la vista de los demás humanos, pero estaría con ella; entonces, ¿Dónde estaba? ¿Qué había sucedido? ¿Estaría a salvo? Suspiró, no olvidaba que en el reino de los Dioses había un gran conflicto desatándose, solo deseaba que su chico no estuviera atravesando un mal momento y es que en la mañana temprano también había acudido para dejarle un chocolate pero no lo halló de igual manera. No pudo evitar pensar que tal vez algo malo estaba por pasar, un mal presentimiento se asentó en su pecho y corrió lejos de allí solo deseando poder llegar a la casa hogar y refugiarse en su cuarto, nuevamente observó detrás de sí hasta haber acortado la distancia que lo separaban de su pequeño hogar. Finalmente llegó, saludó a sus encargadas, besó las mejillas de varios de los niños y se encerró en su habitación tragando duro, ¿Será que volvía a sentirse mall por lo que ocurría en el plano divino? Tomó su temperatura colocando su mano en la frente, parecía todo normal pero mantendría un ojo en ese tema por si acaso. —¿Dónde estás, Nuée? —susurró preocupada dejándose caer de espaldas a la cama no queriendo seguir dándole vueltas o terminaría haciendo locas conclusiones que la dejarían en peor estado.
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